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Patinetes

Madrid saca de las calles 6.000 de estos vehículos eléctricos, que se habían convertido en un peligro y una molestia para los peatones

Un turista hace una foto en el centro de Madrid delante de dos patinetes eléctricos / José Luis Roca

Pocos en Madrid han olvidado la imagen de Jaime de Marichalar, ex esposo de la infanta Elena, circulando en patinete por la calle Velázquez, en pleno distrito de Salamanca. Resultaba exótica por inhabitual. En los últimos años, sin embargo, la proliferación de este tipo de vehículo eléctrico se ha convertido en una pesadilla para los peatones, especialmente los ancianos y las personas con movilidad reducida, al invadir las aceras.

Sólo en el año 2022, último del que se han hecho públicos datos, los controladores del SER madrileño sancionaron casi 90.000 veces a patinetes aparcados fuera de las estaciones y anclajes reservados para ello. Un porcentaje mucho más elevado que las multas impuestas a motos y bicicletas de alquiler. Con estos datos en la mano, y ante el incumplimiento por parte de las empresas concesionarias de los requerimientos exigidos por el Ayuntamiento, el alcalde Almeida ha decidido anular la concesión y retirar de las calles 6.000 patinetes.

No es Madrid la primera ciudad que adopta una decisión de este tipo. Hace un año lo hizo París, precisamente la capital que desde algunos sectores se pone como ejemplo de apuesta por la movilidad sostenible. Las compañías de patinetes habían inundado las calles de cientos de ellos obstruyendo el paso y complicando la movilidad de los peatones, exactamente lo mismo que sucede en Madrid. En París, fueron los propios vecinos los que tomaron la decisión en una consulta convocada por la alcaldesa Anne Hidalgo. También Barcelona decidió el año pasado poner freno a los patinetes de alquiler y, además, prohibió su acceso al transporte público.

El número de accidentes provocado por este tipo de vehículos, que puede alcanzar los 25 kilómetros por hora, se disparó un 37% el año pasado y, según los datos oficiales, causaron 12 muertos y lesiones a más de 300 personas.

El alcalde Almeida ha justificado la decisión en la necesidad de “preservar” la integridad física de los peatones y las empresas concesionarias han puesto el grito en el cielo por no haber sido consultadas antes de adoptarla, pese a haber desatendido durante meses los requerimientos del Ayuntamiento para reducir los riesgos y las molestias a los peatones.

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Sería falso sostener que la retirada de esos 6.000 patinetes eléctricos de las calzadas y aceras de Madrid es un ataque a la movilidad sostenible. Cuando hablamos de vehículos, lo importante siempre es la seguridad del que lo conduce y de aquellos con los que tiene que convivir, algo que todos los que vivimos en Madrid sabemos que no estaba sucediendo.

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