Opinión | PENSAMIENTO PERIFÉRICO

Congresos otoñales

Porque por mucho que Sánchez haya logrado contra pronóstico mantener del Gobierno de España y eso maquille las miserias los cierto es que no son buenos tiempos para el PSOE

La presidenta del PSOE, Cristina Narbona; el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal en Ferraz / Carlos Lujan | EUROPA PRESS

Tras el anuncio de Pedro Sánchez de su intención de adelantar el congreso federal del PSOE son ya tres las formaciones de las que depende la mayoría parlamentaria, y a la espera de que Sumar decida resolver su situación de interinidad creada a raíz de la dimisión de Yolanda Díaz, que van a celebrar sus cónclaves este otoño y posiblemente de lo que suceda en esos congresos va a depender el rumbo y quizás la continuidad de la legislatura.

El primero de los partidos en convocar un congreso, en su caso extraordinario, fue ERC  como consecuencia de la renuncia de Oriol Junqueras a la presidencia del partido. Estatutariamente ese congreso debía celebrarse en un plazo máximo de tres meses desde el hecho causante, la dimisión de su presidente, pero inicialmente y como medida de precaución por si había repetición electoral en Catalunya, se fijó su celebración para finales de diciembre. Desde el principio Junqueras manifestó su aspiración por recuperar la Presidencia del partido al tiempo que se sucedían las dimisiones internas y un nutrido grupo de dirigentes hacía público el manifiesto Reactivemos la Izquierda Nacional en el que se reclamaba una renovación de los liderazgos y al que se adhirieron, el expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la hasta ahora secretaria general, Marta Rovira.

Toda una muestra de la enorme división interna del partido que esta misma semana se ha materializado con la presentación a la candidatura, Nueva Izquierda Nacional de la que forman parte numerosos dirigentes dispuesta a disputarle el liderazgo a Junqueras , que rápidamente se ha manifestado partidario de adelantar el congreso. Quien sabe si porque no hay repetición electoral, quien sabe si para dificultar las tareas de proselitismo de su candidatura rival, habida cuenta que él lleva semanas preparando el terreno entre las bases. Así pues lo que está en juego en ERC, es quien pilotará la etapa post-procés y o no parece que ello vaya a modificar, al menos de momento, su apoyo al gobierno de España. La duda más bien es si Junqueras, siendo uno de los máximos responsables y damnificados por el procés y sin que se haya resuelto su situación personal con la aprobación de la amnistía, es si es la persona idónea para liderar la nueva etapa.

Por su parte, Junts per Catalunya, anunció la celebración de su congreso poco después del regreso-huida exprés de Carles Puigdemont y cuando la investidura de Salvador Illa dejó claro que no habría repetición electoral en Catalunya. Pero en Junts, a diferencia de lo que sucede en ERC donde lo que se dirimirá es el liderazgo de la formación, se produce una circunstancia muy anómala -y podría decirse incluso que contraria a la Ley de Partidos- y es que el máximo dirigente del partido y el que más condiciona sus decisiones y su devenir no forma parte de los órganos de dirección del mismo ni ocupa un cargo unipersonal Por ello, el leitmotiv del cónclave no será decidir el liderazgo, no hay nadie más allá de Puigdemoint, aunque bien pudiera suceder que se pusiese fin a la anomalía y que este asumiese el máximo cargo unipersonal, sino más bien legitimar cual será a partir de ahora la estrategia del expresidente, que al igual que Junqueras pero en peores circunstancias, sigue sin tener resulta su situación personal. 

Eso es lo decidirá la orientación del partido y lo que puede afectar a la continuidad de la legislatura, no en vano Junts ya ha expresado su descontento con el desarrollo de los acontecimientos dejando caer diversas iniciativa del gobierno, siendo seguramente la más relevante desde el punto de vista de la gobernación, el límite del techo de gasto y parece poco proclive a avalar la financiación singular para Catalunya, básicamente porque esta es la compensación a ERC por la investidura. Por ello no cabe esperar una actitud muy cooperativa, sin lo cual la gobernabilidad peligra.

Y finalmente el presidente del gobierno, con el calendario electoral despejado tras la formación de gobierno en Catalunya, también ha decidido avanzar más de un año la cita socialista. Y la casualidad -o no- ha querido que esta decisión se haya tomado justamente el día en que de manera oficial vez una ejecutiva regional, la de Aragón, haya rechazado la idea de una financiación singular para Catalunya y coincidiendo con la amenaza del repudiado ex secretario de organización José Luís Abalos de romper la disciplina de voto socialista. Avanzando el Congreso y sin que nadie le dispute el liderazgo, Sánchez parece despejar la incógnita del adelanto electoral en España, al menos de manera inminente, y se asegura revalidar el cargo sin oposición interna articulada aunque no porque no haya un notable descontento que lleve tiempo gestándose en el sí del partido. 

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Porque por mucho que Sánchez haya logrado contra pronóstico mantener del Gobierno de España y eso maquille las miserias los cierto es que no son buenos tiempos para el PSOE: en mayo 2023 perdió buen parte de su poder local y autonómico, y no siempre por culpa de la gestión local o autonómica, desde entonces ha ido de derrota electoral en derrota y se encuentra acorralado por diversos escándalos de presunta corrupción, como la trama Koldo o la investigación que afecta a la esposa del propio presidente. Pero es que además no logra sacar adelante muchas de sus iniciativas y algunos de sus actuales emblemas como la ley de amnistía han embarrancado. Por todo ello está por ver cual será el apoyo al informe de gestión y si Sánchez someterá a la consideración de las bases socialistas la nueva propuesta estrella, la hasta ahora desconocida propuesta de financiación singular para Catalunya de la que solo se sabe que no es ni es un concierto económico ni una reforma al uso del sistema de financiación, según María Jesús Montero, vicepresidenta primera del gobierno y  ministra de hacienda, la par que vicesecretaria general del PSOE. Este será por tanto un congreso que desvelará muchas incógnitas pero que no dará sorpresas en cuanto al liderazgo.

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