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Dejar de brillar
Las estrellas suelen brillar poco tiempo en el entorno del presidente Sánchez y la de Yolanda Díaz ha comenzado a dar síntomas de agotamiento
El presidente Sánchez y la vicepresidenta Díaz, este miércoles en el Congreso. / José Luis Roca
La estrella de Yolanda Díaz parece consumirse poco a poco en el Gobierno de coalición, una vez que la parte socialista del mismo ha constatado que no le sirve para mantener a raya a Podemos ni tampoco para atraer a sus votantes. Todo el cuidado que puso en el pasado el PSOE por preservar la imagen de la vicepresidenta segunda y lideresa de Sumar ha desaparecido de un plumazo, con desautorizaciones flagrantes cuando ha sido necesario.
La última y más dolorosa ha sido la que tiene que ver con la denominada ley mordaza. El martes, desde Bruselas, Yolanda Díaz anunciaba un supuesto acuerdo entre el PSOE y Sumar para derogar parcialmente esta norma, después de que en la legislatura pasada los socialistas ya pusieran palos en las ruedas para hacerlo. Pocas horas después, la cruda realidad se imponía: Sumar se veía en la obligación de matizar que la supuesta derogación era, en realidad, la reforma de un artículo, el relativo a las sanciones a los periodistas, y el PSOE remataba limitándolo a un mero compromiso de “revisarlo”.
Algo parecido puede suceder con la negociación del Ministerio de Trabajo con sindicatos y patronal sobre la reducción de la jornada laboral, en la que Sánchez ha colocado como intermediario entre su propia vicepresidenta segunda y la patronal al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, tras los choques entre ambos. No está cómoda la parte socialista del Ejecutivo con la actitud de Yolanda Díaz, que parece haber perdido el aura de negociadora que se había creado.
Además, el PSOE no le perdona que rechazara la incorporación de ministros de Podemos al Gobierno de coalición por sus cuitas personales, abriéndole otro frente negociador en el Congreso al Ejecutivo, y tampoco sus magros resultados en el ciclo electoral que, salvo sorpresa catalana, acabó el pasado 9 de junio con los comicios europeos. El objetivo de Sumar tenía que ser dar la puntilla a Podemos y Yolanda Díaz no sólo no ha cumplido con este encargo del presidente Sánchez, sino que por el camino ha tensado hasta el infinito la relación con el resto de fuerzas que debían integrar Sumar.
Las estrellas suelen brillar poco tiempo en el entorno del presidente Sánchez y la de Yolanda Díaz ha comenzado a dar síntomas de agotamiento.
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