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Dos pilares que se tambalean

Ábalos y Errejón restan credibilidad al Gobierno y le dejan muy tocado en un momento complicado de la legislatura

Íñigo Errejón, en una imagen de archivo. / Europa Press

El Gobierno pierde el relato a borbotones, desangrándose a cada nueva información sobre las andanzas de Ábalos, y sus compinches Koldo y Aldama, o Errejón, el hombre que nos hizo creer que amaba a las mujeres. La última semana ha sido demoledora para el Ejecutivo de Sánchez, que sobrevive al borde del precipicio agarrado a los buenos datos económicos, confirmados por el último informe del FMI, a la espera de que pase el chaparrón y se vuelva a hablar de la crisis de la vivienda, el mal menor para Moncloa.

Sánchez levantó el Gobierno sobre dos pilares que ahora se tambalean: la lucha contra la corrupción y el apoyo al feminismo. La moción de censura que le llevó a Moncloa tras descabalgar a Rajoy se justificó precisamente por la condena del PP en el 'caso Gürtel', pero cada información sobre la 'trama Koldo', ya 'caso Ábalos', salpica más al Ejecutivo.

El ex 'número dos' de Sánchez metió hasta la cocina del Gobierno al 'conseguidor' de la trama, Víctor de Aldama, actualmente en prisión por un fraude de 180 millones de euros. Independientemente de si se hacía fotos o no con el presidente, lo relevante del caso es que tenía información de primera mano del millonario rescate de Air Europa, viajaba con el exministro como si formara parte de su gabinete y parecía ser clave en los contactos del Ejecutivo con Venezuela. ¿A nadie le extrañaba?

Es posible que sí, y por eso Ábalos dejó de ser ministro sin que tuviéramos una explicación comprensible. Igual que es probable que sí saltaran pero se obviaran las alarmas en el 'caso Errejón', especialmente porque la endogamia ha sido una de las características del movimiento surgido al calor del 15-M. El golpe de las revelaciones sobre la vida privada de Errejón es catastrófico para una parte del Gobierno porque, además, se produce después de la ley del 'sí es sí', que ha tenido el efecto contrario al que se buscaba.

Es muy difícil de aceptar que no se miró para otro lado porque Errejón era un activo político de primer nivel, como dijo en televisión y luego retiró una de las impulsoras de Podemos. No es verdad que 'todo Madrid' tuviera información sobre el trato que Errejón daba a las mujeres, pero es sospechoso que nadie levantara la voz en ninguna de las organizaciones en las que ha militado.

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Ábalos y Errejón restan credibilidad al Gobierno y le dejan muy tocado en un momento complicado de la legislatura, que no consigue echar a andar lastrada precisamente por los escándalos que afectan al Ejecutivo. Sánchez necesita, más que nunca, aprobar los Presupuestos, un balón de oxígeno sin el que se hace difícil ver cómo se sorteará el colapso. Bolaños no lleva unos días prácticamente instalado en Barcelona por casualidad.