Opinión | VENGA, CIRCULE

Ten cuidado

Nos horrorizamos ante noticias como la del caso Pélicot, un padre de familia que reclutó en un foro de llamado "Sin su consentimiento" a más de ochenta hombres dispuestos a violar a su mujer, pero no nos sorprende tanto como debería, no nos supone ningún shock

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Sara Fernández

El periódico El País publicó este jueves la siguiente noticia: "Muere la atleta olímpica Rebecca Cheptegei a la que su pareja prendió fuego". Si un árbol cae en mitad del bosque pero no hay nadie cerca para oírlo, ¿hizo algún ruido? Si tu pareja te quema viva, ¿te asesinó o te moriste tú sola? Dudas, dudas.

Antonio Martín Hernández, alcalde de Vita (Ávila) cantaba el pasado 25 de agosto durante la última verbena de las fiestas de San Bartolo "Me encontré a una niña sola en el bosque, la cogí de la manita y me la llevé a la camita. La subí la faldita y le bajé la braguita. Le eché el primer caliqueño. La eché el segundo caliqueño. En el tercero ya no quedaba leche". En el vídeo circuló (y todavía circula) en redes sociales se ve cómo el público, compuesto por personas adultas, se ríe con él y lo jalea. Se lo están pasando fenomenal, es tan repugnante. Todos los partidos políticos piden su dimisión, incluido el PP, pero él se niega a hacerlo a pesar de haber sido expulsado del grupo municipal al que pertenecía. En una entrevista, Martín Hernández asegura que tiene el apoyo de los vecinos y que aunque se arrepiente de su comportamiento solo se lamenta porque, de haber sabido las consecuencias, no habría cantado esa canción. "Una gracia sale cara", sigue quejándose. No sé si lo entienden, al parecer él solo es una víctima en todo este asunto. Puedo creerme haya recibido el apoyo de sus vecinos, entiendo que son los mismos que le aplaudían y le seguían con la canción. Me temo que si nuestra sociedad fuese un edificio tendríamos que tumbarlo y comenzar a construir desde el principio. Pienso en dar a luz a una niña y me dan ganas de arrancarme la piel de la cara con mis propias manos y prenderme fuego.

El martes la Guardia Civil detiene al futbolista Rafa Mir por una presunta agresión sexual contra dos mujeres. "Van dos chicas a casa de un futbolista que está con otro amigo, ¿a qué? ¿A jugar al ajedrez? Lo tenían bien planeado, otras 2 chupópteras que quieren vivir del cuento" es el tercer comentario mejor valorado por los usuarios del diario Marca. Ojalá saber de qué cuento están hablando, me hacen pensar en todos esos tiesos y muertos de hambre que declaran no fiarse nunca de las mujeres porque somos muy peligrosas y solo nos acercamos a ellos por interés. Siento curiosidad, querría saber qué temen que les quite esa dichosa mujer aprovechada si solo tienen a su nombre el bonoguagua. La señora Isabel San Sebastián se lamenta en un programa de esos de la televisión que tanto aportan al conjunto de la sociedad: "Estaría bien que una chica no asumiera el riesgo de irse al chalet de un chico que ha conocido en una discoteca". Sería de gran ayuda saber de una vez en qué quedamos, ¿son todos los hombres violadores en potencia o no? Lo pregunto para tener las cosas claras y saber a qué nos estamos enfrentando, nuestros filósofos de cabecera van cambiando de opinión según cómo de rico o blanco sea el agresor.

Nos horrorizamos ante noticias como la del caso Pélicot, un padre de familia que reclutó en un foro de llamado "Sin su consentimiento" a más de ochenta hombres dispuestos a violar a su mujer, pero no nos sorprende tanto como debería, no nos supone ningún shock. Algunos llegaron a violarla hasta seis veces. Solo dos de esos ochenta hombres se negaron a participar tras el ofrecimiento, pero no acudieron a la policía a denunciar lo que sucedía, no hicieron nada.

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El caso se descubrió por casualidad. Me los imagino a todos desayunando tranquilos al día siguiente de esas agresiones, vistiéndose para llevar a sus hijos al colegio como si nada mientras ella ignoraba lo que le habían hecho y siento una impotencia tan grande. Tan, tan grande. Ese tipo de colaboración entre todos los agresores, esa impunidad con la que Pélicot ofreció a su mujer a cientos de desconocidos y muchos aceptaron la propuesta solo son posibles en una sociedad en la que la cultura de la violación está tan naturalizada que el alcalde de un pueblo no le ve problema alguno a cantar delante de muchísimas personas una canción que hace apología de la pederastia. Hasta que no entendamos esto no cambiará nada.

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