La regla de oro de los nutricionistas para adelgazar: no hay alimentos prohibidos

Volver del verano con algún kilo de más es más frecuente de lo que se cree. Hasta un 61% de los españoles suele engordar durante las vacaciones, según un estudio de Nutritienda. Entre las causas que están detrás del aumento de peso está el mayor consumo de bebidas alcohólicas, las comidas ultraprocesadas y realizar menos ejercicio físico.

Por eso, no es de extrañar que muchas personas elijan el mes de septiembre para deshacerse del exceso de peso adquirido durante el periodo de descanso de verano.

De acuerdo al Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), el 65% de las personas que quieren perder peso escoge dietas que restringen alimentos, lo que supone una práctica “nada recomendable”.

La doctora María Cruz Manzaneque explica que llevar a cabo una alimentación así lleva riesgos aparejados. “Desterremos ya el mito de que una dieta es algo temporal, rápido y de usar y tirar. Queremos estar a dieta uno dos meses, y luego seguir con los mismos hábitos que teníamos antes de comenzarla”.

Y es que, la dietista-nutricionista aclara que una dieta “es la alimentación que llevamos en el día a día y no es algo pasajero”.

La otra cara de las dietas restrictivas

El papel del dietista-nutricionista es fundamental a la hora de empezar una dieta. Este profesional nos puede ayudar a eliminar malos hábitos alimenticios y cambiarlos por otros más saludables, que no solo nos permitirá ver mejor físicamente, sino combatir enfermedades no infecciosas como las cardiovasculares, diabetes o problemas renales.

• “Seguimos creyendo que lo que le ha funcionado a mi amigo o a mi vecino me va a funcionar a mí. Al igual que si tienes un cáncer vas al oncólogo, si tienes un problema relacionado con la alimentación, hay que acudir a un nutricionista”.

Lo que comemos y cómo lo hacemos también afecta a nuestro organismo, a nuestro rendimiento y, por supuesto, a nuestro estado físico y mental. La secretaria de CODiNuCoVa señala que “este tipo de dietas que restringen alimentos provocan problemas a corto plazo y otros que, desgraciadamente, se pueden llegar a cronificar”.

Una de las consecuencias más habituales es recuperar los kilos perdidos en muy poco tiempo. Es lo que se conoce como ‘efecto rebote’. Y así, según sus propios datos, lo reconoce una de cada tres personas que se han sometido a dietas que restringen alimentos.

“Pasarlo mal” es otra de las respuestas que dan quienes han restringido alimentos durante una temporada con el objetivo de perder peso. Le siguen “no conseguir el objetivo esperado” e incluso “padecer situaciones de ansiedad por la comida”.

En los peores casos, este tipo de dieta puede desembocar en un trastorno de la conducta alimentaria. “Hablamos de restringir drásticamente alimentos que son necesarios para nuestro organismo lo que causa déficit de vitaminas, minerales, fibra y otros nutrientes. Como consecuencia tenemos dolores de cabeza, pérdida de masa muscular o estreñimiento”.

Las claves para empezar una dieta de adelgazamiento

Para que el propósito de perder peso no se convierta en una auténtica pesadilla, y no repercuta en nuestro estado de salud, debemos tener claro que nuestro objetivo es conseguir unos hábitos que permitan eliminar el exceso de grasa, pero sin perder masa muscular.

Y Manzaneque aconseja:

• “En primer lugar, deberíamos observar bien nuestra dieta habitual para detectar aquellos aspectos que creamos que son mejorables. Lo recomendable es acudir a un dietista-nutricionista para que nos ayude en este proceso y nos oriente, supervise y acompañe”.

Este profesional está capacitado para “diseñar un plan dietético saludable e individualizado, que nos permitirá adquirir unos hábitos dietéticos saludables que podamos seguir de por vida y que permitan perder peso de forma progresiva a un ritmo adecuado, si es lo que se desea”.