OTORRINOLARINGOLOGÍA Y PEDIATRÍA

Estos son los alimentos que no debes dar a los niños para que no se atraganten

Los atragantamientos son una causa común de accidentes infantiles, sobre todo en menores de 5 años. 

Estos son los alimentos que no debes dar a los niños para que no se atraganten.

Rebeca Gil

Uno de los miedos más habituales entre muchos padres es que su hijo se atragante. Y no carecen de razón porque según señalan desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEROL-CCC), los atragantamientos son una causa común de accidentes infantiles, sobre todo en menores de 5 años

¿La causa? La introducción de un cuerpo extraño en las vías respiratorias que impide que el aire entre o salga de los pulmones con normalidad.

En la gran mayoría de las ocasiones, la situación se resuelve y, salvo el susto, no tiene mayores consecuencias. Pero si la obstrucción es completa o casi completa, puede provocar la asfixia del niño

Un atragantamiento puede ocurrir a cualquier edad, pero en el caso de los niños el riesgo es mayor “por unas características anatómicas y funcionales particulares de las estructuras de la vía aerodigestiva superior como consecuencia del crecimiento y de la maduración”, explican los especialistas en otorrinolaringología.

¿Qué alimentos provocan más atragantamientos en los niños?

Según va creciendo el niño le vamos introduciendo distintos alimentos cada vez menos triturados, hasta que prácticamente comen de todo.

Pero hay determinados alimentos que por sus características pueden provocar fácilmente atragantamientos

La SEROL-CCC detalla alguno de estos alimentos no recomendables para menores de 5 años si queremos reducir el riesgo de atragantamiento:

Salchichas

Este producto tan común entre los más pequeños es, junto a los caramelos, uno los alimentos que más provocan asfixia. Su forma cilíndrica y su tamaño parecido al de las vías respiratorias infantiles, las hacen candidatas a provocar “una obstrucción en la hipofaringe del niño”. 

Hay que procurar que no las coman, pero si se les va a dar, los otorrinos recomiendan no cortarlas en rodajas sino a la mitad para reducir el riesgo de obstrucción. 

La salchicha es, junto a los caramelos, uno los alimentos que más provocan asfixia. / Freepik

Caramelos, lacasitos y dulces duros

Otro de los alimentos ‘peligrosos’ por excelencia son los caramelos. De nuevo su forma y textura, redondos y duros, hacen que puedan “ser tragados por el niño sin apenas deshacerse”, explican los especialistas. 

Y es fácil tragárselos por accidente, al reír o respirar profundo. 

Uvas

Una fruta típicamente otoñal, las uvas, son también causa habitual de los atragantamientos y provocan, en muchas ocasiones, verdaderas situaciones de peligro que puede llevar incluso a la muerte si no se actúa a tiempo. 

Así que lo mejor es no dárselas a niños menores de 5 años, salvo que se corten en dos, sin piel y sin pepitas. Pero nunca se deben comer enteras. 

Frutos secos

Desde la SEORL-CCC se recomienda no dar a niños menores de cinco o seis años cualquier tipo de fruto seco por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia. En este caso tampoco se debe dar en trocitos ya que siempre va a haber el riesgo de broncoaspiración.

Palomitas de maíz

Otro producto que encanta a los más pequeños son las palomitas de maíz, pero no es buena idea que los tomen hasta los cuatro o cinco años. “Los granos de maíz pueden pasar a las vías respiratorias y provocar asfixia o una infección por cuerpo extraño si se instalan en los pulmones”, advierten los otorrinolaringólogos.

Zanahoria cruda

Si, también las zanahorias crudas y enteras pueden provocar atragantamiento en los niños. Esto no significa que no tomen esta gran fuente de vitaminas, sino que es mejor que la coman “rallada si se va a dar cruda o cocerla para ablandarla y darla cortada en trozos, no en rodajas”, indican.

Los globos provocan el 29% de las muertes por asfixia en niños.

Otros objetos que pueden provocar ahogamientos

Ya sea en casa, en la guarde o en el cole, lo cierto es que con los niños pequeños hay que tener mil ojos, en especial con aquellos que tienden a meterse cualquier cosa en la boca. Y es que el peligro de atragantamientos causados por objetos inanimados es enorme. 

Dentro de los objetos son los globos los más peligrosos. Según los datos de la SEROL-CCC, el 29% de las muertes por aspiración de cuerpo extraño no alimentario lo son por globos. 

Su peligro para los pequeños viene determinado por varios motivos: 

  • Al aspirar aire mientras lo hinchan puede que el globo se introduzca accidentalmente en las vías respiratorias provocando su obstrucción total. 
  • “Muchos niños mastican los globos sin inflar ante un descuido de los padres, pero si el globo o un trocito de este va a la garganta puede quedar adherido y provocar la asfixia del niño.
  • Los pequeños trozos en los que se convierte el globo cuando explota también pueden ser ingeridos por los más pequeños. 

Además de los globos, las canicas, miniaturas o piezas pequeñas suponen un grave peligro para los menores de cinco años.

Los caramelos, por su forma y textura, hacen que puedan ser tragados por el niño sin apenas deshacerse. / Freepik

¿Qué hacer en caso de atragantamiento?

Si a pesar de tomar todas las precauciones se produce el atragantamiento hay que actuar rápidamente. Si la situación no es grave los otorrinos señalan que hay que ayudar al niño “atragantado a toser, porque este es el mejor mecanismo defensivo que tenemos para evitar el paso a zonas de la vía respiratoria inferior y que puede causar la muerte”.

El 29% de las muertes por aspiración de cuerpo extraño no alimentario lo son por globos

“En casos de atragantamientos más severos, procederemos a practicar la maniobra de Heimlich”, advierten. Para poder realizar bien esta maniobra, en el caso de los niños es necesario ponerse a su altura, bien arrodillándose detrás de ellos, bien poniéndoles en una posición más elevada, una mesa, por ejemplo. 

Cuando se trata de bebés menores de un año desde la SEORL-CCC indican que “debemos colocarlo boca abajo sobre el antebrazo o sobre nuestras rodillas y darle golpes en la espalda (entre los omóplatos) con la mano hueca, firmes pero suaves”.

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