Opinión | EN CLAVE EUROPEA

Draghi deja en evidencia a Bruselas y Berlín

Draghi ha recordado que la UE compite con Estados Unidos y China, que no dudan en destinar subsidios masivos para apoyar las industrias y desarrollos tecnológicos que consideran estratégicos

El expresidente del BCE Mario Draghi y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en la presentación del informe de propuestas para la competitividad de la UE. n der Leyen, / EFE

El plan de revitalización económica de la Unión Europea (UE) presentado esta semana por Mario Draghi, salvador del euro y expresidente de Banco Central Europeo (BCE), supone una desautorización implícita a la política impuesta en la UE por la Comisión Europea y el Gobierno alemán en las últimas décadas, así como a las recientes fallidas reformas europeas de las reglas presupuestarias y del sistema de precios eléctricos.

Los 800.000 millones de inversión adicional que debe realizar cada año la UE para evitar un agónico declive, como detalla el informe de Draghi, muestra la gravedad del "reto existencial" al que se enfrentan la UE y sus ciudadanos. Ese nivel de inversiones es imposible de alcanzar con las actuales normas sobre reducción del déficit y la deuda pública y sobre ayudas industriales. Las inercias políticas y la ideología neoliberal imperante en la Comisión Europea y la mayoría de gobiernos corren el riesgo de convertir las propuestas de Draghi en letra muerta y en otra ocasión pérdida, quizá la definitiva.

Frente a la autocomplacencia de la Comisión Europea y del BCE y la pasividad de los principales gobiernos, Draghi subraya la gravedad de lo que se intenta minimizar: el acentuado declive económico de la UE y su creciente rezagamiento respecto a Estados Unidos y China, debido a las políticas aplicadas en la UE desde la crisis financiera.

"La renta per cápita disponible ha crecido casi el doble en Estados Unidos que en la UE desde 2000", subraya el informe de Draghi en sus primeras páginas. "El crecimiento económico de la UE ha sido persistentemente inferior al de EEUU en las dos últimas décadas, mientras China se ha puesto rápidamente al día", añade el documento.

Un factor que contribuye decisivamente a la pérdida de competitividad de la industria europea es el desmedido coste de los precios energéticos respecto a sus competidores de Estados Unidos y China, sin que la Comisión Europea, ni la mayoría de los gobiernos parezcan dispuestos a acometer una reforma en profundidad antes de que sea demasiado tarde y se acelere el traslado de industrias fuera de la UE.

Precios de gas y electricidad

"Los precios mayoristas y minoristas del gas son actualmente entre tres y cinco veces más caros en la UE que en EEUU", destaca el informe de Draghi. "Los precios minoristas de la electricidad, en especial en la industria, son en la UE el doble y el triple que en Estados Unidos y China", añade el informe. El sistema de precios marginalista de la electricidad de la UE (la generación más cara por gas marca el precio final pese a que contribuye a producir menos del 20% de la electricidad total) dispara el precio de la luz, señala Draghi. Otro factor es la indexación de los precios del gas en la UE a los especulativos mercados spot y de futuros. En Corea del Sur y Japón han controlado los precios mediante las compras centralizadas y producción bajo control público, precisa el informe.

Draghi avisa en su informe que para salvar y potenciar la industria europea, recuperar el retraso tecnológico y digital acumulado, realizar la transición energética y climática, desarrollar y modernizar las infraestructuras esenciales y reforzar la capacidad de defensa europea se requiere incrementar la inversión anual de la UE en los citados 800.000 millones anuales. No es una cifra descabellada, ya que supone subir el porcentaje de inversión respecto al producto interior bruto (PIB) al nivel de las décadas de 1960 y 1970.

Deuda común

Para facilitar la aportación pública a esas inversiones, Draghi propone emitir deuda común europea. Pero los gobiernos alemán y holandés lo han rechazado de inmediato. La alternativa planteada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de aumentar las aportaciones nacionales al presupuesto de la UE y crear nuevas fuentes de ingresos al presupuesto europeo también ha sido descartada por Alemania, Países Bajos y otros estados.

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Draghi ha recordado que la UE compite con Estados Unidos y China, que no dudan en destinar subsidios masivos para apoyar las industrias y desarrollos tecnológicos que consideran estratégicos. La UE, sin embargo, se ha autoimpuesto reglas restrictivas presupuestarias y sobre ayudas públicas que le impiden imitar a las otras grandes potencias. Incluso frente a la amenaza de seguridad que supone la guerra en Ucrania, los países de la UE se muestran incapaces de potenciar su propia industria militar e importan casi el 80% de su equipo militar de fuera de la UE, fundamentalmente financiando la industria norteamericana.

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