ANTROPOLOGÍA

Lo que los neandertales revelan sobre los humanos: ser hipereficaces nos hizo sobrevivir, pero ahora podría matarnos

El destacado investigador francés Ludovic Slimak reflexiona en 'El neandertal desnudo' sobre los elementos que permitieron a los 'Sapiens' extenderse por todo el mundo e imponerse sobre otras especies

Ludovic Slimak, paleoantropólogo, uno de los mayores expertos en neandertales, es el autor de 'El Neandertal desnudo. Comprender a la criatura humana' (ed. Debate) / Laure Metz

Ángeles Castellano

"Ese proceso de hipereficacia característico de nuestra especie ha dado lugar a la erradicación de todas las demás formas de ser humano en el mundo. Ahora, esa súper eficacia que nos permitió sobrevivir y expandirnos por el mundo se aplica contra la naturaleza y puede terminar aniquilándonos al acabar con el mundo en el que vivimos". Ludovic Slimak (Romans-sur-Isère, Francia, 1973) es uno de los mayores expertos en el estudio de "la criatura" neandertal, como a él le gusta llamarla, a la que lleva dedicados 30 años de trayectoria como arqueólogo y paleoantropólogo tanto en excavaciones (principalmente en Francia, donde dirige las excavaciones en la cueva Mandrin de Malataverne) como en el laboratorio. Es de conversación fácil y se detiene a reflexionar sobre lo que quiere decir. Vive mirando hacia el pasado (los neandertales se extinguieron hace alrededor de 40.000 años), y sin embargo, en lo que piensa es en el futuro, y en el mundo en el que van a vivir sus hijos, con los que vive en Francia en una pequeña localidad de unos 100 habitantes.

Ahora está inmerso en escribir una trilogía que, partiendo del estudio del neandertal, explique la naturaleza profunda del Homo Sapiens refutando las tesis del historiador Yuval Noah Harari, que vendió más de 20 millones de ejemplares de Sapiens (editorial Debate, 2011). Aprovechando su visita a España para la presentación de la primera parte, El neandertal desnudo. Comprender a la criatura humana (editorial Debate), atiende a este periódico en Madrid.

Pregunta: Es su primer libro después de una larga carrera como investigador y de contar con mucho prestigio con su trabajo científico. ¿Qué le movió a escribirlo?

Respuesta: El problema que yo he sentido es que el discurso que se ha desarrollado sobre los neandertales no representaba lo que yo veía en las cuevas. En general hay dos escuelas dentro de la comunidad científica: una que considera que el neandertal es un ser inferior al Sapiens, y otra que considera que esa postura de considerar al neandertal un ser inferior es racista y que al tratar de restituir al neandertal ha terminado asimilándolo, como si fuesen igual que nosotros. Mi sensación es que las dos escuelas están erradas, que ni la una ni la otra no conocen la realidad que yo llevo 30 años viendo en el terreno. Pero además, a nivel del público general, el neandertal forma parte de la cultura popular, como Superman o cualquier otro personaje de ficción. Yo me siento atrapado entre los dos, la cultura popular y las corrientes científicas, y siento que hay algo que no marcha y esto es precisamente lo que trato de explicar.

P: ¿Y qué es eso que sintió que no encajaba?

R: Cuando tomamos cualquier objeto de los Sapiens es fácil comprobar que no han cambiado en miles de años: son básicamente los mismos. La tecnología es la misma. Una vez que has visto cien versiones de un objeto, los hemos visto todos. Es fácil identificarlos. Pero con los objetos neandertales pasa otra cosa. Cada vez que me encuentro con un objeto neandertal me siento como en una partida de ajedrez: no entiendo por qué lo hace, hacia dónde va. En el 100% de los casos, hay algo que se me escapa. Y después de un tiempo, lo que he logrado comprender es que cada objeto neandertal es único, incluso si hay cientos de miles. Es increíble. Y esto lo que nos dice es que no tenían la misma estructura mental que nosotros. Es la misma tecnología, pero la relación que tienen con el objeto es distinta. Nosotros estandarizamos y producimos en serie. Desde el principio de los tiempos. Y este elemento es algo que se le había escapado por completo a la comunidad científica.

Cueva Mandrin de Malataverne, en Francia, cercana al río Ródano, en el sudeste de Francia, que contiene un importante sitio arqueológico neandertal en el que el paleo arqueólogo Ludovic Slimak dirige las excavaciones desde hace 20 años. / Thilo Parg

P: ¿Es esto lo que nos define como especie, ser capaces de producir en serie?

R: Sí. Somos una especie creativa, pero los neandertales también lo eran. La nuestra es una especie que estandariza. No es una cuestión del Occidente actual: todos han hecho lo mismo a lo largo de cientos de miles de años. Cuando hablamos de la uniformidad, siempre nos imaginamos a los militares, que marchan todos al mismo paso. El militar es la caricatura última del Homo Sapiens. Marchan todos a una porque saben que haciendo las cosas al mismo tiempo, somos más eficaces. Pero esto nos permite también hablar de un peligro que tenemos en contra de nuestra propia supervivencia. Si no verbalizamos que esa búsqueda de la eficacia nos define, si no tomamos consciencia de ella, seremos sus prisioneros. Y esa es la historia del siglo XX en Europa, que es horrible. Cuando intentamos hacerlo todo al mismo tiempo es cierto que vamos muy lejos, pero quizás demasiado, porque algunas personas dicen: estos seres humanos no son exactamente como yo y los voy a exterminar. La sociedad alemana, y esto es solamente un ejemplo, era la más cultivada del mundo, la que tenía los grandes teatros, la ópera, la filosofía... Y en esa sociedad nació la lógica más terrorífica y todo Occidente se vio absorbido por estas estructuras mentales. Todos tenemos esa imagen en la cabeza de los soldados en formaciones perfectas delante de Hitler. Yo tengo dos hijos y no es ese el mundo que les quiero dejar.

P: Pero si está en nuestra naturaleza, ¿cómo combatirlo? ¿Es inevitable?

R: En el Sapiens hay dos capas: la naturaleza, que es esa capacidad de estandarización y luego está la cultura sapiens, que se va creando. Cada imaginario cultural transforma la manera de estar en el mundo de una sociedad. Hay culturas que a través de su imaginario han logrado erradicar esa naturaleza de estandarización y de súper eficacia por completo. Por esto es tan importante ser conscientes de que en nuestro interior tenemos la tendencia a generar procesos súper eficientes pero que debemos trabajar nuestras culturas para imponerlas sobre nuestra naturaleza. Y es por esto por lo que he escrito este libro. Podría haberlo llamado El Sapiens desnudo, porque en términos generales el mensaje que quiero transmitir es tan importante que no quiero que quede la idea de que es un libro sobre neandertales, sino sobre nosotros.

P: Esta idea de diferentes estructuras mentales entre especies de homínidos conecta con otras disciplinas científicas que están recolocando la inteligencia humana al mismo nivel que otras inteligencias animales, ¿no le parece?

R: Hay que tener cuidado. Cuando otros colegas dicen: finalmente el neandertal somos nosotros, tenían muchas capacidades técnicas como las nuestras, le negamos su especificidad, y por tanto lo volvemos a matar. Hay que tener en cuenta algo muy importante: el proceso de rehabilitación es también un proceso de asimilación, exactamente igual que se ha hecho en América, en Australia, en África con las poblaciones nativas. Por un lado, había una buena voluntad, pero por otro lado, había una inconsciencia, porque se estaba tratando de negar la realidad de esa humanidad hasta su extinción. Con los neandertales estamos ante el mayor proceso de extinción de la humanidad de todos los tiempos. Cuando decimos que están dentro de nosotros, que no se ha extinguido del todo, negamos su especificidad. Todos los otros seres humanos, en el momento en el que entra en contacto con el Sapiens, se extinguen. Hay que admitir la extinción del neandertal para comprender cómo muere el ser humano.

Este libro es parte de una trilogía, la segunda parte se llama El último neandertal y también se publicará en Debate. La trilogía redefine por completo desde todos los puntos de vista lo que nos define como humanidad y lo que han hecho otras humanidades. Toda la biodiversidad está desmoronándose, no porque queramos destruir la naturaleza, sino porque es lo que somos, súper eficaces, y esto puede llegar a ser peligroso. Nos ha permitido sobrevivir hasta ahora, pero en algún momento tenemos que parar y evitar que destruya la naturaleza. Porque no hemos sido capaces de hacerlo con otras especies humanas y esto puede ser ahora también el final del Homo Sapiens.

Ilustración de una familia neandertal / TOM BJORKLUND

P: Recientemente se ha publicado que el descubrimiento de un hueso en el yacimiento de Xátiva ha permitido establecer que los neandertales cuidaban de las personas con discapacidad. ¿Qué opina de esta hipótesis?

R: Que es cierta. Los neandertales cuidaban de los más débiles, tenemos muchos indicios encontrados en diferentes yacimientos. Tenemos por ejemplo indicios de que había individuos muy viejos, totalmente desdentados y dependientes, que han vivido un largo tiempo. Esto indica que el grupo cuidaba de sus viejos. La forma de organización social de los neandertales era tan sofisticada como la de los Sapiens.

P: En el libro detalla también el encuentro entre el Sapiens y el neandertal y cómo convivieron las dos especies.

R: Esto lo hemos conseguido demostrar gracias a diferentes técnicas de datación. En la cueva Mandrin, donde trabajo, hemos encontrado diferentes poblaciones que se alojaron en ella gracias a que cada comunidad que entraba encendía su fuego y en las rocas de las paredes quedaban restos del hollín. Estos restos, que son miles, cubren un arco temporal de 4.000 años. Hay una tesis doctoral sostenida por la Sorbona de París que dice que hubo doce épocas de campamento, doce niveles arqueológicos: el más antiguo tiene 120.000 años y el más reciente 42.000. Y lo que nos dicen estas huellas arqueológicas es que hubo campamentos neandertales y campamentos sapiens. ¿Por qué lo sabemos? Porque en algunas de las capas hemos encontrado una tecnología increíble: miles de útiles, estandarizados, producidos en serie, de puntas de flecha. En Europa pensábamos que la arquería tenía 12.000 años y gracias a este hallazgo hemos comprobado que tiene 54.000 años de antigüedad. Pero lo realmente importante es que los Sapiens pasaron por esta cueva durante 40 años. Y la arqueóloga Ségolène Vandevelde, autora de la tesis, ha podido establecer que pasaron seis meses entre la presencia de neandertales y la de los Sapiens. El territorio de esos Sapiens, que se puede calcular a partir de los sílex encontrados, cubría miles de kilómetros cuadrados. Toda esa población estaba en torno a la cueva a la vez, Sapiens y neandertales, y esto demuestra por primera vez que hubo una convivencia entre las dos especies. Yo, a través de las herramientas, compruebo que tenían estructuras mentales diferentes (estandarización frente a objetos únicos) pero, también, que la población neandertal no modifica su estructura de vida por la aparición del Sapiens. Esto es importante.

P: Con la capacidad destructora del Sapiens, es sorprendente que no hay evidencia de lucha con los neandertales...

R: Es complicado verlo, porque hay que comprender que en 150 años de arqueología en toda Eurasia sólo hemos encontrado 40 cuerpos más o menos completos de neandertales, repartidos en 300.000 años. Si hubo guerras o no, es difícil saberlo.

P: Pero sí hay evidencias de encuentro social a partir de la mezcla de ADN.

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R: Los Sapiens antiguos, los que tienen 47.000 años, tienen todos un poco de ADN neandertal. Todos. Pero sólo entre 2 y 6%, exactamente igual que los Sapiens actuales. Sin embargo, no ocurre lo mismo en los cuerpos de los neandertales, que no tienen ni rastro de ADN de los Sapiens. Y esto no es un problema de genética, sino de antropología. Todos los intercambios entre grupos sociales humanos son iguales. Esto es, son recíprocos y no tienen que ver con el amor: la supervivencia del grupo se garantiza con la movilidad de las mujeres entre grupos. Es decir, mi hermana va a tu grupo, pero tu hermana viene al mío. Así se han forjado las alianzas sociales desde el principio de los tiempos. Sin embargo, al no encontrar rastro de ADN en los cuerpos neandertales es difícil saber qué pasó: si ese intercambio social se produjo de otra manera o si hubo un problema de hibridación genético que produjo esterilidad.

'El neandertal desnudo. Comprender a la criatura humana'

Autor: Ludovic Slimak

Traducción: Robert Juan-Cantavella

Editorial Debate

240 páginas | 21,90 euros

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