DÍA MUNDIAL DEL RIÑÓN

Enfermedad renal crónica: así es el "asesino" silencioso que muchos no saben que padecen

Uno de los problemas de la enfermedad renal crónica es que una persona puede perder hasta el 90% de la función renal antes de experimentar alguna molestia

Aumentan la prevalencia de enfermedad renal crónica / Adobe Stock.

Al deterioro progresivo que se produce en las funciones que hace el riñón se le denomina enfermedad renal crónica. Una patología que no ha hecho más que crecer en las últimas décadas, para llegar a situarse entre las 10 primeras causas de mortalidad en España.

De hecho, los fallecimientos provocados por la enfermedad renal crónica han aumentado un 30% en los últimos diez años.

Y si la sociedad no se conciencia y esta patología continúa aumentando, la previsión de los especialistas de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N) es que se convertirá en la segunda causa de muerte en nuestro país en pocos años. Pero no solo fallecimientos, sino también aumentará el número de personas que requerirán diálisis o trasplante para poder seguir viviendo y que actualmente alcanza una cifra de casi 67.000 pacientes. 

Porque la enfermedad renal crónica se ha convertido en un importante problema de salud pública a nivel mundial y en España, donde ya afecta al 15% de la población (unos 7 millones de españoles). Y nueve de 10 ni siquiera sabe que padece esta enfermedad.

La enfermedad renal crónica se ha convertido en un importante problema de salud pública a nivel mundial. / Adobe Stock.

Una enfermedad sin síntomas

Como la hipertensión o el glaucoma, la enfermedad renal crónica no provoca ninguna molestia en la persona que la padece. Tal es así que según afirman los nefrólogos una persona puede perder hasta el 90% de la función renal antes de experimentar alguna molestia.

La enfermedad renal crónica “tiene una tasa de infradiagnóstico de más del 40%”

Si a esto le sumamos que es una patología prácticamente desconocida entre la población general, hace que se complique mucho tanto su prevención, como su diagnóstico precoz y el tratamiento. Además, la enfermedad renal crónica “tiene una tasa de infradiagnóstico de más del 40%”, explican desde la S.E.N.

Se calcula que un 10% de la población adulta presenta algún tipo de daño renal, y cada año millones de personas mueren en el mundo prematuramente por complicaciones relacionadas con la enfermedad renal. 

Y detrás de gran parte de estos fallecimientos se encuentra en la falta de conocimiento de la enfermedad y de sus factores de riesgo para contraerla, y, en su caso, realizar las pruebas necesarias para la detección de un posible daño renal.

La obesidad es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad renal crónica. / Rawpixel. Freepik.

Factores de riesgo y complicaciones de la enfermedad renal crónica

Entre los factores de riesgo que es necesario conocer, los expertos en nefrología señalan: 

  • Sufrir diabetes
  • Tener una tensión arterial elevada. 
  • Padecer obesidad o sobrepeso. 
  • Tener antecedentes familiares de problemas renales. 

Cuando los riñones no funcionan dejan de filtrar y eliminar los desechos de la sangre, dejan de regular correctamente la presencia de determinadas sustancias químicas

Además de conocer estos factores de riesgo, los especialistas en nefrología insisten en que se trata de una enfermedad irreversible, con lo que esto supone para la salud general.

Y es que cuando los riñones no funcionan dejan de filtrar y eliminar los desechos de la sangre, dejan de regular correctamente la presencia de determinadas sustancias químicas (sodio, potasio y calcio) y de producir las hormonas encargadas de producir glóbulos rojos. 

Un simple test para detectar el deterioro de la función renal

Afortunadamente los especialistas disponen de una prueba muy sencilla que permite medir la función renal de una persona. Esta prueba consiste en un test de sangre capilar (punción en la yema del dedo) y mediante el que se cuantifican los niveles de creatinina en sangre periférica y la estimación de la tasa de filtrado glomerular (GFR).

Esta prueba permite realizar una valoración inicial de la función renal, que luego debe ser confirmada mediante otra serie de pruebas. 

En cuanto a los tratamientos, se disponen de algunas alternativas farmacológicas, pero cuando los riñones ya no son capaces de realizar su función (fase avanzada de la ERC), las personas necesitan lo que se conoce como Tratamiento Renal Sustitutivo, bien sea diálisis o trasplante de riñón

En la última década, el número de personas que han pasado a necesitar este tipo de tratamiento se ha incrementado en un 30% y hoy se sitúa en España en 1.411 personas por millón de población.

Además, estos tratamientos no solo pueden enlentecer la enfermedad renal “sino prevenir otros problemas, como un ataque al corazón, un accidente cerebrovascular o una insuficiencia renal”, explican desde la S.E.N.

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