UROLOGÍA

Cólico nefrítico: qué es, causas, síntomas, tratamiento y cómo evitar que se repita

El cólico nefrítico siempre va acompañado, en cualquier descripción, por la palabra dolor en su más alta intensidad

Cólico nefrítico: qué es, causas, síntomas, tratamiento y cómo evitar que se repita

Rebeca Gil

Dolor. Mucho dolor. Un dolor insoportable. Un dolor peor que el del parto, según las mujeres. Así describen el cólico nefrítico aquellos que lo han padecido.

Los urólogos, sin embargo, entran un poco más en el detalle y lo definen médicamente como una obstrucción de las vías urinarias causada casi siempre por cálculos o piedras que provocan un dolor agudo en el costado, la cintura o en un lateral de la barriga. El dolor se inicia de manera brusca, y con una intensidad creciente e intermitente se va extendiendo hacia las ingles o los genitales.

Si finalmente atendemos a la explicación de la Asociación Española de Urología estaríamos entendiendo por cólico renal "un dolor en la zona lumbar de moderada o gran intensidad que comienza de forma brusca y supone una gran limitación para el paciente".

Dolor es el "apellido" del cólico nefrítico

El cólico nefrítico siempre va acompañado, en cualquier descripción, por la palabra dolor en su más alta intensidad. Y la causa que lo provoca es que hay algo que está obstruyendo la salida de la orina desde el riñón hasta la vejiga.

El dolor es el principal síntoma de los cólicos nefríticos / QUIRÓNSALUD

Son las piedras o cálculos renales las principales causantes de los cólicos nefríticos. En concreto, el 98% de los casos son causados por ellas, que poco a poco se han ido acumulando en algún punto del sistema urinario.

En el resto de casos, más excepcionales, el cólico renal puede estar ocasionado por otras patologías que causen la obstrucción de la vía urinaria, como tumores o enfermedades congénitas.

Síntomas del cólico nefrítico

Si alguna vez lo hemos padecido sabemos de sobra que es el dolor insoportable el que nos alerta de que las piedras han vuelto a aparecer. Pero no es el único síntoma.

Manuel Fernández Arjona, jefe del servicio de urología del Hospital del Henares, enumera las molestias más habituales de esta patología:

  • Dolor intenso y agudo en la zona lumbar: aparece en un solo lado y no está asociado a movimientos o posturas. A veces, el dolor puede pasar hacía la zona de la ingle.
  • Sangre en la orina: los cálculos renales pueden producir pequeñas lesiones en la vía urinaria.
  • Escozor al orinar: este síntoma es muy típico cuando la piedra se sitúa cerca de la vejiga.
  • Ganas constantes de orinar.
  • Náuseas y vómitos debidos al fuerte dolor que provoca el cólico.
  • Fiebre: el aumento de la temperatura corporal debe alertarnos porque podría deberse a una infección. En este caso lo más acertado es acudir a un servicio de urgencias.

¿Y qué hacer ante la aparición de los primeros síntomas del tan temido cólico nefrítico?

Pues los expertos en medicina de familia aconsejan:

  • Intentar aliviar los síntomas mediante la ingesta de un analgésico o antiinflamatorio.
  • Descansar buscando la postura que más alivie el dolor y aplicar calor local. Podemos, incluso, tomar un baño caliente.
  • Orinar en un recipiente o filtrar la orina con una gasa para intentar recoger la piedra. Así sabremos si la hemos expulsado o no, y en caso afirmativo podremos llevarla para para que la analicen.

Pero lo más probable es que el dolor nos haga acabar en urgencias, y será allí donde los sanitarios confirmarán el diagnóstico mediante una serie de pruebas: Una radiografía, una analítica de sangre o una ecografía determinarán la presencia de cálculos renales en las vías urinarias.

¿Cómo se trata un cólico nefrítico?

Lo primero que hará el personal sanitario es atacar el dolor que producen las piedras. Así que los analgésicos son la primera terapia para aliviar al paciente.

Pero claro, una vez eliminado el dolor las piedras van a seguir ahí, así que es fundamental intentar eliminarlas. Esto se puede hacer de dos formas:

  • Colocando un catéter a través de la uretra.
  • Realizando una nefrostomía. Según explica el doctor Fernández Arjona, esto consiste en colocar un catéter a través de una punción en la zona lumbar, se pincha el riñón afectado llegando hasta la vía urinaria. De esta manera la orina que produce el riñón se desecha a través de esta sonda.

¿Y si la piedra es demasiado grande?

A veces se pueden producir en nuestro cuerpo cálculos que, bien sea por su tamaño, bien por su ubicación, resulte imposible expulsarlos por la orina. En esos casos se pueden romper mediante ondas sonoras con un procedimiento llamado «litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOCH)» que viene a durar algo menos de una hora.

También puede ser necesario utilizar la cirugía, aunque no es muy frecuente.

¿Has sentido dolor en una nalga por la noche? Así comienzan y así son las espondiloartritis / Freepik

¿Cómo evitar que se repita?

¿Has tenido algún cólico renal a lo largo de tu vida? Pues desgraciadamente es muy probable que te vuelva a pasar.

Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFyC), aproximadamente 3 de cada 5 personas que han tenido un cólico volverán a sufrirlo en menos de 10 años.

Así que en este caso lo mejor es poner todo de nuestra parte para que no se repita tan doloroso episodio. Y para ello, los expertos en medicina de familia proponen algunas medidas de prevención tan fáciles de llevar a la práctica como eficaces:

  • Lo primero y más importante es beber muchos líquidos. ¿Cuánto? Unos 2,5 litros al día (unos 12 vasos) y si puede ser agua, mejor.
  • Hay momentos en los que podemos perder más líquidos de lo normal. Si tenemos fiebre, si hace mucho calor, si practicamos ejercicio… En esos casos hay que reforzar todavía más la hidratación.
  • Limitar el consumo de sal, carne, café y bebidas que contengan cafeína, así como el té y el cacao.
  • Hacer ejercicio de forma regular.
  • Evitar el estreñimiento.

Además, conocer el tipo de piedras que generamos puede darnos pistas más concretas sobre los alimentos que debemos evitar. Por ejemplo, si lo que tenemos son cálculos que contienen calcio:

  • Hay que reducir el consumo de alimentos ricos en oxalato, como espinacas, remolacha, legumbres, cereales, frutas, frutos secos.
  • Y aunque lo hayamos escuchado mil veces, los expertos en medicina de familia advierten que NO debemos dejar de tomar leche. Esto podría aumentar el riesgo de que se formen piedras.
  • Especial cuidado con los antiácidos, contienen calcio extra.
  • Sería bueno aumentar el consumo de alimentos ricos en citrato como el limón, la naranja, el pomelo, el kiwi, la grosella y la guayaba.

Si tenemos cálculos que contienen ácido úrico:

  • Consumir menos carne, marisco, embutidos, quesos curados, grasas y, por supuesto, nada de alcohol.
  • Por el contrario, es bueno aumentar el consumo de carbohidratos y reducir las proteínas.
  • Y nada de dietas drásticas. Lo mejor es bajar de peso de forma paulatina porque, según señala la SEMFYC, «la pérdida rápida de peso puede causar la formación de cálculos de ácido úrico».

Si tenemos cálculos formados por cistina:

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  • Dieta baja en sal y proteínas, así como limitar el consumo de pescado.
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