Los civiles en la región rusa de Rostov se preparan militarmente por si llega el día en el que tengan que coger las armas. "No tengo marido; vivo con mi madre y mi hijo, así que, si pasa algo, quiero estar lista para defender a mi familia", explica una de las participantes. En la región habían anunciado los cursos de entrenamiento de combate en las redes sociales debido a la proximidad de este territorio con el conflicto en Ucrania. Comparten un total de 400 kilómetros de frontera y los instructores aseguran que es una forma de proteger a su población. "En este momento la capacitación es relevante. Las personas que vienen aquí a tomar este curso se sienten más protegidas después de completarlo", comentan. Los participantes recibieron instrucciones sobre tácticas básicas de combate y manejo de una variedad de armas, además de tener la oportunidad de perfeccionar sus habilidades de tiro con rifles de asalto.