El calor no cesa y se empiezan a notar las consecuencias físicas y mentales en actividades diarias como conducir. Aumenta el riesgo de accidentes, nos hace más irascibles y descansar peor. Incluso en Santiago de Compostela los peregrinos llegan absolutamente reventados.
Julio fue el mes más cálido en España desde que hay registros y el tercero más seco del siglo (leer noticia)CALOR