Ciencias Planetarias / Astrobiología
Un abrumador silencio dominaría a la mayor parte del Universo
La vida sería algo extraño e inusual en el inabarcable escenario cósmico
Allen Telescope Array, en el norte de California, Estados Unidos. Uno de sus objetivos es la búsqueda de inteligencia extraterrestre. / Créditos: Seth Shostak/SETI Institute.
Pablo Javier Piacente
Solamente 4 de cada 10.000 galaxias tendrían vida inteligente, según un nuevo estudio que confirma la importancia de procesos como la tectónica de placas o la presencia de océanos y continentes para que un planeta logre desarrollar vida compleja. De acuerdo a esta visión, la mayor parte del cosmos estaría deshabitada, explicando por qué aún no hemos hallado otras formas de vida inteligente.
Científicos de la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, en Suiza, y la Universidad de Texas en Dallas, en Estados Unidos, concluyen en un estudio publicado en la revista Scientific Reports que la falta de evidencia de vida extraterrestre compleja se debe a la escasez de planetas que alberguen placas tectónicas de larga duración, continentes y una amalgama de ambientes acuosos y secos. Esto indicaría que solo existen 4 civilizaciones inteligentes por cada 10.000 galaxias: el Universo estaría mucho más desolado de lo indicado por otras teorías.
¿Estamos realmente solos?
Cuando imaginamos la inmensidad cósmica, inmediatamente pensamos que resulta ilógico que la Tierra sea el único planeta con vida inteligente. Sin embargo, luego de mucho tiempo de investigación tampoco hemos obtenido evidencias contundentes sobre la existencia de otras formas de vida más allá de nuestro planeta. ¿Puede ser que realmente estemos solos, o casi solos, en el Universo conocido?
Dentro de las incertidumbres de los parámetros astronómicos y biológicos involucrados, la Ecuación de Drake predice que deberían haber muchos exoplanetas en nuestra galaxia que albergan civilizaciones comunicativas activas (ACC) o vida compleja. Sin embargo, estos cálculos optimistas no están respaldados por pruebas, dando lugar a lo que se conoce como la paradoja de Fermi: si existe una alta probabilidad de la presencia de otras civilizaciones inteligentes en el Universo, ¿por qué no hemos lograr entrar en contacto con ellas?
La vida compleja y la tectónica de placas
El nuevo estudio profundiza en este enigma de larga data, mostrando la importancia del estilo tectónico planetario para la evolución biológica. De acuerdo a un artículo publicado en Space.com, los científicos responsables de la investigación argumentan que la tectónica de placas y la presencia de océanos y continentes son fundamentales para el desarrollo de vida compleja. La probabilidad de que un planeta tenga esos atributos es mínima en la Vía Láctea y quizás en otras galaxias, pero ese indicador no ha sido incluido en la Ecuación de Drake.
De esta manera, las probabilidades de vida inteligente serían mucho menores a las estimadas en la Ecuación de Drake, resolviendo en parte la paradoja de Fermi. Solamente 4 de cada 10.000 galaxias podrían albergar vida inteligente si nos guiamos por los parámetros del nuevo estudio: esto reduce enormemente la posibilidad de hallarlas, tan solo pensando en nuestro contexto cercano: nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.
Según una nota de prensa, la tectónica de placas es fundamental para la vida por varias razones. En principio, el proceso forma montañas altas. Esos picos sufren erosión, moviendo los sedimentos y aportando enormes cantidades de nutrientes a los océanos, en un ciclo que estimula la vida. Además, la tectónica de placas esculpe regularmente nuevos terrenos, esencialmente creando nichos únicos para la vida y generando múltiples vías evolutivas. En la Tierra, las tensiones ambientales que la tectónica de placas impuso a la biosfera podrían haber propiciado la evolución de vida compleja hace poco más de 500 millones de años.
Referencia
The importance of continents, oceans and plate tectonics for the evolution of complex life: implications for finding extraterrestrial civilizations. Robert J. Stern and Taras V. Gerya. Scientific Reports (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-024-54700-x
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