Ciencias de la Tierra

Descubren la evidencia más antigua de placas tectónicas

Pequeños cristales del tamaño de un grano de arena escondían las claves de un proceso previo a la tectónica de placas

La tectónica de placas permite explicar una amplia variedad de características y acontecimientos geológicos. / Crédito: meipakk en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Diminutos cristales desenterrados en Sudáfrica contienen evidencia de una transición repentina en la superficie del planeta hace 3.800 millones de años. Los cristales muestran movimientos de la corteza terrestre que marcarían un precursor del proceso conocido como tectónica de placas, convirtiéndose en la evidencia más antigua de este fenómeno.

Un grupo internacional de investigadores dirigido por la científica Nadja Drabon, de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ha descubierto en la cordillera de Barberton Greenstone, en Sudáfrica, cristales de circón con una antigüedad de casi 4.000 millones de años, que muestran evidencias de un proceso de movimiento de la corteza terrestre no identificado previamente: sería el antecedente directo y la evidencia más lejana en el tiempo de la tectónica de placas. 

Una placa tectónica es un fragmento rígido de litosfera (la capa externa de la Tierra) que se moviliza sobre la astenosfera, una porción más “plástica” y menos rígida del manto superior del planeta. Toda la litosfera está dividida en placas tectónicas, algunas de gran tamaño y otras más pequeñas. 

En consecuencia, la tectónica de placas es un proceso que explica la formación de estructuras geológicas producidas por deformación de la corteza terrestre, en función de la dinámica y movimiento de las placas tectónicas. Ese movimiento se utiliza, por ejemplo, para determinar las áreas con mayores probabilidades de sufrir terremotos, de acuerdo a las placas tectónicas que actúan en el subsuelo y su posible interacción.

Mucho antes de lo pensado

Ahora, en el nuevo estudio publicado recientemente en la revista AGU Advances, los científicos dicen haber hallado la evidencia más antigua de esa clase de movimientos. De acuerdo a un artículo publicado en Live Science, los descubrimientos contradicen las estimaciones vigentes hasta el momento: se pensaba que la superficie de roca sólida que empezó a cubrir al planeta durante el eón Hadeano, o sea entre 4.600 a 4.000 millones de años atrás, empezó a agrietarse y a moverse mucho después de lo indicado en la nueva investigación. 

Algunos estudios previos estimaban que la tectónica de placas comenzó hace solo 800 millones de años, mientras que otras investigaciones sugerían que este sistema se inició hace al menos 2.000 millones de años. Sin embargo, el análisis de 33 circones, con edades comprendidas entre los 4.100 millones y los 3.300 millones de años, arrojó para los científicos a cargo del nuevo estudio que los primeros movimientos precursores de la tectónica de placas en nuestro planeta habrían comenzado aproximadamente 3.800 millones de años atrás

Cristales que resguardan la historia

El equipo de especialistas comparó diferentes isótopos, o variantes de elementos químicos con diferente número de neutrones, en los antiguos circones identificados y en otros circones descubiertos en otros puntos del planeta. En esos pequeños cristales, cuyo tamaño no supera al de un grano de arena, hallaron rastros de una transición repentina a una especie de tectónica de placas primitiva. 

El hallazgo estaría indicando que en ese momento y en ese lugar del planeta habría comenzado una forma simple de subducción. La subducción es el hundimiento de una placa litosférica bajo el borde de otra placa, conformando así los llamados límites entre placas. Los investigadores aún no han podido confirmar si este fenómeno se dio a escala global, pero en cualquier caso no existen hasta el momento registros más antiguos de este tipo de movimientos ligados a la tectónica de placas.

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Referencia

Destabilization of Long-Lived Hadean Protocrust and the Onset of Pervasive Hydrous Melting at 3.8 Ga. Nadja Drabon et al. AGU Advances (2022). DOI:https://doi.org/10.1029/2021AV000520

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