Tú y yo somos tres
La crítica de Monegal: repelencias, el ‘eterno señorito’ y el ‘negro pelícano’
Programa ‘TardeAR’ en Tele 5.
Ferran Monegal
Veo que Ana Rosa Quintana, en su programa ‘TardeAR’ (Tele 5), le intentaba echar un cable a Bertín Osborne. No os perdáis hoy mi programa, Ana Rosa nos decía, "Porque tenemos un importante mensaje de Bertín a la madre de su hijo, que supone un giro en sus responsabilidades con su ex y con la criatura que ha nacido".
Y el mensaje eran tres frases peladitas en las que decía: "Haré lo que tenga que hacer. Asumiré mis responsabilidades si tengo que asumirlas. Cuando llegue el momento, si hay que estar, estaré". O sea, todo en modo condicional. Una hipotética actitud sobre lo que podría ser o quizá no ocurrir nunca. Este penúltimo golpe de bragueta del casi septuagenario Bertín sobre Gabriela Guillén, de 37 años de edad, ha tenido consecuencias. Ha nacido un bebé hace cinco meses justos. Ella ha advertido que la ha dejado tirada y que no asume lo que tiene que asumir. Y él se escabulle. Alega que es un tema privado.
Lo sería si Bertín no fuera un personaje público, que vive de la tele pública. En Canal Sur y en TeleMadrid, todos los viernes siguen emitiendo ‘El show de Bertín’. Y en ‘Masterchef’ (TVE1) acaban de enseñar que la próxima semana Bertín estará allí como gran estrella susceptible de ser aplaudida. Deberían ir con cuidado estas cadenas públicas. Bertín siempre ha causado repelús en sectores del progresismo y el feminismo. Esa manera que tiene de ir por la vida cabalgando con prepotencia ‘machirula’, como un ‘eterno señorito’. En otros sectores, en cambio, concita simpatías. Pero con esta penúltima hazaña, de la que intenta evadirse, ha cruzado una línea. Ahora provoca repelencia en buena parte de la ciudadanía. Hay un bebé de cinco meses, que no tiene ninguna culpa, y que no merece ser recibido así en este mundo.
La repelencia es sinónimo de repudio. Esta semana, en ‘Col.lapse’ (TV3) Ricard Ustrell entrevistó a Pepe Navarro. Tiene en su haber una ruin trayectoria televisiva, de cuando hacía de negro pájaro del Mississippi (T-5 y A3 TV). Ustrell le preguntó si estaba orgulloso de cómo trató el asesinato de las ‘Niñas de Alcasser’. Dijo que no se arrepentía de nada. No le preguntó por lo que también hizo sobre el secuestro de la farmacéutica de Olot. Fue al final, Sergi Pàmies, quien lo calificó: "Aquello fue una indecencia". Inútil entrevista. Han pasado más de 20 años. Sigue provocando repelencia. Repudio.
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