Investigación en marcha

Sandra, la mujer trans asesinada por su pareja, temía por su vida: "Cualquier día me mata"

Los Mossos investigan el homicidio como crimen machista pero el juzgado que instruye la causa no es de violencia de género, ya que la víctima no había cambiado su sexo del DNI

Ada Colau y Tània Verge guardan un minuto de silencio por Sandra.

"La discusión de si es el primer crimen machista que sufre una mujer trans en Catalunya está tapando lo que de verdad debería importarnos: ¿qué ha fallado?", critica la farmacéutica que trabaja justo al lado de la residencia de Sandra, que falleció acuchillada por su pareja sentimental el pasado martes por la mañana. "A mí me había dicho más de una vez: 'Cualquier día me mata'", insiste la farmacéutica, parafraseando una expresión que Manuel, conserje de la finca de Sandra, también asegura haber oído formular a la víctima.

Sandra se sentía mujer pero en su DNI seguía siendo un hombre. En su transición, tampoco se había sometido a ninguna intervención. Externamente, había decidido vivir el género que latía en su interior dejándose el pelo largo, vistiendo cada vez más femenina y pidiendo que la llamaran Sandra. Vivía con Jose, un hombre unos diez más años más joven que ella y físicamente mucho más enclenque. Formaban una pareja sentimental que residía en un piso de la décima planta de un bloque de protección oficial del Ayuntamiento de Barcelona, ubicado en el número 28 de la calle Selva de Mar, en el distrito de Sant Martí. Las peleas y discusiones entre ellos eran muy frecuentes.

Ambos sufrían "problemas de salud mental", señalan los vecinos nombrando un diagnóstico que no confirman fuentes oficiales. "Pero ella era inteligente y cuerda. Él, sin embargo, sufría brotes que lo mantenían encerrado periódicamente en centros psiquiátricos", insisten en la farmacia.

Antecedentes de violencia

Sandra había denunciado el maltrato de Jose a los Mossos d'Esquadra. Pero la policía catalana, que subraya que trata el caso de Sandra como un crimen machista y a Sandra como una mujer, no ha podido aclarar si el trato que había recibido la víctima en vida fue el mismo que se ofrece al resto de víctimas amenazadas por sus parejas sentimentales. Sandra no tenía protección. Y ni los avisos que ella había formalizado ni los brotes que Jose sufría de forma intermitente activaron alarmas que impidieran lo que ella aseguraba que iba a ocurrir: que "cualquier día" la matara.

Minuto de silencio

Govern de la Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona, con la 'consellera' de Feminismes, Tània Verge, y la alcaldesa, Ada Colau, al frente, han condenado este jueves este asesinato machista con un minuto de silencio. Al acto de recuerdo se han sumado entidades y colectivos LGTBI, aunque nadie que conociera a Sandra. Según los vecinos, Sandra era del Eixample y se instaló en el bloque de Sant Martí hace un año. No le gustaba la zona, echaba de menos el centro de la ciudad.

Jose apuñaló a Sandra el martes por la mañana durante otra de sus discusiones. Después, llamó a los Mossos. Ni los agentes ni los sanitarios del Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) pudieron hacer nada por salvar su vida. Ya era tarde.

Al juzgado ordinario

Sandra no existe para ningún registro oficial, a pesar de que los Mossos han comunicado públicamente que la identifican como mujer e investigan el homicidio como un crimen machista, el primero que sufre una mujer trans en Catalunya. Su cuerpo, más allá de las declaraciones como las de Sant Jaume de este jueves, sigue asociado al nombre y apellidos con los que nació. La justicia, de momento, no ha enviado la causa a un juzgado de violencia de género, como sí ocurre cada vez que un hombre mata a una mujer. Jose, su asesino, ingresará esta tarde en la prisión preventivamente.

Sandra decidió vivir como se sentía sin dar explicaciones ni pasar por el quirófano, con normalidad. Pero a la burocracia le cuestan las sensaciones. Y el debate, según lamentan los vecinos, parece más centrado en discutir sobre cómo debe investigarse su muerte en lugar de averiguar qué ha fallado para que no siga con vida.