PATOLOGÍAS CARDIÓLOGICAS

Más de 96 personas fallecen al día en España por muerte súbita: solo existen 7 desfibriladores por cada 10.000 habitantes

Las enfermedades hereditarias familiares, las congénitas y las adquiridas (como la miocarditis o el infarto) son las principales causas de estos fallecimientos

Un desfibrilador en un centro deportivo de El Prat de Llobregat. / / Jordi Otix

Beatriz Pérez

Unos 35.000 personas fallecen cada año en España por muerte súbita o, lo que es lo mismo, unas 96 personas al día. La más impactante, la que sale en los medios de comunicación, es la muerte súbita –paradas cardiacas en una persona aparentemente sana– de personas jóvenes que, haciendo deporte, se desploman de golpe. En la memoria permanece Dani Jarque, el futbolista del Espanyol que en 2009 falleció repentinamente en Florencia mientras disputaba un partido de fútbol.

Lo que Dani Jarque sufrió fue un infarto agudo de miocardio. La muerte súbita es la causa más frecuente de las muertes cardiacas. Dicho de otro modo: la mitad de las muertes cardiacas son muertes súbitas. "Es la típica situación de una persona mayor que no se despierta o que cae muerta. La muerte súbita es una problemática muy frecuente que antiguamente no se veía en los hospitales porque la gente no llegaba viva", explica el cardiólogo Jordi Mercè, que trabaja en la Unidad de Arritmias del Hospital de Bellvitge (L'Hospitalet). Mercè será uno de los ponentes en el IX Congreso Nacional Contra la Muerte Súbita, el cual, organizado por la Asociación Española Contra la Muerte Súbita José Durán #7 (AEMS) y la Fundación Quaes, tendrá lugar este 8 de noviembre en Barcelona.

La mitad de las muertes cardiacas son muertes súbitas, un problema "muy frecuente" que antiguamente no se veía en los hospitales porque la gente no llegaba viva

Desde que la muerte súbita llegó a los deportistas, la cardioprotección ha mejorado, pero no es suficiente. En España hay siete desfibriladores por cada 10.000 habitantes, muy lejos de la ratio de 45 por cada 10.000 habitantes que tienen países como Estados Unidos, Japón, Francia o Alemania, según la AEMS. La muerte súbita recuperada es la de la persona que logra sobrevivir gracias a un desfiblilador cardiaco o a que un tercero entrenado le aplica técnicas de reanimación.

Tipos de causas

La muerte súbita también puede afectar a niños, aunque su incidencia es mucho menor que en adultos. En adultos, su incidencia oscila entre los 1,5 y los 8,5 casos por 100.000 habitantes al año, mientras que en niños (de 0 a 18 años) es hasta ocho veces menor: 1,5 casos por 100.000 habitantes al año. Existen tres grandes grupos de afecciones que pueden causar la muerte súbita en la población: las enfermedades hereditarias familiares, las congénitas y las adquiridas.

Como explica el arritmólogo pediátrico Ferran Rosés, jefe clínico de Cardiología Pediátrica del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona), en las enfermedades hereditarias familiares suele haber un problema genético en el corazón que predispone a la persona a tener arritmias ventriculares graves. "Las diagnosticamos en niños porque el padre suele ser paciente del hospital", cuenta Rosés. Vall d'Hebron es el único hospital de Catalunya que cuenta con una consulta de atención integral a la muerte súbita en la que trata tanto a niños como a sus padres, precisamente "la mayoría de estas enfermedades son familiares".

Vall d'Hebron es el único hospital de Catalunya que cuenta con una consulta de atención integral a la muerte súbita en la que trata tanto a niños como a sus padres

En el segundo grupo, las enfermedades congénitas, suele haber alteraciones en la estructura del corazón. "No es algo genético ni tiene un componente familiar", añade Rosés. Por último, en el tercer grupo, el de las enfermedades adquiridas, están, por ejemplo, las enfermedades inflamatorias del corazón, como las miocarditis o los infartos (estos últimos se dan en adultos y no en niños).

Diferencias por edades

En personas de más de 35 o 40 años, la patología que más muertes súbitas causa es la enfermedad isquémica del corazón (un tipo de enfermedad adquirida), que afecta a las arterias coronarias y provoca infartos o anginas de pecho. La enfermedad isquémica del corazón está detrás del 90% de las muertes súbitas. El 10% restante la causan las embolias cerebrales. El tabaco, la diabetes y el colesterol aumentan el riesgo de enfermedad isquémica.

En el caso de los menores de 35 o 40 años, es infrecuente que este grupo poblacional tenga enfermedades isquémicas. Sin embargo, sí es más habitual que sufran enfermedades de origen genético o congénito. ¿Qué hacer para detectarlas en personas jóvenes? "En gente que hace deporte de competición, federado, la prevención permite detectar precozmente estas cosas. El electrocardiograma es una prueba muy fácil que permite detectar muchas cosas. Si hay niños o jóvenes que se desmayan haciendo deporte o les duele el pecho, eso ya es un signo muy alarmante", añade el doctor Mercè. Si hay familiares con antecedentes de enfermedades genéticas, también se deben realizar pruebas.

Detectar las malformaciones

Aunque no siempre es posible y muchas veces se descubre la patología una vez ya ha habido un caso de muerte súbita, existen enfermedades congénitas que sí se pueden detectar a tiempo y son aquellas que presentan malformaciones. "En las ecografías prenatales que se hacen durante el embarazo pueden verse las morfologías del corazón. Sin embargo, el problema de las enfermedades que provocan arritmias es que la morfología del corazón suele ser normal. Así, para detectarlas a tiempo, tienes que basarte en familiares que hayan sufrido un evento", añade Tapia.

"Cada persona debería conocer su historia familiar. Pero hay unos signos de alerta aguda, que son las pérdidas de conocimiento"

Georgia Sarquella

— — Especialista en arritmias pediátricas, cardiopatía familiar y muerte súbita de Sant Joan de Déu

"Cada persona debería conocer su historia familiar. Pero hay unos signos de alerta aguda, que son las pérdidas de conocimiento", explica por su parte Georgia Sarquella Brugada, especialista en arritmias pediátricas, cardiopatía familiar y muerte súbita del Hospital Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat). Las pérdidas de conocimiento que preocupan, aquellas que llevan a pensar que existe una "causa cardiológica" detrás, son las caídas de golpe en las que la persona no hace el gesto reflejo de poner las manos delante, sino que se desploma. También preocupan las pérdidas de conocimiento y mareos durante el ejercicio ("el deporte puede ser un desencadenante de arritmias en personas que no saben que las tienen", precisa Sarquella) o las palpitaciones en reposo (sin que haya un contexto de ansiedad).

Muerte súbita en el deporte

Como apunta Araceli Boraita, que durante más de 30 años fue jefa del Servicio de Cardiología del Centro de Medicina del Deporte (CSD), "la muerte súbita en el deporte es una patología", una situación "muy llamativa" porque se trata de personas "aparentemente sanas" que, en el momento más inesperado, sufren una muerte súbita. "La edad de riesgo son los deportistas por encima de 35 años, ya sean personas que han hecho siempre deporte o que han llegado tarde al deporte y han acumulado, a lo largo de su vida, factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo o el sedentarismo", explica Boraita.

"La enfermedad arterioesclerótica coronaria -un tipo de cardiopatía isquémica- es la principal causa de muerte súbita en los mayores de 35 años. La incidencia de la muerte súbita es 1 de cada 35.000 deportistas mayores de 35 años"

Araceli Boraita

— — Cardióloga

También están expuestos los deportistas de alta competición que, una vez se retiran, acumulan factores de riesgo como el sobrepeso o el colesterol"La enfermedad arterioesclerótica coronaria –un tipo de cardiopatía isquémica– es la principal causa de muerte súbita en los mayores de 35 años. La incidencia de la muerte súbita es 1 de cada 35.000 deportistas mayores de 35 años", añade esta cardióloga.

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Prevenir la muerte súbita en el deporte es posible y Boraita señala tres pilares: el reconocimiento cardiaco antes de la competición deportiva, que todos los espacios deportivos tengan desfibriladores y que cada muerte súbita sea comunicada en los registros para que esas personas, con sus autopsias y estudios genéticos, contribuyan a investigar las causas.

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