EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA

El movimiento 'Adolescencia sin móvil' se extiende por España: "Que el niño sin teléfono no sea el raro de la clase"

"Si los amigos de la escuela de nuestros hijos no tienen móviles, no sentirán tanta necesidad de tener uno y la presión social disminuirá para padres y alumnos", señalan las familias que se han sumado a la iniciativa

Un menor utiliza su móvil a la salida del instituto, en Madrid. / DAVID CASTRO

Olga Pereda | Helena López

En Cataluña prendió la mecha y en un tiempo récord ya han proliferado por toda España los grupos de familias que se han sumado al complicado reto de resquebrajar la ley no escrita -pero cumplida a rajatabla- de entregar un móvil personal y con acceso a internet a los niños y las niñas cuando comienzan 1º de ESO (o incluso antes).

Barcelona prendió la mecha y ahora ya hay grupos de progenitores organizados en redes sociales en Madrid, Mallorca, Navarra y Euskadi

Este diario ya avanzó que, de la mano de las redes sociales, miles de familias se estaban organizando en Barcelona y en el resto de Cataluña para retrasar la entrega del 'smartphone' a sus hijos, dada la colección de investigaciones sobre el impacto que a estas edades tienen las redes sociales, los videojuegos, el porno o el bucle de estímulos que brinda internet. Hay consenso en que, una vez que se da el dispositivo, el uso por parte de los menores es total y va de la mano de la dificultad familiar para controlarlo. Los datos están ahí: por ejemplo, casi el 40% de los adolescentes de 12 a 18 años explican que lo utilizan continuamente en su vida diaria, según una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Conscientes de la pequeña frontera que hay entre el uso y el mal uso, la iniciativa antimóvil a los 12 años se está extendiendo por toda España. WhatsApp se ha quedado pequeño y ahora es Telegram el punto de unión de miles de padres y madres que se suman a la iniciativa, considerada utópica por muchos psicólogos, más partidarios de la educación en el uso de los móviles que de la prohibición.

Cada minuto, más seguidores

Bautizados como 'Adolescencia sin móviles', además de un grupo de ámbito estatal, ya se han activado grupos prácticamente en todas las comunidades autónomas y en las principales ciudades españolas, más allá de Cataluña, donde cerca de 10.000 familias ya se están organizando por provincias, comarcas, municipios y barrios de Barcelona. Cada minuto, se suman nuevos seguidores. Así, este martes ya había familias movilizadas en comunidades como Baleares, Andalucía, Navarra, Euskadi y en ciudades como Madrid, València, Alicante, Málaga, Cádiz, Jaén, Granada, Huelva o Sevilla.

Todo apunta a que la fiebre antimóvil a los 12 años recorrerá cada rincón de España. Lejos de ser un movimiento tecnófobo, estos grupos esgrimen que su interés no es el de vetar la tecnología sin más, sino poner en cuestión que un menor de 12 años esté preparado para gestionar la complejidad del 'smartphone', a la vez que se fomenta el espíritu crítico y se ejerce la responsabilidad como padres y madres. "Somos responsables del desarrollo intelectual y cognitivo de nuestros hijos, queremos protegerles del impacto negativo que puede tener la tecnología. Queremos una sociedad crítica e inteligente", aseguran.

"Si los amigos de la escuela de nuestros hijos no tienen móviles, no sentirán tanta necesidad de tener uno y la presión social disminuirá para padres y estudiantes"

Laura Moyà, administradora del grupo junto a su marido en Mallorca, explica en 'Diario de Mallorca', del grupo Prensa Ibérica, que su hijo es "prácticamente el único" de su clase que este año ha empezado el instituto sin móvil. Este es el verdadero problema para muchos progenitores. En una época -la adolescencia- en la que saben que la vida social es vital, son conscientes de que sus hijos corren el riesgo de quedarse aislados por convertirse en los 'raritos' de la clase al no disponer de teléfono propio, cosa que dejará de pasar si se construye un nuevo consenso.

"Si los amigos de la escuela de nuestros hijos no tienen móviles, no sentirán tanta necesidad de tener uno y la presión social disminuirá para padres y alumnos", señalan las familias que se han sumado a la iniciativa.

"El paso a secundaria no ha de ser la excusa para entregar sin más un móvil a nuestros hijos"

Laura Moyá

— Madre de Mallorca que se ha sumado a la iniciativa

"El paso a secundaria no ha de ser la excusa", añade Moyà tras dejar clara la preocupación entre las familias por el impacto que puede tener en los menores un acceso libre y sin control a internet y a diferentes aplicaciones, creadas para ser adictivas. "El documental 'Generación Porno' (una producción de las televisiones vasca y catalana que muestra que, a falta de una educación sexual en la escuela, los chavales se guían por los contenidos pornográficos online) nos ha mostrado una realidad que no nos ha gustado nada", concluye esta madre mallorquina.

En Euskadi, el primer movimiento de familias surgió en una escuela de Zarautz, donde nació 'Guk aukera, guk hamasei' (Nosotros elegimos, nosotros 16) para retrasar la edad del primer móvil hasta los 16 años. Después, y con el mismo objetivo, en la localidad guipuzcoana de Tolosa varias familias se unieron para crear 'Altxa burua' (Levanta la cabeza). Ya son unos diez los municipios vascos donde hay proyectos familiares similares. El objetivo es unir todas estas iniciativas y pensar en grande.

De momento, las red se va extendiendo y ahora el reto es hilvanar o concretar las propuestas. Unas familias están a favor de atrasar la entrega del dispositivo hasta los 13 o 14 años. Otros, a los 16. Uno de los documentos que los progenitores intercambian en los grupos de Telegram es una carta de compromiso para que las familias se comprometan a no entregar un móvil a sus hijos ni en 6º de primaria ni en 1º de ESO, y a partir de ahí ir explorando.

En Catalunya, donde se está trabajando para articular una coordinadora, las familias barajan solicitar entrevistas con ayuntamientos y con la Conselleria d'Educació, e impulsar cambios legislativos que regulen la edad de acceso al móvil. En este sentido, el conseller de Salut, Manel Balcells, ya habló de la posibilidad de regular las pantallas en el marco de la nueva ley de adicciones que se está redactando.

Rendimiento escolar

Las familias organizadas esgrimen varias razones para apostar por una adolescencia sin móviles. La primera, la relación entre el mal uso del 'smartphone' y la disminución del rendimiento escolar, algo comprobado en todos los estudios científicos. El 'multitasking' (la multitarea que supone, por ejemplo, estudiar y contestar mensajes de móvil al mismo tiempo) es algo que hacen la mitad de los alumnos y alumnas de secundaria a pesar de que se trata de una práctica perjudicial. "Cuanto más se someta a un cerebro en proceso de desarrollo (el caso de los niños y adolescentes) a la multitarea, más permeable será a la distracción. Cuantas más cosas haga al mismo tiempo, menos rendirá, menos aprenderá y menos memorizará", explica el doctor en Neurociencia Michel Desmurget en su ensayo 'La fábrica de cretinos digitales. Los peligros de las pantallas para nuestros hijos'.

Otro de los argumentos es el bajo nivel de comprensión lectora que tienen los alumnos, especialmente los catalanes, que están a la cola de España y de Europa, según el último informe internacional PIRLS.

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Ante el avance de los grupos de familias que reclaman la regulación del móvil y el creciente número de institutos que han prohibido los 'smartphone' por la conflictividad que generan en el aula, el Departament d'Educació ha convocado un 'consell escolar' extraordinario para abordar la cuestión.

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