ALERTA SANITARIA

Los dermatólogos ya trabajan en un estudio sobre las lesiones de la viruela del mono

  • La doctora Cristina Galván, del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid), advierte: los médicos tienen "la responsabilidad de diagnosticar los casos, conseguir su aislamiento, conocer el comportamiento epidemiológico y, así, evitar la progresión del brote".

  • La investigación que han iniciado los especialistas será similar a la que realizaron en el estudio 'Covid-Piel', que consiguió la primera clasificación de las manifestaciones cutáneas asociadas al coronavirus.

Fotografía de archivo del Centro Estadounidense de Control de las Enfermedades (CDC) en la que se aprecia el dedo de un niño infectado por la llamada viruela de mono (monkeypox). / EFE/Cortesía CDC

Con más de doscientos casos confirmados en España ( 242, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad) y cerca de mil en el mundo, la situación en torno al brote de viruela del mono, un mes después de detectarse un primer caso de la enfermedad fuera de África (en Reino Unido), "obliga a una vigilancia cercana". Lo asegura a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la dermatóloga Cristina Galván del Hospital Universitario de Móstoles, en Madrid. La especialista advierte: deben estar alerta y tienen "la responsabilidad de diagnosticar los casos, conseguir su aislamiento, conocer el comportamiento epidemiológico y, así, evitar la progresión del brote". Además, avanza que la Academia Española de Dermatología ha impulsado un estudio descriptivo de casos, una iniciativa que les aportará "datos de mucha utilidad".

La aparición de un caso de la viruela del mono en Reino Unido el pasado 7 de mayo -en un hombre que había viajado a Nigeria, donde se cree que contrajo la infección- encendió las alarmas internacionales del primer brote de esta enfermedad fuera de África. Alarma que se reafirmó en España cuando el Instituto de Salud Carlos III confirmó, el día 20 de ese mes, que los siete casos de viruela no humana que habían dado positivo en PCR dos días antes se trataban de Monkeypox.

El brote detectado fuera de África ha sido "un tema candente" en el 49º Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Apenas unos días después de la celebración, en Málaga, del 49º Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la doctora Galván admite que la súbita aparición de casos fuera de África, de donde es endémica la enfermedad, "ha sido un tema candente" en el encuentro de los especialistas. "Los dermatólogos estaban ávidos por compartir sus hipótesis y experiencias en los pasillos", precisa la médico, quien señala que también han contado "con alguna excelente ponencia" específicamente dedicada a una enfermedad que, cuando se cumple un mes de la aparición del primer caso en Europa, conocen mucho mejor.

Evitar la progresión del brote

En España, indica la médico, con 242 casos confirmados, los dermatólogos se mantienen alerta. El brote al que estamos asistiendo, señala la dermatóloga, "tiene características clínicas y epidemiológicas, cómo es la cadena de transmisión, que muestra diferencias respecto a las que conocíamos". Explica que esta zoonosis, identificada por primera vez en monos en 1958 y en humanos en 1970, habitualmente se diagnostica en África central y oeste "y en ocasiones se han producido brotes limitados en países no endémicos, relacionados con viajes o con la importación de animales".

La dermatóloga Cristina Galván.

/ EPE

La causa subyacente "a este diferente comportamiento de la enfermedad, está siendo objeto de estudio por diversos grupos de investigación", añade. La implicación para la salud pública y el control del brote pueden ser muy diferentes si se ha originado "por diferencias en el comportamiento del virus o por diferencias, por usar una analogía, en los 'comportamientos' de los humanos", indica la médico.

"Debemos estar alerta"

¿Están preocupados los especialistas por la evolución del brote?. "No debo hablar de preocupación pero, sin duda, nos ocupa. Debemos estar alerta y tenemos la responsabilidad de diagnosticar los casos, conseguir su aislamiento, conocer el comportamiento epidemiológico y, así, evitar la progresión. Supondría una alarma si no conseguimos parar las cadenas de transmisión en los países no endémicos. Respecto al riesgo para los afectados, de momento, los casos comunicados tienen un curso evolutivo muy benigno y están solucionándose bien con tratamiento sintomático", responde la dermatóloga. La especialista del Hospital de Móstoles no tiene conocimiento de que se hayan diagnosticado casos con clínica grave en España. Por tanto, ninguno de los afectados precisaría, por el momento, del antivírico Tecovirimat, del que ya se disponen de unas pocas unidades en España -a la espera de la compra centralizada que, como en el caso de las vacunas, realizará la Unión Europea- para su uso compasivo en afectados con mayor riesgo.

Los síntomas, muy molestos

La doctora Galván explica que la sintomatología de la enfermedad "a veces en muy molesta, porque puede generar mucho picor, hinchazón y dolor en las mucosas y síntomas generales como fiebre y cansancio. Sin embargo, las curas locales y los antitérmicos están siendo suficientes para revertirlas". En cuanto al Tecovirimat, aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) para tratar la viruela del mono, no lo recomendaría en casos "que evolucionan bien con tratamiento sintomático. Sin duda, es el arma que debemos emplear en casos clínicos muy extensos o graves y quizá en pacientes inmunosuprimidos". Lo mismo sucede con la inmunización, abunda la médico. Se remite a la vacuna desarrollada contra la viruela clásica, basada en un vector de la viruela Ankara del laboratorio Bavarian Nordic, que, por similitud, está aprobada para la viruela del mono. "En este momento no creo que las autoridades sanitarias recomienden su uso salvo en personas de alto riesgo, por ser contactos cercanos y padecer inmunosupresión, o por ser trabajador sanitario en continuo contacto con pacientes afectados", asegura la dermatóloga. Eso sí, advierte que la observación de la tendencia evolutiva del brote, podría hacer cambiar estas recomendaciones.

Este jueves, la Comisión de Salud Pública aprobaba la vacunación frente a la viruela del mono para los contactos estrechos de casos confirmados. Los técnicos del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han tenido en cuenta la "limitada disponibilidad de las dosis" y, por lo tanto, priorizan la vacunación de personas con alto riesgo de gravedad o de exposición al virus.

Lesiones en la piel

En torno a las lesiones que padecen los afectados, la doctora Galván dice que no ha atendido directamente a ningún paciente, pero sí ha visto imágenes de muchos de los casos diagnosticados en España. "Las lesiones habituales se desarrollan como una 'pápula', es decir, una pequeña elevación de la piel, sólida en su inicio, que posteriormente desarrolla en el centro contenido líquido, amarillento, formando una 'vesícula' que, típicamente, se deprime en la parte más alta y central, cómo si se tratara de un pequeño ombligo. Los dermatólogos lo llamamos 'vesícula umbilicada'. Esta vesícula se va desecando, forma una costra que acaba cayendo". Además, en la exploración se encuentran habitualmente adenopatías (cuando los ganglios linfáticos se inflaman y aumentan de tamaño).

El número de lesiones es muy variable, de una a numerosas, y no es raro que aparezcan localizadas sólo en la zona del cuerpo que ha tenido contacto con las vesículas de otro afectado.

Detalla que el número de lesiones es muy variable, de una a numerosas, y no es raro que aparezcan localizadas sólo en la zona del cuerpo que ha tenido contacto con las vesículas de otro afectado. "Esto nos hace sospechar un contagio directo por el contacto con lesiones activas. De la viruela del mono conocíamos que la vía de transmisión puede ser respiratoria por gotas, o por contacto de las mucosas o la piel no intacta con el contenido de las vesículas o secreciones del paciente. Las lesiones son más diseminadas, suelen comenzar en la cara y se diseminan rápidamente, afectando incluso a palmas y plantas".

El estudio que han comenzado los dermatólogos sobre las lesiones de la enfermedad "aportará datos de mucha utilidad".

Como en la viruela tradicional, continúa, esas lesiones "tienen tendencia a dejar cicatrices deprimidas" indica pero señala que es pronto "para decir cuántos de estos casos leves y localizados van a dejar cómo secuela una cicatriz". En ese sentido, avanza que la Academia Española de Dermatología ha impulsado un estudio descriptivo de casos al que ha invitado a todos los especialistas españoles a participar. Sería una investigación similar a la que realizaron en el estudio 'Covid-Piel', que consiguió la primera clasificación de las manifestaciones cutáneas asociadas al coronavirus. "Estamos seguros de que la iniciativa aportará datos de mucha utilidad", augura la médico.