La disfunción eréctil, el tabú que afecta 1 de cada 5 hombres: "No hay que normalizar la falta de erección"

La disfunción eréctil es una de las patologías sexuales que más afecta a los hombres españoles, aunque no quieran reconocerlo.

Relacionado con su masculinidad o su capacidad de mantener relaciones sexuales plenas, esta enfermedad se ha convertido en un tabú. Tanto es así que muchos rechazan acudir a la consulta médica para tratarlo, ya que piensan que puede estar derivado de problemas emocionales. 

Con motivo del Día Mundial de la Salud Sexual, que se celebra cada 4 de septiembre, el doctor Juan Ignacio Martínez Salamanca, médico adjunto de Urología del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid y fundador de Lyx Instituto de Urología, pone el foco en la importancia de acudir al médico a tiempo porque puede ser síntoma de un problema mayor. 

¿Qué es la disfunción eréctil?

La disfunción eréctil hace referencia a la incapacidad de alcanzar y/o mantener una erección. "Muchos pacientes niegan sufrirla porque son capaces de alcanzarla, pero es igual de importante mantenerla para tener una relación sexual plena", puntualiza el especialista urólogo en conversación con 'Guías de Salud'.

Esta patología se engloba dentro de las disfunciones sexuales masculinas, que también afectan a la incapacidad de deseo sexual, de eyacular o de sentir orgasmo. No obstante, la disfunción eréctil es la más habitual, ya que suele ser prueba de una enfermedad más grave en el organismo.

La disfunción eréctil afecta a casi nueve millones de hombres en España

Según los datos del estudio EDEM, en España habría una incidencia de uno de cada cinco hombres. "Una patología muy frecuente que, si extrapolas, afecta a casi nueve millones de habitantes en España", recuerda Martínez.

"La disfunción eréctil afecta en particular a hombres de entre 40 y 70 años, con una incidencia en occidente de 25-30 nuevos casos por 1.000 habitantes y año", aclara el estudio.

¿Qué suele casuar esta patología sexual?

La percepción general es que la disfunción eréctil está ligada a problemas emocionales o psicológicos del paciente que deben tratarse más en terapia que en la consulta del urólogo. No obstante, esta es una percepción totalmente errónea. 

La causa más habitual para tener una disfunción eréctil, que se confirma en "el 60-70% de los casos", es la presencia de una enfermedad vascular sin diagnosticar como la hipertensión, la dislipemia o la diabetes. 

Por eso, para los urólogos, "la disfunción eréctil es una enfermedad vascular hasta que no se demuestre lo contrario". En la mayoría de los casos, la "reducción de entrada de sangre" asociada con este tipo de patologías es lo que "impiden la erección en el pene en el momento de la relación sexual". Una peligrosa señal para tu salud que puede hasta suponer el riesgo de "padecer un infarto de miocardio o de tener un episodio isquémico cerebral".

La disfunción eréctil es una enfermedad vascular hasta que no se demuestre lo contrario

De ahí, la importancia vital de acudir a un especialista cuando este tipo de problemas surge. Las pruebas de tensión, testosterona o sangre que se realizan en la consulta del urólogo puede ayudar a descubrir problemas del corazón o de diabetes que estaban ocultos. 

• "Las enfermedades vasculares no duelen, no molestan. Son enfermedades silentes, de ahí su alta prevalencia. La disfunción eréctil sí es una cosa que molesta a los pacientes. Por lo tanto, su diagnóstico es una gran oportunidad de intervención en la salud de los pacientes".

Aun así, es cierto que "en casi todos los pacientes hay un síntoma psicológico añadido". La incapacidad de mantener una erección provoca "ansiedad anticipatoria" tras varios intentos fallidos que “empeora la disfunción eréctil”, ya que estimula la adrenalina, “un neurotransmisor enemigo de las erecciones”. 

Un tercio de los casos se denominan "mixtos", porque añaden el factor mental a los factores de riesgo previo. Otro tercio son puramente "orgánicos" por la prevalencia de patologías vasculares y solo el último tercio se achaca a problemas completamente psicológicos. Esto afecta, "sobre todo, en gente joven de menos de 40 o 50 años". 

Romper el tabú de la disfunción eréctil

Ante la amenaza de sufrir una patología más grave, es importante vencer la vergüenza que aún queda en mucho de los pacientes. Se estima que puede haber entre un 20 y 30% de pacientes sin diagnosticar que consideran que no deben acudir al médico por estos sucesos.

Por eso, es importante distinguir cuándo es el momento de acudir al médico. Hay causas pasajeras que también pueden provocar la disfunción eréctil como:

• La toma de sustancias
• El cambio de pareja sexual
• El aprendizaje erróneo del sexo
• El estrés

Estos son problemas intermitentes o pasajeros que también se pueden asesorar. Pero, para los expertos, la disfunción eréctil "más allá de seis meses" es símbolo de que es necesario acudir a pedir ayuda a un profesional de la salud. 

¿Qué solución hay para la disfunción eréctil?

Como para el resto de problemas arteriales o vasculares, hay cinco factores de riesgo que pueden provocar o empeorar tu disfunción eréctil. Se tratan de:

• el colesterol
• la diabetes 
• el consumo de tabaco 
• el sedentarismo 
• la obesidad 

Por eso, corregir los hábitos del día a día suele ser uno de los primeros tratamientos de la disfunción eréctil. Sin embargo, todos están complementados con un sencillo medicamento de trata oral que tiene beneficios en el "80-85% de los pacientes". 

Una sencilla solución que espera que anime a más gente a acudir al médico cuando sienten que tienen problemas sexuales. "Merece la pena ir al médico porque con gestos bastante sencillos como hacerse una analítica o tomarse unas pastillas mejora muchísimo la calidad de vida del paciente", anima el urólogo.

• "Todos son argumentos a favor. Ir al médico por este motivo es como ir al médico por cualquier otra cosa. Van a encontrar una receptividad profesional magnífica porque es una patología que tiene solución en un altísimo porcentaje de pacientes". 

Y es que, no hay que normalizar esta patología que, aunque está asociada a la edad, tiene solución.