REUMATOLOGÍA
Espondiloartritis anquilosante: cómo prevenir la dolencia reumática que causa rigidez de espalda y dolor
Como consecuencia de esta patología, las vértebras tienden a soldarse lo que produce una rigidez en la columna.
Así es la enfermedad reumática que provoca rigidez en la espalda / Adobe Stock.
En España unas 96.000 personas sufren espondiloartritis anquilosante según se desprende del estudio EPISER. Hablamos de una de las más 200 enfermedades reumáticas descritas.
Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones de la columna vertebral. Como consecuencia de esta patología, las vértebras tienden a soldarse lo que produce una rigidez en la columna y limitación de la movilidad, explican los especialistas de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Síntomas de la espondiloartritis anquilosante
Es precisamente esta rigidez el principal síntoma de la espondiloartritis anquilosante.
- En general, las molestias suelen iniciarse en la zona baja de la espalda (articulaciones sacroilíacas), que se extiende al resto de la columna y que provoca dolor y “la disminución de la movilidad del cuello y la espalda en general y de la caja torácica”, explica los reumatólogos.
Como consecuencia de esta patología, las vértebras tienden a soldarse lo que produce una rigidez en la columna. / Adobe Stock.
Pero al tratarse de lo que clínicamente se llama una enfermedad sistémica, es decir que afecta al cuerpo entero, puede tener consecuencias ni siquiera relacionadas con los huesos.
Así que la espondiloartritis anquilosante, como señalan desde la SER, también puede provocar en algunos pacientes:
- "Pérdida de apetito
- puede causar fiebre
- Fatiga
- Incluso inflamación en órganos como pulmones y corazón, aunque esto último ocurre muy raramente”.
Además, los reumatólogos señalan que una cuarta parte de los pacientes suelen padecer también uveítis (inflamación de los ojos).
Cómo se diagnóstica y cómo evoluciona la enfermedad
En general, los especialistas en reumatología son capaces de diagnosticar en función de los síntomas que presenta el paciente y una exploración física.
Una radiografía ayuda a confirmar la inflamación de las articulaciones de la columna, pero en algunos casos, esta prueba no es suficiente ya que “los cambios radiológicos aparecen con una demora más o menos grande con respecto al inicio de los síntomas”, añaden los expertos.
- Por otro lado, la espodiloartritis anquilosante evoluciona por brotes de inflamación, y entre brote y brote, cesan los síntomas, como el dolor, y el paciente sigue haciendo su vida normal.
Y, como aseguran los especialistas de la SER:
- “Generalmente el paso del tiempo juega a favor del paciente, porque con la edad los brotes suelen distanciarse y ser cada vez más leves”.
El diagnóstico temprano es esencial. / Adobe Stock.
Hay otro aspecto a tener en cuenta y es que, afortunadamente, a día de hoy no es habitual que la espondilitis anquilosante llegue a ser grave, “es decir, que se suelden todas las vértebras, dejando a la persona anquilosada y rígida”.
Y es que cada vez se diagnostica antes, lo que permite comenzar a tratarla antes y evitar su evolución.
Según según la doctora Urruticoechea, reumatóloga del Hospital Universitari Son Espases (Palma de Mallorca).
- “Aunque se ha mejorado el diagnóstico en este ámbito, todavía existe un cierto retraso ya que la identificación precoz de estos pacientes no siempre es sencilla. El aspecto fundamental del éxito del tratamiento y que determinará un buen pronóstico a largo plazo es poder realizar un diagnóstico precoz para poder administrar el tratamiento más adecuado lo antes posible”.
Por eso, la doctora Sagrario Bustabad, presidenta de la SER, señala que es fundamental garantizar un abordaje temprano en estas enfermedades, una situación que actualmente se ve “gravemente perjudicada” por el déficit de especialistas en Reumatología que sufre nuestro país.
La rehabilitación es esencial para aliviar los síntomas de la espondiloartritis anquilosante. / FREEPIK
¿Es posible tratar la espondiloartritis anquilosante?
Aunque la espondiloartritis anquilosante no se puede curar si existen fármacos y terapias para tratar síntomas como el dolor o los problemas de movimiento.
- Por un lado, los antiinflamatorios tienen un papel fundamental contra el dolor y la inflamación.
- Por otro, los pacientes cuentan con la imprescindible ayuda de la rehabilitación física, ejercicios físicos y respiratorios que tienen como objetivo el fortalecimiento de la espalda.
A esto, los especialistas en reumatología insisten en añadir el ejercicio diario para favorecer la movilidad de hombros y caderas, como la natación.
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