GINECOLOGÍA
Los dos problemas que más mujeres llevan al ginecólogo: síntomas y edad a la que afectan
El 75% de las mujeres sufrirá una infección vulvovaginal a lo largo de su vida, y dentro de ellas los especialistas distinguen dos tipos: la vulvovaginitis candidiásica y la vaginosis bacteriana
El 75% de las mujeres sufrirá una infección vulvovaginal a lo largo de su vida. / JCOMP. FREEPIK
Rebeca Gil
Uno de los principales motivos por los que las mujeres acuden a las consultas de ginecología son las infecciones vulvovaginales. En concreto, este tipo de consultas constituyen el 20% de las realizadas en España con estos especialistas.
Y es que tal y como revela la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el 75% de las españolas sufrirán un episodio de vulvovaginitis sintomática a lo largo de su vida y el 40-50%, al menos, un segundo episodio.
La vulvovaginitis o infección vulvovaginal es la inflamación de la mucosa vaginal y de la piel vulvar, aunque no siempre ambas zonas se ven afectadas a la vez.
Infección vulvovaginal provocada por hongos
Dentro de estas infecciones los especialistas en ginecología distinguen dos tipos provocados por distintas causas:
- La vulvovaginitis candidiásica
- La vaginosis bacteriana.
La causa de la vulvovaginitis candidiásica se encuentra en la infección por hongos, fundamentalmente de la especie Cándida.
Este tipo de infección supone aproximadamente el 25% de las vulvovaginitis infecciosas, y es una patología muy común entre mujeres de entre 20 y 40 años.
- “Se calcula que a los 25 años el 50% de las mujeres habrá tenido al menos una vulvovaginitis candidiásica y que entre las mujeres premenopáusicas el 75% habrá sufrido al menos un episodio de esta infección, y el 45% dos episodios o más”, aseguran los especialistas de la SEGO.
Entre los factores que pueden provocar su aparición, los ginecólogos señalan:
- Mal control de la glucosa en mujeres con diabetes.
- El uso de antibióticos, que origina un desequilibrio en la microbiota vaginal.
- Tener niveles elevados de estrógenos, debido al uso de anticonceptivos o por el embarazo.
- Padecer enfermedades inmunodepresoras como VIH, lupus u otras.
Este tipo de infección provoca molestias como picor o escozor en la vagina, inflamación y enrojecimiento de la vulva y cambios en el flujo vaginal, que se vuelve más espeso, blanco, pero sin olor.
Para su detección se debe realizar una exploración minuciosa y pruebas complementarias que confirmen los síntomas, ya que una de las causas más frecuentes que provocan que los tratamientos no funcionan es el diagnóstico erróneo.
Así que, una vez que el ginecólogo ha determinado que la infección está causada por hongos, el tratamiento consistirá en un antifúngico en forma de crema, óvulo o pastilla.
Las infecciones vulvovaginales provocan la inflamación de la mucosa vaginal y de la piel vulvar. / FREEPIK
Infecciones provocadas por bacterias
La otra infección vulvovaginal más frecuente es la provocada por bacterias, denominada clínicamente vaginosis bacteriana.
La doctora María Jesús Cancelo, vicepresidenta de la SEGO, señala que este tipo de infección está provocada “por un desequilibro de la microbiota vaginal y el incremento de diversas bacterias”.
Se calcula que afecta a entre un 8% y un 30% de las mujeres sexualmente activas de los países desarrollados y entre sus factores de riesgo los expertos señalan el tabaco, el uso de duchas vaginales o productos de higiene intravaginal, o ser mujer de raza negra.
A pesar de que no es considerada una infección de transmisión sexual (ITS), es una patología que aumenta con el número de parejas sexuales.
A diferencia de las infecciones por hongos, las de origen bacteriano pueden no provocar ningún síntoma en la mujer.
Pero en el caso de que aparezcan, entre los más comunes están
- La sensación de pico al orinar
- Los cambios en el flujo vaginal, que se vuelve más grisáceo y, en este caso, adquiere un olor desagradable.
La principal diferencia de las infecciones bacterianas respecto de las provocadas por hongos, es el tratamiento. Y es que la vaginosis bacteriana se trata con antibióticos.
Además de este tipo de fármacos, los expertos de la SEGO señalan también los buenos resultados que dan otras sustancias no antibióticas, como el ácido láctico o los probióticos.
El problema de automedicación
Uno de los problemas a los que se enfrentan los especialistas en ginecología es que en muchas ocasiones es difícil determinar las causas ni los factores desencadenantes de este tipo de infecciones, con lo que el tratamiento puede no ser el adecuado.
A esto se suma que, al ser unas infecciones muy frecuentes entre las mujeres, en muchas ocasiones son ellas las que autodiagnostican y tratan, lo que provoca que las infecciones vuelvan a aparecer de forma reiterada.
Por ello, es esencial siempre que aparezca alguno de los síntomas descritos acudir a un especialista en ginecología.
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