RUTAS PERIFÉRICAS

Hay turismo en Madrid más allá de Sol, Callao y la Puerta de Alcalá: sólo hay que cruzar la M-30

Un castillo medieval, un mirador en un granero o un museo erigido desde cero por un antiguo policía municipal son algunas de las propuestas de Ricardo Blanco Sánchez para recorrer la capital de manera diferente

Cuatro lugares de la ruta que propone Ricardo Blanco Sánchez: Colonia Tercio y Terol, Castillo de la Alameda, Museo de la Historia de Vicálvaro y Huerta de la Salud. / XAVIER AMADO

Ana Ayuso

Ricardo Blanco Sánchez acaba de publicar su primer libro. Llega a la librería Desnivel, en la plaza de Matute, un enclave mucho más céntrico que los que ha visitado durante el último año para componer su guía de 100 -101, en realidad- lugares de interés más allá del núcleo central de la capital. De Sol, de Callao, del Retiro, de la Puerta de Alcalá.

Todo surgió con un hilo de X, antiguo Twitter, durante la pandemia. "Mi hermana, que vive fuera de España, y yo somos viajeros pero con el covid tuvimos que encerrarnos en Madrid, en Vicálvaro, nuestro barrio de toda la vida. Decidí visitar mi barrio y empecé a compartirlo en Twitter e hice como una serie de recopilaciones de los 13 pueblos que Madrid incorporó y tuvo muchísimo éxito", explica en una ruta por cuatro de esos 100 lugares que destaca en su libro, Esto también es Madrid (Ediciones La Librería, 2024).

Ricardo Blanco Sánchez ha impartido cursos de Conocer Madrid, una iniciativa del Ayuntamiento, y en ellos recorría los barrios periféricos con grupos de ciudadanos interesados en saber más de su ciudad. Fue descubriendo lugares de los distritos de Arganzuela, Barajas, Carabanchel, Ciudad Lineal, Fuencarral-El Pardo, Hortaleza, Latina, Moncloa-Aravaca, Moratalaz, Puente de Vallecas, San Blas-Canillejas, Tetuán, Usera, Vicálvaro, Villa de Vallecas y Villaverde. Tan sólo tres de ellos están dentro de la M-30, Arganzuela, Tetuán y Chamartín, mientras que el resto quedan en un vacío de conocimiento para gran parte de la población madrileña.

Chulapa del artista Jorge Rodríguez-Gerada, en la Colonia Tercio y Terol de Carabanchel. / XAVIER AMADO

"Nos crean esa imagen colectiva de que Madrid es lo que está dentro de la M-30", señala al inicio del recorrido, en la Colonia Tercio y Terol de Carabanchel, custodiada por una enorme cabeza de chulapa de ojos alicaídos del artista Jorge Rodríguez-Gerada. En sus excursiones por los distintos distritos desde que terminó el confinamiento y las restricciones más duras de la pandemia, Ricardo Blanco fue "descubriendo un montón de historias que me han sorprendido".

Colonia Tercio y Terol, en Carabanchel

La Dirección General de Regiones Devastadas de la dictadura franquista aprobó en la década de 1940 la construcción de la Colonia Tercio y Terol, con más de 600 unifamiliares con patios interiores cuando Carabanchel aún no había sido anexionado a Madrid. Lo que entonces fueron viviendas humildes se ha convertido en el anhelo de artistas, que buscan en esta colonia un hogar.

"Su ubicación privilegiada ha provocado que se haya producido un proceso de gentrificación por el que los vecinos tradicionales han sido sustituidos por otros de mayor poder adquisitivo", indica Blanco Sánchez en su libro.

A escasos minutos andando, el viandante se da de bruces con una segunda colonia, esta ya más reciente, de los años 80, con una plaza peatonal ornamentada con una línea de azulejos y un mapa de 1986 de Carabanchel Alto, Carabanchel Bajo y San Isidro "cuando eran pueblecitos". La colonia de Roger de Flor aún conserva columpios originales de los años 80.

El periodista Ricardo Blanco Sánchez, autor del libro 'Esto también es Madrid'. / XAVIER AMADO

Museo de la Historia de Vicálvaro

Ricardo Blanco Sánchez nació en Vicálvaro junto al Museo de la Historia de este distrito. Un policía municipal jubilado, Valentín González, ahora presidente de la Asociación Vicus Albus y conocido entre sus vecinos como el alcalde de Vicálvaro, fundó en los años 90 este espacio, en el que homenajea la tradición de este antiguo pueblo. Cientos de carpetas llenas de fotos y documentos que los vicalvareños ayudan a identificar, objetos de cocinas llegados de casas desmanteladas o letreros de bares y cafeterías que ya han cerrado. Todo lo que ha pasado en el distrito se mantiene vivo entre cuatro paredes.

Él lleva décadas dedicando "el 90% de mi tiempo" a reconstruir la historia del distrito. Sus vecinos le han llevado de todo: una pila bautismal, un surtidor de gasolina y hasta un cañón. Todo eso se ha encargado él de trasladarlo, con ayuda, hasta la calle Villajimena. No siempre ha sido fácil, pero se las ingeniaba para que ningún objeto ni documento cayese en el olvido.

Valentín González, presidente de la Asociación Vicus Albus, muestra el Museo de la Historia de Vicálvaro. / XAVIER AMADO

Para transportar el cañón, aprovechó que estaba destinado en la M-30 y decidió llevar el camión por esa vía porque, si le paraban, "los conocía a todos". El edificio municipal en el que guarda toda la historia de Vicálvaro "se está rajando, se están separando el techo y la pared", por lo que pidió a Ángel Ramos Sánchez, concejal presidente del distrito, que el Ayuntamiento les cediese una nueva localización a cambio de que él entregue todos los tesoros que lleva años rescatando.

"Yo no tengo ganas a mi edad de estar currando aquí, porque no me da la gana. El concejal ha parado la obra con la promesa de que nos íbamos", dice, pero sigue a la espera de que se apruebe esa partida en los presupuestos del Ayuntamiento del año 2025. "Sigo confiando en él", asegura.

Fotografías aún no identificadas de vecinos de Vicálvaro, en el museo dedicado a su historia. / XAVIER AMADO

Castillo de la Alameda, en Barajas

La tercera parada de este recorrido alternativo lleva a Ricardo Blanco Sánchez al distrito de Barajas, conocido por el aeropuerto. Los visitantes, turistas y locales no prestan atención a lo que fue el pueblo de Barajas, que alberga el único castillo medieval de Madrid, el de la Alameda, el cementerio más pequeño de todos los que existen en la capital, una plaza mayor "muy chula" y el panteón de los Fernán-Núñez.

"La gente no se espera encontrar todo esto aquí", señala el periodista, que anima a los lectores de Esto también es Madrid a desplazarse a los distritos que aún no han descubierto para pasar allí el día y "comer local". El Castillo de la Alameda, del siglo XV, "ha sufrido un montón".

El Castillo de la Alameda, una edificación medieval en el distrito de Barajas. / XAVIER AMADO

La única fortaleza medieval de Madrid se convirtió en el siglo XVI en un palacio renacentista para las élites madrileñas, en 1695 sufrió un incendio y fue expoliado en los siguientes siglos, hasta que en la Guerra Civil el ejército republicano lo empleó como fortín.

Junto a este castillo, se ubicó el panteón familiar de los Fernán-Núñez, para cuya construcción el arquitecto Francisco de Cubas y González Montes, el marqués de Cubas, se sirvió de piedras del propio castillo. A unos pasos, se edificó el cementerio más pequeño de Madrid, con apenas una veintena de tumbas. "Es un milagro que esté aquí", afirma el escritor.

Ricardo Blanco Sánchez contempla el panteón de los Fernán-Núñez, en Barajas. / XAVIER AMADO

Parque Huerta de la Salud, en Hortaleza

El Parque Huerta de la Salud, en Hortaleza, es un ejemplo de cómo la lucha vecinal puede proteger su patrimonio y forzar a las instituciones a que reutilicen edificios históricos como centros de uso público. Las antiguas caballerizas son ahora una biblioteca pública municipal; el silo, un centro cultural que homenajea la historia del barrio y desde cuyo mirador se puede contemplar el horizonte madrileño, y el edificio rosado a la entrada del parque se convirtió en un centro de mayores y en un auditorio.

El terreno en el que se localizaba la antigua finca de recreo de Nuestra Señora de la Salud iban a construirse edificios de viviendas en los años 70, pero la histórica Asociación La Unión frenó el plan. "Los vecinos lo salvaron, ya tenían conciencia. Sería un sitio muy adecuado para que se instalase un museo de la historia de Hortaleza, como el de Valentín", sostiene.

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Parque Huerta de la Salud, en Hortaleza. / XAVIER AMADO

El recorrido turístico por la periferia madrileña está repleto de sorpresas, más allá de la "postal ficticia e ideal que la gran mayoría de los millones de turistas que visitan la ciudad se llevan", enuncia Antonio Giraldo, concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid, geógrafo, urbanista y divulgador. Como él mismo destaca, "cuando sales de la M-30, entonces, empieza Madrid".

Ricardo Blanco Sánchez observa el horizonte de Madrid desde el mirador del parque Huerta de la Salud. / XAVIER AMADO

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