ELECCIONES VASCAS

Los partidos no nacionalistas buscan su hueco en una campaña polarizada por el soberanismo

La cuestión identitaria ha quedado relegada en la primera parte de la campaña, pero EH Bildu ha puesto ya sobre la mesa que el principal desafío de la próxima legislatura es dar un salto en el autogobierno y abrir una nueva ponencia sobre el estatus político de Euskadi

Los debates electorales reactivan la campaña, dan vuelo a los candidatos poco conocidos y todas las formaciones asumen que la fase decisiva comienza tras la celebración de la Copa del Rey en Bilbao

Vista de diferentes carteles electorales para las elecciones vascas en San Sebastián. / EFE / Juan Herrero

Elena Marín

"La campaña de verdad será la próxima semana". Lo dijo abiertamente Andoni Ortuzar un día después del fallecimiento del ex lehendakari José Antonio Ardanza, y lo confirman el resto de formaciones en sus conversaciones. La campaña arrancó sin pulso electoral y se ha mantenido así por distintos motivos. Pero si para el PNV es fundamental que el ambiente empiece a calentarse, para los que no defienden posturas nacionalistas, aún más. Hay un 30% de indecisos según las encuestas, las mismas que apuntan que el próximo parlamento vasco puede estar ocupado por cerca de un 70% de diputados que defienden que el País Vasco es una nación soberana. Asomar la cabeza cuando parece que el grueso del electorado no te considera es, como poco, complicado.

Con dos partidos por la derecha, PP y Vox, y tres en el centro izquierda, PSE, Elkarrekin Podemos y Sumar, colocar los mensajes no nacionalistas es todo un desafío. La cuestión identitaria ha quedado pretendidamente relegada del debate público por parte del mundo abertzale durante la precampaña y el inicio de la misma, aunque este miércoles el candidato de EH Bildu dejó claro durante el debate en la televisión autonómica vasca que el principal desafío de la próxima legislatura es dar un salto en el autogobierno y abrir una nueva ponencia sobre el "estatus político" de Euskadi "en los tres primeros meses de la legislatura". El objetivo es que el texto articulado esté listo en un año para aprovechar "el momento político" en el Estado, con un presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abierto a la "plurinacionalidad", según dijo. Sus aspiraciones, sin embargo, chocan con el candidato socialista, Eneko Andueza, que ya le advierte de que ese no es el camino y no tendrá su apoyo para ahondar en el independentismo: "Nuevo estatuto sí, nuevo estatus no".

El PSE lucha por frenar a ese flanco de la izquierda haciendo memoria del pasado abertzale de vez en cuando, enumerando ante los micros propuestas concretas, asumiendo como propias todas las medidas progresistas del Gobierno de Pedro Sánchez y reiterando, sobre todo, que son la llave para que el independentismo no se instale en las instituciones, pero también para moderar la querencia del PNV por políticas conservadoras.

"La polarización de la campaña entre PNV y Bildu nos dificulta colocar nuestro mensaje y obtener mejores resultados", reconoce un miembro del PP de Guipúzcoa, un territorio donde EH Bildu ha tenido históricamente mucha fuerza y sigue al alza, aunque en la dirección del partido aseveran que van a "mejorar en porcentaje de voto en los tres territorios". Regionalizar la campaña, hablar de lo local, de gestión y no liarse con cuestiones nacionales, les deja margen en lo que resta de días hasta el 21 de abril, explican en el partido de Javier de Andrés. Sobre todo, explica la secretaria general del partido, Esther Martínez, porque está convencida de que la polarización entre los dos nacionalistas "es justo lo contrario a lo que se ve". "A los abertzales les viene bien" no hablar de independentismo y "al PNV no le interesa hablar de su gestión", señala, esperanzada porque que las encuestas ya han demostrado que son una ciencia inexacta. Su mayor esfuerzo está en cuestionar al PNV como partido independentista capaz de pactar con EH Bildu y de la "órbita sanchista" para arrebatarle parte de su electorado.

Reactivación de la campaña

Cuando el ciclo electoral comenzó el pasado 4 de abril, muchos vascos aún seguían de vacaciones de Semana Santa (toda la semana era no lectiva en los colegios). El fin de semana llegó la euforia por la Copa del Rey en favor del Athletic, que lejos de festejarse inmediatamente, es este jueves cuando toda Vizcaya explotará por fin viendo la copa pasearse en la gabarra. Entre medias, al PNV, que le hacía falta tener a su electorado encendido, le llegó la noticia del adiós de Ardanza, y eso ha provocado que el medio gas al que andaba la campaña se redujera al mínimo. Será, por tanto, a partir del fin de semana cuando todos los partidos confían en que remonte el pulso electoral.

Los debates electorales de este martes en RTVE y miércoles en EiTB han servido, sin embargo, para dar un poco de vuelo a los partidos no nacionalistas y empezar a animar el ambiente electoral. Aun sin la presencia de los dos nacionalistas, Imanol Pradales (PNV) y Pello Otxandiano (EH Bildu), el debate en la cadena nacional fue lo más visto en el País Vasco en esa franja horaria, con una audiencia del 14%, lo que significa, según los partidos que sí mandaron allí a sus cabezas de lista, que su estrategia fue acertada.

En Sumar, precisamente, con una candidata, Alba García, apenas conocida según el CIS de este miércoles, fían gran parte de la campaña a los debates restantes de la próxima semana (otro en la televisión vasca y varios en medios privados). Su estrategia para asomar la cabeza queda clara en sus intervenciones. "Confrontamos con el Gobierno vasco en su conjunto, porque PNV y PSE juntos hacen una política conservadora", explican en esta formación.

La batalla de la izquierda

La idea es arrinconar al PSE y "confrontar con lo que hace el PSOE en España" con apoyo de los de Yolanda Díaz, ignorando a Elkarrekin Podemos, partido con quien comparte su lucha por superar la barrera del 3% para poder entrar en el parlamento vasco. Precisamente con la líder nacional en un gran acto en Barakaldo, este sábado Sumar vuelve a pulsar el botón de reinicio, y el 14 de abril, día de la República, su ministra de IU, Sira Rego, y Enrique Santiago, diputado nacional y secretario general del PCE, se presentan en Eibar para intentar reactivar su campaña.

En Elkarrekin Podemos directamente combaten la idea de la polarización entre PNV y EH Bildu como un "falso antagonismo". Aunque el trasvase de votos entre esta formación y EH Bildu es total, en su vídeo de campaña ya sugieren que el voto a los abertzales no sirve para defender sus ideas de izquierdas. "EHBildu se está jeltzalizando en materias estratégicas y estructurales como cambio climático, educación, patrimonio natural y ya cogobierna instituciones con el PNV como la UPV y EiTB", señalan en el equipo de la candidata Miren Gorrotxategi, y advierten a su público que el voto a los abertzales puede terminar con el PNV en Ajuria Enea. Los dos partidos nacionalistas no son tan distintos, vienen a decir. Y Gorrotxategi quiso dejar claro en el debate que su formación podría apoyar el resultado de una votación popular, pero se siente "tan patriota" que no puede ser "nacionalista.

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En el PSE no se cortan en comparar su programa electoral con el de EH Bildu en los mítines, en lugar de hablar solo del propio, y ante el "overbooking" de la izquierda, como dice el candidato por Guipúzcoa, Denis Itsaso, se centran en focalizar sus críticas en los abertzales para recordar que su programa, en realidad, consiste en "el derecho a decidir" y que con eso no se resuelven los retos que tiene la sociedad vasca. Y como ejemplo la pasada pandemia, dice.

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