CRISIS EMPRESARIAL

Sevilla entierra a Abengoa pero pelea por su mejor cuadro de Murillo

El Ayuntamiento dirige por carta un SOS al Ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía para que se movilicen y el cuadro de 'San Pedro Penitente' no sea subastado dentro del plan de liquidación de la multinacional sevillana

El fin de Abengoa, en liquidación concursal, es un hecho, a la espera de que se salven algunas filiales del grupo. / Marcelo del Pozo /Reuters

El cuadro retrata a San Pedro con los ojos acuosos implorantes y las manos entrelazadas en señal de arrepentimiento. Se encontró en una casa particular de la Isla de Man, un destino exótico a algo más de cien kilómetros de Liverpool, en el Mar de Irlanda. Hasta allí llegó la entonces fundación Focus Abengoa en busca del cuadro de Murillo que había sido pintado para permanecer en el Hospital de los Venerables de Sevilla. En el trabajo detectivesco de su búsqueda fue clave, por supuesto la directora de la Fundación, Anabel Morillo, pero sobre todo el actual director de la National Gallery de Londres, Gabriele Finaldi, que antes había formado parte del equipo de dirección del Museo del Prado e impulsó la exposición "Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad". El historiador del arte Alfonso Emilio Pérez Sánchez, exdirector del Prado (1983-1991), fue otra pieza crucial para que el lienzo volviera al lugar donde se pintó. Ahora todo ese trabajo de rescate está en peligro.

Recuperada en el Reino Unido, el gobierno británico autorizó su venta para que volviera a su casa, y restaurada en el Museo del Prado, la obra de Murillo ‘San Pedro Penitente’ regresó a Sevilla hace seis años. Costó seis millones de euros en 2014. La Fundación Focus-Abengoa, ahora desprovista del segundo apellido, contribuía así a la restitución del patrimonio histórico artístico de la ciudad dos siglos después de que el cuadro saliera de la capital hispalense. La obra se considera un tesoro nacional y ahora el Ayuntamiento de Sevilla pelea porque no salga de la ciudad, en plena liquidación de la matriz de Abengoa y cuando sus filiales pelean por su supervivencia a la espera de un buen postor. Sevilla llora la pérdida de la que fue su principal empresa, referencia en las energías renovables en todo el mundo, pero no está dispuesta a despedirse de uno de sus Murillo más queridos.

El pasado 14 de diciembre, el juez aprobó el plan de liquidación de Abengoa S.A. y dictaminó que sus bienes salgan a subasta, entre ellos el cuadro sobre el que las administraciones tienen derecho de tanteo y que el administrador concursal ha valorado en ocho millones de euros. La multinacional de ingeniería sevillana fue disuelta el pasado julio y ahora dispone de un año para vender sus activos. El conglomerado no tiene practicamente nada, sus principales activos fueron transferidos a una de sus filiales, Abenewco 1, desde donde sus accionistas tratan de salvar lo poco que queda potable de la que fue la gran empresa andaluza durante lustros.

Cruce de cartas

“En los últimos meses se ha conocido la decisión judicial de que los bienes titularidad de Abengoa S.A., entre ellos la obra de San Pedro Penitente de los Venerables, tenga que salir a subasta, circunstancia que expone a la ciudad ante el riesgo de que pueda perder este cuadro tan vinculado a nuestra historia y que recuperemos en 2016 tras su restauración en el Museo del Prado”. Es un párrafo de la carta que el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, ha remitido al ministro de Cultura, Miquel Iceta. Hay otra carta al consejero andaluz de Cultura, Arturo Bernal. A ambos les reclama el alcalde que actúen de la mano para evitar su salida. Para que la Junta, en coordinación con el Ministerio, ejerza “el derecho de tanteo para garantizar desde la titularidad pública su continuidad en la ciudad de Sevilla”.

El pasado abril el pleno del Ayuntamiento de Sevilla aprobó por unanimidad una iniciativa para que se adoptaran todas las medidas necesarias para que el cuadro de Bartolomé Estebán Murillo no se vendiera. Poco después, la Junta de Andalucía elevó la protección sobre la obra y lo declaró Bien de Interés Cutural (BIC). Eso prohíbe su salida fuera del territorio español. “Se están analizando las distintas opciones para conseguir el objetivo de que se quede en Sevilla”, aseguran desde la alcaldía. El cuadro fue pignorado como garantía de la deuda con la Seguridad Social de la empresa de 8 millones de euros.

El Ministerio de Miquel Iceta aseguró a este periódico que la Junta de Andalucía “tiene aún recorrido para ampliar la protección del cuadro” y garantizó que colaborarán con el resto de administraciones para blindar el lienzo y evitar su venta a manos privadas. La Junta ha pedido un encuentro con el ministro de Cultura para "tratar este y otros asuntos".

Una colección blindada

El propietario original del lienzo fue Justino de Neve, uno de los patronos más listos que tuvo Murillo, según destacan todos los libros de historia. En su testamento, en 1685, el mecenas legó su obra al Hospital de los Venerables de Sevilla. Allí está en estos momentos, como parte de la colección de la Fundación Focus-Abengoa, el gran fondo cultural creado hace más de 30 años por los fundadores de la multinacional ahora en liquidación, los ingenieros Jaime Benjumea Puigcerver y José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua, junto con otros familiares y amigos. Fue su manera de vincularse aún más con una ciudad que vio convertirse una pequeña empresa en una importante multinacional cuyos patronos fueron regando con fondos y nuevas adquisiciones una importante colección artística. Abengoa destinó 23 millones de euros a la compra de obras de arte entre 2007 y 2010, según el inventario de los bienes de la fundación.

La Fundación Focus se fundó en 1991, cuando Abengoa cumplía medio siglo. El gran acierto de sus fundadores fue mantener jurídicamente separada la Fundación del resto del conglomerado empresarial de Abengoa. Eso ha permitido que su valiosa colección pictórica y artística no estén en peligro con la liquidación de la empresa. Salvo ese cuadro de Murillo, el único que no está al margen del concurso de acreedores.

Cuando comenzaron los problemas para la empresa, la otra gran obra insignia, la 'Santa Justa' de Velázquez, adquirida en 2007 a la Sotheby's por más de 12 millones de euros, pasó a ser propiedad de Focus Abengoa. Solo esa obra, ‘San Pedro Penitente’, es de Abengoa y está afectada por la liquidación concursal. Fue la multinacional la que adquirió el cuadro y lo registró a su nombre en 2014, aunque la voluntad era donarlo al fondo cultural de la Fundación, explican desde la institución. En 2015, sin embargo, lo ofrecieron en prenda de una deuda con la Seguridad Social.

De qué sobrevivirán

El culebrón de Abengoa empezó en 2015 y fue durante la presidencia de Gonzalo Urquijo, que aterrizó en 2016, cuando la multinacional dejó de aportar fondos a Focus ante su crítica situación financiera. La fundación buscó alternativas, se deshizo de algunas obras, vendió un cuadro de Antonio López y otro de Fernando Botero, mientras que el Estado vigilaba de cerca que ninguna de las obras adquirida por la compañía saliera de España o fuera vendida para ir tapando los agujeros de una crisis empresarial con pocos precedentes en España. Ahora mismo la Fundación sobrevive de la venta de entradas para visitar Los Venerables y hace solo unos días, su presidente Felipe Benjumea y el rector de la Universidad Loyola, Gabriel Pérez, exhibían el inicio de una alianza estratégica que muchos señalan serán clave para la supervivencia de todo el patrimonio de la institución. La Compañía de Jesús siempre ha estado muy vinculada a la familia que fundó Abengoa y ahora salen a su rescate de su Fundación. Una de sus principales obras queda en mano de que las administraciones acudan al SOS que lanza el ayuntamiento sevillano.