ELECCIONES CASTILLA Y LEÓN

Cs cae en la irrelevancia pero se consuela con una previsible crisis interna en el PP

Francisco Igea retiene su escaño por Valladolid sin evitar el desastre: 11 procuradores y 150.000 votos menos

En Ciudadanos creen que el resultado abre grietas internas en Génova por la repercusión en las opciones de Juanma Moreno

El candidato de Ciudadanos a la presidencia de Castilla y León, Francisco Igea. / EFE

Ciudadanos ha pasado en tres años de tener 12 procuradores en Castilla y León y cerca de 206.000 votos a tener un escaño y 54.000 papeletas, y sin embargo, hay alivio en la dirección nacional. Pudo ser peor. Pudo ser como en Madrid, en donde tras gestionar una Vicepresidencia y varias consejerías por ser decisivo se fue diluyendo hasta desaparecer de la Asamblea.

De Castilla y León no ha desaparecido, aunque por poco. En unas Cortes autonómicas que van a dominar el PP y Vox quedará un diputado liberal, el ex vicepresidente, la persona que hasta esta campaña fue el peor adversario interno de Inés Arrimadas. Igea, a quien la decisión del adelanto electoral convirtió en un damnificado, ha intentado erigir ese atributo en su seña de identidad durante la campaña, así como el de gestor honrado. Su estrategia fue hábil y no le ha ido mal, pero su problema es la marca. La "C" y la "s" de su logo no termina de motivar al electorado de centro y derecha. No lo hizo en Cataluña, en donde perdió 30 escaños tras lograr la victoria en las elecciones anteriores, y no lo hizo en Madrid, en donde sencillamente desapareció.

Igea, no obstante, ha deslizado en su alocución ante la militancia que se ha congregado en el hotel de Valladolid desde el que han seguido el escrutinio que hay cierto éxito en el resultado. "Estas elecciones se convocaron para una mayoría absoluta y para echar a Ciudadanos y ninguna de esas dos cosas ha sucedido", ha proclamado el candidato, quien no ha desaprovechado la ocasión de criticar al PP, pero no al de Castilla y León y al que lidera Alfonso Fernández Mañueco, sino al nacional que encabeza Pablo Casado: "Si esto es todo lo que tienen que ofrecer a los españoles, apañados estamos".

El mensaje no iba por el presidente castellano y leonés, en funciones desde este domingo, sino por la estructura que manda en Génova. La dirección de Ciudadanos considera que la retención de ese escaño, la consecución de 54.000 votos, desmonta la treta de Teodoro García Egea y de Fran Hervías para borrar a los liberales del mapa y, así, atraer a sus votantes. En Castilla y León, desde luego, no han atraído a nadie que votara "naranja" en 2019, al menos tras una rápida primera lectura de los resultados de este domingo 13 de febrero. Cree la dirección de Arrimadas que se avecina tormenta interna en el PP, y eso, tal y como están las cosas, les sirve de consuelo.

Igea aboga por entendimiento PP-PSOE

Dirigentes nacionales como Edmundo Bal, Daniel Pérez o Marina Bravo acudieron a Valladolid, a un hotel de la ciudad, para acompañar a su candidato y a la plana mayor del partido en Castilla y León y seguir juntos el escrutinio. La presidenta de la formación, Inés Arrimadas, no se desplazó hasta Pucela por encontrarse muy avanzado su embarazo, pero no dejó de estar en contacto con la delegación y con el propio Igea.

El candidato, con quien ha tenido sonadas peleas internas, agradeció su apoyo y limó definitivamente todas las asperezas pasadas. Su intervención huyó de la euforia. "No hay nada que celebrar", dijo. Sin embargo, consideró que el porcentaje de voto cercano al 5 por ciento de la comunidad, superado en Valladolid, conforman el suelo del partido. No puede caer más. Sólo queda remontar y escalar posiciones. Aquí los militantes estallaron en aplausos.

Reconoció que no ha sido una campaña fácil porque los sondeos le dieron por "muerto". Si bien detectaron en Ciudadanos durante los últimos días que había motivos para cierta esperanza. Al fin y al cabo, el PP los quiere fuera del mapa, borrados directamente, y el escaño de Igea lo ha evitado.

Su papel va a ser más dialéctico que fáctico. Es irrelevante en unas Cortes en las que la suma más lógica a tenor de los resultados, la de PP y Vox, parece cercana. La otra, la de PP con abstención del PSOE, está sin embargo lejísimos. A esta va a apelar Igea y así lo transmitirá a los líderes políticos que hablen con él. Según sus palabras, el ascenso de Vox y su pretensión de formar Gobierno con Mañueco es una mala noticia.

La onda expansiva llegará a Andalucía

La dirección nacional siente alivio en gran medida porque huele a tormenta en su gran adversario, que no es Pedro Sánchez. Es el PP, y en concreto Teodoro García Egea. El secretario general de los populares, junto al ex de Cs Fran Hervías, son, en opinión de las fuentes consultadas del entorno de Arrimadas, los artífices de una estrategia furibunda para borrar a los naranjas del mapa político. En privado y en público Ciudadanos reconocía que el adelanto electoral de Castilla y León se hizo en gran parte para que Mañueco lograra lo mismo que Ayuso: arrasar a costa de deglutir los votos liberales.

No ha sucedido. El PP castellanoleonés no ha robado voto a nadie. Puede que la pérdida de Igea haya ido a Vox, pero esa lectura necesita más ingredientes.

Creen las fuentes de la dirección nacional, por tanto, que quien ha fracasado ha sido Génova, y esto pasará factura a Egea. El presidente de la Junta de Andalucia, Juanma Moreno, quien gobierna con Cs, ha calculado un adelanto electoral en la comunidad para junio. De momento, el resultado del 13-F ha puesto en frío sus planes. No han sentado bien la campaña y el desenlace de los comicios de Castilla y León al mandatario malagueño.

"Génova tiene que reflexionar. La estrategia de aniquilar a Cs no es buena idea", apuntan las fuentes el núcleo duro de Arrimadas. A Moreno, cuya estrategia ha consistido en lanzar un discurso de moderación y andalucismo para evitar dar miedo o enfadar en su contra, se encuentra ahora en un brete porque sabe que en Andalucía Vox parece que no cae. "El PP de centro debe estar muy molesto con los que mandan en Génova", sentencian.