NUEVO DEBATE POLÍTICO

El PSOE intenta pactar una posición sobre financiación autonómica para plantear después el acuerdo al PP

Génova deja por ahora el asunto en manos de sus barones pero reclama que "no haya privilegios para los socios de Pedro Sánchez"

Pablo Casado, en pleno enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso, no se plantea reunir a sus presidentes para forzar un postura común

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, del PP, (i), y el de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, del PSOE (d), conversando en el Palacio de San Telmo, sede del ejecutivo andaluz en Sevilla. / Raúl Caro

Con siete años de retraso, eI debate sobre el modelo de financiación autonómica arranca en serio hoy. El Ministerio de Hacienda ultima el borrador sobre el criterio de población protegida, la pieza central del sistema, pero este viernes la calle Ferraz acoge la primera discusión política de enjundia por el reparto de fondos a las comunidades. El Gobierno quiere que los socialistas exhiban un posicionamiento común y eso ha llevado a la dirección del PSOE a convocar a sus presidentes. Es el primer paso de un largo proceso, que debe conducir a un acuerdo entre el Ejecutivo y las autonomías en el Consejo de Política Financiera y Fiscal y, después, a un cambio de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas.

Antes de sumergirse en esta dura negociación la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha pedido a su partido que intente pactar una postura conjunta. Un pacto político de mínimos, que ahorme la opinión del PSOE, al margen de la discusión técnica que después mantendrá con cada región. Con este basamento se tratará de buscar un acuerdo con el PP.

Montero en este punto ha sido muy clara. En una entrevista el domingo en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, la ministra defendió que "al final no votan los territorios, votan las formaciones políticas y no se puede sostener un criterio y el contrario por parte de un mismo partido, dependiendo del lugar donde se hable", en referencia tanto al PSOE como al PP. Por eso se ha organizado esta primera reunión. Sólo su convocatoria ya provoca discrepancias entre las autonomías socialistas, consultadas por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Una de ellas sostiene que es "razonable" explorar un acuerdo general, en otra en cambio aseguran que "los intereses de partido no pueden estar por encima de los territoriales".

Pero, más partidarios o más escépticos, en Ferraz estarán este viernes todos los barones, a excepción de la navarra María Chivite y el canario Ángel Víctor Torres, que han excusado su presencia, convocados por el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en calidad de responsable de Política Territorial. Probablemente no será la única cita, aunque haya otras que se celebren a otro nivel, para abordar los flecos más sensibles de un modelo de financiación autonómico que lleva caducado desde 2014 y que el Gobierno aspira a reformar antes de que concluya la legislatura.

Entre los temas candentes, el propio criterio de población, contabilizar el número de personas en cada autonomía pero también lo que cuestan los servicios públicos, en función de la edad y la dispersión, y el gasto de la atención a turistas. Las nuevas reglas de reparto para subsanar la infrafinanciación de regiones como la Comunidad Valenciana y Murcia con el actual sistema. El debate sobre si el Ejecutivo debe asumir una quita de parte de la deuda acumulada estos años en estas autonomías por la falta de recursos. Y, por último, las opciones de que el Gobierno ponga más dinero en la tarta de la nueva financiación, cuando está pendiente aún abordar una reforma fiscal (el comité de expertos consultado por Hacienda hará una propuesta en febrero).

Ésta, si habrá o no más euros para distribuir en el sistema, es una discusión que se ha visto contaminado por la llegada de 16.000 millones de euros a las comunidades en 2020 de fondos Covid. Los presidentes reclaman ahora que se consoliden en sus presupuestos anuales. Una reivindicación que en Moncloa consideran que "está distorsionando" la disputa por la financiación autonómica. Un debate que, asumen en las propias regiones, de por sí "no es pacífico" y que unas regiones, las más favorecidas por el modelo actual, tienen más prisa por abordar que otras.

El consuelo en el PSOE es que el PP tiene el mismo problema con un elemento de tensión adicional, explican. Que Génova no muestra ningún interés en alcanzar un acuerdo con el Gobierno que sí pueden querer sus barones. "La vida no se ve igual cuando gobiernas que cuando estás en la oposición", señalan. Por el momento Pablo Casado no ha convocado a sus presidentes y la posición expresada por la dirección popular es que "no haya privilegios para los nacionalistas ni para los socios de Sánchez". "Que se aborden los incrementos de población pero también las necesidades de las autonomías más envejecidas y despobladas", añaden. Fuentes del PP consultadas por este diario no creen además que sea el momento más propicio para fraguar un acuerdo en el seño del partido, en medio de la guerra abierta entre Casado y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

La cita de este viernes en Ferraz servirá también de prolegómeno para el encuentro de presidentes de PP, PSOE y el cántabro Miguel Ángel Revilla, organizada en Santiago el día 23. Esa reunión, pensada inicialmente para el 2, se retrasó porque al Gobierno le incomodó esta cohabitación y porque Alberto Núñez Feijóo la anunció entre críticas a Pedro Sánchez y a Cataluña. Los presidentes de Castilla y León, Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha, La Rioja (que ahora es duda), Cantabria y Extremadura, la llamada España vaciada, la plantearon en respuesta al entente que han formado Andalucía y la Comunidad Valenciana. El Ejecutivo transmitió a sus barones que no le gustaba estas heterogéneas agrupaciones en lo que califica de "frentes" y por ello pretende reorganizar el tablero en su división natural: los presidentes del PSOE, en un lado, y en otro, los del PP. La convocatoria de este viernes en Ferraz medirá si esto es posible o no.