Opinión | PENSAMIENTO PERIFÉRICO

Presidenta, una mala noticia: la burguesía nacionalista catalana no existe

¿Por qué se hacen de Illa y no de Feijóo?

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante a la primera sesión del Debate del Estado de la Región en la Asamblea de Madrid, a 12 de septiembre de 2024, en Madrid (España). / Jesús Hellín

La prensa provinciana de Barcelona anda estos días muy excitada por lo que considera un ataque inmerecido de la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Habló de la madrileñofobia de la burguesía nacionalista catalana. Tengo una mala noticia que darle: ni hay burguesía ni es nacionalista. Me extraña que lo diga porque ella se ha paseado muchas veces en los cenáculos que podrían albergar a esa gente si existiera. Pero allí donde ha ido ha encontrado más bien admiración y envidia de los industriales, de los comerciantes y de los profesionales liberales que, además, se han distanciado en la última década de cualquier cosa que rezume a nacionalismo catalán. Es verdad que hay alguna gente desubicada, en su mayoría rentistas que no burgueses, que sigue esperando que cuando Junts se libere de Puigdemont será CiU. Son gente que no conoce lo que hoy es Junts y quiere ver lo que le gustaría que fuese.

Lo paradójico, y ahí la presidenta de la CAM podría ayudar más de lo que lo hace, es que esos sectores burgueses, y sobre todo neoburgueses que tienen multinacionales de bolsillo vinculadas a la tecnología y a la exportación, en lugar de pensar que la alternativa a Junts es el PP, han caído del lado del PSC de Salvador Illa. Se les puede maldecir y se les puede acusar de madrileñofobia, pero también se debería preguntar el PP qué puede hacer para que se le acerquen gente que habla catalán, pero que comparte su modelo económico, fiscal, educativo e incluso cultural. ¿Por qué se hacen de Illa y no de Feijóo? Porque de Sánchez tampoco son aunque lo aparenten.

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Es una más de la paradojas de la Cataluña desnortada tras el procés con el que algunos, ciertamente, coquetearon, pero que salieron disparados cuando se les dijo que no importaba quedar fuera de la UE. Por mucho que les duelan los impuestos o que les preocupe el futuro de la lengua de sus padres, ese desmán no estaban dispuestos a permitírselo. A los rentistas, en cambio, el procés les sirvió para defenderse de los podemitas y poca cosa más.

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