ANÁLISIS

Políticas de apaciguamiento

Gracias a unos indultos y a unas reformas legales pertinentes, Cataluña vuelve a ser un territorio maduro, pacífico y orgullosamente singular

Algunos de los condenados del ’proces’ a su salida de la cárcel. / EPE

Algunos analistas catalanes que siguen la campaña electoral han observado que, al contrario de lo que ocurrió hace cuatro años, el ‘procés’ ha desaparecido de los discursos, de los debates y de la publicidad electoral catalana. Tan solo la CUP, con un hilo de voz, critica en solitario que se hayan desvanecido las soflamas identitarias y las proclamas soberanistas. En las municipales anteriores, Ada Colau era interpelada duramente por los candidatos de JxCAT y de ERC, Elsa Artadi y Ernest Maragall respectivamente, para que saliera de su ambigüedad con respecto al proceso independentista.

Después de que la exacerbación nacionalista, pésimamente conducida por Madrid y reprimida ilegalmente por el ministro del Interior Fernández Díaz (hoy a las puertas de su procesamiento), llevara al traumático referéndum del 1-O de 2017, a la represión improvisada de la consulta y a la apertura de un macroproceso, era necesario reconducir el conflicto y regresar a parajes pacíficos de comprensión, negociación y distensión. Gracias a unos indultos y a unas reformas legales pertinentes, Cataluña vuelve a ser un territorio maduro, pacífico y orgullosamente singular pero capaz de continuar un maridaje muy fecundo de varios siglos con el resto de España. Apenas Aragonés, presidente de la Generalitat, de ERC, ha invocado la ley de la Claridad canadiense como un hipotético futurible para Cataluña, pero lo ha hecho para que sus rivales de JxCat, la antigua Convergència, no le acusen de antipatriota.

En Euskadi, las rigurosas políticas de Zapatero, Rubalcaba y López consiguieron la rendición de ETA. El punto 10 del pacto de Ajuria Enea cobraba importancia y Bildu, ya en paz, comenzó a hacer política como siempre habíamos deseado los demócratas. Se cumplía la disyuntiva de Rubalcaba: “o urnas o armas”. Y fueron urnas. Bildu ha medido pésimamente su estrategia después de una legislatura de esperanzadora cooperación parlamentaria, pero, por fortuna, las aguas han vuelto a su cauce.

Ni siquiera los alaridos de la extrema derecha ni las improvisadas invectivas de la derecha de siempre han logrado torcer el rumbo general del país"

Hasta hace poco, algunos temíamos que las elecciones del 28M pudieran desatentar la distensión territorial que se había logrado, y cuya consecución es un éxito que debería alegrarnos a todos. Lo cierto es que ni siquiera los alaridos de la extrema derecha ni las improvisadas invectivas de la derecha de siempre han logrado torcer el rumbo general del país. Los conflictos periféricos, que tanto debilitaron a la República, que hicieron peligrar la Transición y que hace poco resurgieron en Cataluña ya han cesado, puede que definitivamente. Hemos de trabajar todos para que así sea.

Temas

JxCAT · elecciones 28M · ETA · Ada Colau · ERC · CUP · Elecciones