TRABAJO

No tener miedo a hablar o por qué la seguridad psicológica es importante

Para retener a la generación más joven en el trabajo hacen falta beneficios creativos como el trabajo en remoto o la flexibilidad, además de acciones vinculadas al bienestar, la comida saludable o el café gratis.

Las actuales oficinas de Infor en Barcelona.

El lugar de trabajo y las políticas relacionadas con las personas son elementos clave para el éxito de cualquier organización. Si algo hemos aprendido durante la pandemia es que las generaciones que vienen como la generación Z (nacidos entre 1997-2012), o las que ya están -millenials (nacidos entre 1981-1996)- esperan cosas muy diferentes de los empleos. En estos dos años de cambios hemos conocido términos como la gran renuncia (great resignation) y el abandono silencioso (quiet quitting); pero también que para retener a la generación más joven hacen falta beneficios creativos como el trabajo en remoto o la flexibilidad, además de acciones vinculadas al bienestar, la comida saludable o el café gratis.

Este ha sido el tiempo en que la salud mental ha salido del botiquín, donde están esas pastillas que consumimos desproporcionadamente en España, y se hable más de ella. Por eso una de las tendencias que escucharemos durante este año que empieza será la importancia de la seguridad psicológica en el trabajo. Pero, ¿qué es exactamente? Para Amy Edmondson, profesora de Harvard y experta en la materia, es "la creencia de que uno no será castigado ni humillado por expresar sus ideas, preguntas, preocupaciones o errores". En otras palabras, es la sensación de seguridad que permite a los empleados sentirse cómodos expresando sus opiniones sin temor a represalias.

Las investigaciones han demostrado que la falta de esta seguridad puede provocar una disminución de la innovación, una reducción de la productividad y un aumento de la rotación de personal. Por el contrario, un entorno de trabajo seguro puede fomentar la colaboración, la creatividad y, en última instancia, mejores resultados tanto para el individuo como para la organización. No creo que descubra nada nuevo si afirmo que existe una fuerte conexión entre la seguridad psicológica en el lugar de trabajo y la salud mental. Especialmente ahora que gran parte de las bajas laborales se deben a esta razón en lugar de a los problemas físicos de otros tiempos. Y esto sucede en un contexto en el que como decíamos las nuevas generaciones valoran más el equilibrio con la vida personal y el bienestar, por eso es más probable que busquen empleadores que den prioridad a estas cuestiones.

En general, las empresas deberían ocuparse de algo que puede reportar una amplia gama de beneficios. ¿Qué pueden hacer para fomentar la seguridad psicológica en el lugar de trabajo? Para empezar crear una cultura de comunicación abierta. Esto significa escuchar activamente perspectivas diferentes, y proporcionar apoyo para el desarrollo personal. También implica establecer objetivos y expectativas claros, fomentando un sentimiento de pertenencia y de trabajo en equipo. Pero ¡ojo! no sólo depende de la dirección. Los empleados también tienen un papel que desempeñar, que implica hablar, expresar y compartir, así como animar a los compañeros a hacer lo mismo.

Requiere un esfuerzo colectivo, tenemos que preguntarnos: ¿estamos realmente comprometidos con esta forma de entender el trabajo? Responder a esta pregunta obliga a ir más allá del concepto superficial de crear un "espacio seguro" y reconocer el verdadero impacto que esta cultura puede tener. Las empresas deben para ello dar prioridad a la formación y el desarrollo de nuevos liderazgos. Esto incluye proporcionar herramientas para crear la cultura que se busca, así como enseñar habilidades eficaces de resolución de conflictos. No se trata sólo de hacer que los empleados se sientan bien, sino de crear un entorno de trabajo en el que se escuchen y valoren todas las voces sin miedo. Va más allá de lo que pueda hacer una persona sino de cómo ayudar a que nadie tenga miedo. Además, se deben crear procesos para abordar los problemas de seguridad psicológica. Esto incluye disponer de procedimientos claros para gestionar las quejas o preocupaciones, así como proporcionar apoyo a quienes puedan estar experimentando dificultades. Por último, hay que invertir en bienestar: recursos de apoyo a la salud mental o programas de asistencia, pero también promover el equilibrio con la vida personal y los hábitos saludables. Y sí, la semana de cuatro días podría entrar en esta categoría de equilibrio, como también los mecanismos de apoyo a las mujeres que quieran ser madres sin renunciar a su carrera profesional como hacen otros países en el norte de Europa.

La seguridad psicológica no es un esfuerzo puntual, sino un proceso continuo que requiere el compromiso y la dedicación de todos los niveles de la organización. No es la ausencia de errores, sino la ausencia del miedo a ser uno mismo y a que haya consecuencias negativas cuando las cosas van mal. Porque siempre habrá cosas que salgan mal y para superar la tendencia natural a permanecer en silencio y evitar el conflicto, hay que apoyar, no consolar o castigar a los que se comportan distinto. Lo que sí está claro es que para este tipo de despliegues es fundamental contar con personas que se ocupen de personas. Aquí la tecnología aporta poco.