EMPLEO

Las cifras del paro en un contexto difícil

El empleo ha resistido en 2022 a la escalada de precios y a las secuelas de la guerra de Ucrania demostrando lo infundado del temor a la reforma laboral

Dependientes de Juguetes Carrión en Málaga. / Álex Zea

Los datos de afiliación a la Seguridad Social y de paro registrado de diciembre muestran que la creación de empleo ha resistido en 2022 los embates de la escalada de precios energéticos, la subida de los tipos de interés y las secuelas de la invasión rusa de Ucrania. El número de afiliados a la Seguridad Social ha crecido en más de 471.000 personas, situándose en diciembre en los 20,3 millones, con una media anual de 20,1 millones de afiliados, la más elevada de la serie histórica. En paralelo, el paro registrado ha disminuido en más 268.000 personas, situándose en 2,83 millones, unos 326.000 menos que los contabilizados en diciembre de 2019, antes de la pandemia del coronavirus.

La creación de empleo y la reducción de paro en 2022, tras un año de vigencia de la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez y respaldada por los sindicatos CCOO y UGT, evidencia el carácter infundado de los sombríos augurios sobre su impacto pernicioso en el empleo. Más bien al contrario, ha contribuido a reducir la elevada temporalidad de los nuevos contratos y a dar más estabilidad laboral.

El número de nuevos contratos indefinidos se ha más que triplicado y los temporales se han reducido en un 35%. Hay que matizar que muchos de los nuevos indefinidos son fijos discontinuos, que siguen siendo afiliados en los periodos que no trabajan, por lo que no se cuentan en las estadísticas del paro.

Con todo, una mayor estabilidad y la reducción de la temporalidad, junto a la subida del salario mínimo interprofesional en 2022 -también duramente criticada- han contribuido a mantener un nivel de actividad y de crecimiento mayor que en otros países de la Unión Europea (UE), pese al entorno difícil.

Buen año para el mercado laboral pese a la incertidumbre / Agencia ATLAS | EFE

Sin embargo, los datos laborales de diciembre señalan la persistencia de asignaturas pendientes. Primero, al acabar 2022 aún hay 708.000 parados más de los que había registrados en diciembre de 2007, lo que indica que no se ha conseguido el nivel previo a la crisis financiera de 2008. Segundo, la brecha de género sigue sin corregirse: el número de mujeres en paro es un 47% superior al de los varones y durante 2022 el desempleo masculino se redujo en cifras absolutas más que el femenino. Un tercer problema es el abuso de los contratos fijos discontinuos que algunas empresas han convertido en sustitutos de los de obra y servicio para enmascarar la precariedad. Los contratos fijos discontinuos representaron en diciembre más del 38% del total de los indefinidos y se multiplicaron por 10 respecto a diciembre de 2021.

Los datos anticipan asimismo las dificultades que afronta España en 2023, con un crecimiento más débil, una inflación alta, la prolongación de la guerra en Ucrania, más subidas de tipos de interés y el riesgo de un nuevo encarecimiento del precio de la energía. La reducción del desempleo y el aumento de las afiliaciones a la Seguridad Social se ha frenado: la disminución mensual del paro en diciembre ha sido la menor desde 2012, el número trabajadores autónomos se estancó en 2022 debido al cierre de miles de pequeños negocios e incluso en términos desestacionalizados el número de afiliados a la Seguridad Social retrocedió en diciembre, como reconoce el Gobierno.

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