LAZOS TUDOR
María Tudor, la reina sangrienta cuyo matrimonio pudo unificar los reinos de España e Inglaterra
María finalmente ascendió al trono con 37 años y fiel a la religión de su madre, su objetivo fue restaurar el catolicismo
María I de Inglaterra conocida como 'Bloody Mary' / wikipedia
La historia de María Tudor es quizás una de las más curiosas en relación con el periodo de la Inglaterra de Enrique VIII. Tras el divorcio de sus padres, María fue despojada de todos sus títulos y derechos en la línea de sucesión, hija del matrimonio del soberano con su primera esposa. Años más tarde, tras la muerte de su único hermano varón, ascendió al trono con 37 años y se casó con su primo Felipe II. Una unión que podría haber unificado los reinos de España e Inglaterra.
Una infancia compleja
María nace en 1516 fruto del matrimonio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos. Al no engendrar hijo varón y ante la negativa de la iglesia a sus deseos de separarse, el rey británico se separó de ella y la repudió en el castillo de Kombolton, donde permaneció hasta el fin de sus días y murió a causa de un cáncer. La nulidad matrimonial entre Enrique y Catalina no solo provocó un cisma en la iglesia, sino que también elimino a María de la línea de sucesión. Aunque nunca su padre la tuvo en mente, fue más allá declarándola bastarda.
Princesa, bastarda, reina
Varios matrimonios fallidos después, finalmente en 1537 nació su hermano Eduardo, fruto de la unión con Jane Seymour, que tras la muerte de su padre ocupó el trono. Sin embargo, poco después murió y el debate de la sucesión volvió a estar sobre la mesa. Tras un breve reinado de 9 días por parte de Jane Grey, acusada de traición y condenada, María finalmente ascendió al trono con 37 años y fiel a la religión de su madre, su objetivo fue restaurar el catolicismo en Inglaterra. Convencida de la restauración emprendió una carnicera represión contra todos aquellos contrarios a la vuelta del catolicismo, condenando a la hoguera a 273 personas. Un hecho que la valió el título de 'Bloody Mary, "la sangrienta María".
Un matrimonio de carácter imperial
Entretanto María se fijó en el príncipe Felipe II, hijo de Carlos V. Tras muchas dificultades, el parlamento inglés cede y aprueba la unión coronando a Felipe II como rey de Inglaterra, quién solo podría mantener este título mientras María viviese. El monarca aprovechó el amor que su esposa le profesaba para mover hilos en la corte con el objetivo de que le nombraran su sucesor en el caso de que no tuvieran hijos. Algo que de salir adelante unificaría España, Inglaterra, Flandes y Borgoña. Sin embargo, el Parlamento invocó los acuerdos prematrimoniales y lo impidió en el último momento.
Pasó el tiempo y el matrimonio no dio descendencia alguna, por su parte Felipe II fue perdiendo el interés y alejándose de la reina hasta que finalmente el 17 de noviembre de 1558, María de Tudor murió sola, mientras su esposo daba un último intento de mantenerse en la silla tratando de casarse con su cuñada Isabel, la cual lo rechazó.
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