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Estas son las plantas más fáciles de cuidar en casa

Por si eres de los que se frustra con el cuidado de sus plantas, aquí dejamos cinco especies vegetales muy sencillas de mantener

Plantas de interior en una casa.

J.M.C.

Las plantas son, sin duda, uno de los elementos decorativos más interesantes del hogar. Dan color a la vivienda, ayudan en la renovación del aire gracias al proceso de fotosíntesis, humidifican el ambiente y, además, su cuidado resulta entretenido y un gran pasatiempo para los dueños.

Pero su mantenimiento puede generar frustración. Son muchas las personas que ven cómo pasan los meses y sus plantas, en un comienzo grandes y coloridas, se empiezan a marchitar y terminan por morir. ¿Qué ha pasado? El exceso de agua o de sol suele ser lo más común, aunque a veces ocurre a la inversa y es la ausencia del riego o de luz lo que hace que se sequen hasta la extenuación. Sea como fuere, el sentirnos incapaces de mantener con vida nuestras macetas suele quitar las ganas de seguir cuidando vegetales y nos empuja a sustituirlas por sus variantes de plástico.

¿Qué podemos hacer? Quizá la opción más fácil es apostar por plantas de interior mejor que las de exterior, más sencillas de cuidar para aquellos que no están mucho tiempo en casa o cuyas condiciones ambientales son más precarias, como los pisos con poca luz solar. Al ser menos delicadas, con unos pequeños consejos será pan comido alegrar tu hogar con ellas.

Por si eres de los que se frustra con el cuidado de sus plantas, aquí dejamos cinco especies vegetales muy sencillas de mantener y que requieren pocos cuidados.

Poto

Un poto. / Getty Images

La planta de interior que reina entre los menos delicados a la hora de cuidar vegetales. Es muy agradecida y de fácil crecimiento; el diámetro de la maceta no es excesivamente grande y sus hojas quedan 'colgadas' o 'trepando', con forma de enredadera.

Pequeña y brillante, destaca por su sencillo cuidado. Necesita exposición a la luz solar, pero no de forma directa, con una temperatura ideal media de entre 16 y 21º. Dependiendo del tipo, puede aguantar más o menos frío. Con un riego a la semana suele ser suficiente, aunque lo ideal es comprobar la sequedad de la tierra: cuando lleve un par de días reseca, es el momento de añadir agua. En cuanto al fertilizante, difiere también del tipo: cada tres meses es recomendable abonar.

Dracaena

También conocida como drácena, es otra de las plantas de interior favoritas de los principiantes por su durabilidad y resistencia. Además, da un toque curioso a tu decoración con sus hojas verdes y finas, que da un ambiente tropical al igual que la monstera.

En cuanto a sus cuidados, es bastante sencilla. Como todas las plantas, requiere de luz, pero hay que rehuir la exposición directa para evitar que las hojas se quemen y se sequen, amarilleándose. Al ser una tropical, resiste bastante bien las altas temperaturas, aunque se resiente con las inferiores a 15ºC. Por ello es una planta excelente para el interior de las viviendas.

Como en la mayoría de las opciones que presentamos, el riego es mínimo y suele ser más problemático sobreexcedernos con el agua que quedarnos cortos. Una vez por semana siempre que no haga mucho calor es suficiente, siempre evitando que la tierra quede demasiado humedecida.

Monstera

Una Monstera adansonii, también conocida como la planta del queso suizo. / Pexels

Su exuberancia y su exotismo hacen de ella una de las plantas más para decorar casas desde hace décadas. También conocida como costilla de Adán, la monstera presenta grandes hojas con forma de costillar (de ahí su sobrenombre). Importada de las selvas tropicales centroamericanas, crece y crece sin parar hasta ocupar gran parte de la estancia. Además, es fácilmente replicable por esquejes, por lo que se puede reproducir de manera sencilla.

En cuanto a los cuidados, es muy sencilla. No requiere grandes dosis de agua; es más importante evitar que se empape la maceta, por lo que la regaremos cuando la tierra esté seca. Ciertas variedades también resisten a temperaturas más extremas, por lo que también pueden aguantar en el exterior, con temperaturas algo por encima del cero. La monstera necesita buena luz, pero no de forma directa, para no quemar las hojas. Pueden sobrevivir con menos iluminación, pero su crecimiento se ralentiza.

Donde sí hay que tener más cuidado es a la hora de abonar. Lo correcto es añadir fertilizante cada dos semanas en los meses de más calor y crecimiento, entre primavera y verano, mientras que en invierno hay que dejar el abono.

Ficus

También tropical, presenta distintas variedades, algunas de las cuales pueden alcanzar los tres metros de altura. La robustez de sus hojas da color al ambiente y su rápido crecimiento las convierten en una opción perfecta para decorar salones y terrazas cubiertas.

Requiere de abundante iluminación, pero es mejor evitar los rayos directos. Crece mejor en temperaturas suaves, en ambientes húmedos alrededor de los 20 grados, por lo que debemos agregar agua a sus hojas un par de veces por semana con un pulverizador. Otra cosa que debemos tener en cuenta es que los ficus no toleran cambios climáticos bruscos. En cuanto al riego de la maceta, no es necesario que sean muy repetitivos: una vez semanal es suficiente cuando hace calor, sin encharcar la tierra.

Cactus

Cactus. / Pexels

La más conocida por todo el mundo. Si todas las demás opciones siguen sin funcionarte, esta será tu favorita. Acostumbrados a climatologías extremas del desierto, los cactus son las plantas más sencillas de cuidar, ya que apenas requieren atención.

En términos generales, necesitan mucha iluminación, aunque dependiendo de la variante soportan de mejor o peor manera la exposición directa. ¿Cómo saber qué especie soporta mejor la luz? Si tiene muchas espinas, es necesario que le dé mucho el sol; si son crasas y con pocas espinas, requieren de más ventilación y sombra.

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Como en todas las plantas anteriores, el tiempo de riego depende de la climatología ambiental. En verano, con altas temperaturas, lo mismo hay que regarla varias veces a la semana. En temporadas más suaves, lo mejor es comprobar la sequedad de la tierra. Sea como fuere, debemos recordar que esta clase de plantas suelen marchitarse más por exceso de riego que por falta de agua.

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