Nikola Milinkovic fue un jugador yugoslavo (serbio, pero nacido en Bosnia y Herzegovina) que actuó como delantero y medio ofensivo a finales de los 90 y comienzos de los 2000. Era talentoso y escurridizo en el verde. Sigue siéndolo en la vida real. Fernando Currás, uno de sus compañeros en el extinto Club Deportivo Ourense (1997-1999), confiesa recibir estos días de Mundial muchas peticiones para pedir el contacto de un futbolista que también militó en la UE Lleida (otro equipo desaparecido) y en la UD Almería.
"No soy capaz de conseguirlo, aunque muchos me han preguntado", cuenta a este diario Currás. Pero, ¿por qué genera tanto interés en España estos días un futbolista yugoslavo de los 90? Porque su apellido está impreso en dos camisetas de la cita mundialista. En la selección de Serbia, que se juega hoy clasificarse para octavos contra Suiza, militan sus dos hijos: el portero Vanja Milinković-Savić, que milita en el Torino; y Sergej Milinković-Savić, mediocampista de la Lazio y uno de las estrellas del combinado serbio.
SIETE ESPAÑOLES 'EXTRANJEROS'
El primero, nacido Ourense; el segundo en Lleida. Ambas, paradas en el fútbol español de Nikola. Vanja y Sergej son dos de los siete españoles del Mundial que no juegan a las órdenes de Luis Enrique. El caso más conocido, por su actual pertenencia a LaLiga, es el de Iñaki Williams, que decidió jugar con Ghana, el país de sus padres. Igualmente con pasado en la competición doméstica, el portero de Marruecos, Munir Mohamedi, nacido en Melilla y exjugador del Malága o Numancia.
Uno de los destacados de los Leones del Atlas, rivales de España en octavos del Mundial, es Achraf Hakimi, actual lateral del PSG y canterano del Real Madrid que nació en la capital española, el mismo lugar que Jeremy Sarmiento, internacional por Ecuador. El jugador del Brighton inglés, cuyos dos padres son ecuatorianos, vivió hasta los siete en Madrid. Más fugaz fue el paso de Robert Skov, futbolista de Dinamarca, que nació en 1996 en Marbella. El del Hoffenheim alemán residió tan solo nueve meses en la Costa del Sol.
Tampoco fue duradera la estancia de los Milinković-Savić en sus lugares de origen. Sergej, también hijo de Milijana Savic, jugadora de baloncesto que llegó a disputar la Euroliga, nació en 1995 en Lleida, donde Nikola jugó en Primera. Formó parte de la plantilla que derrotó en 1994 al Real Madrid y desató una bronca mítica de Benito Floro con citas célebres registradas por la prensa. "¡Joder, que sois el Real Madrid, hijos! ¡Sufrid, me cago en Dios! ¡Haced lo que os salta de la polla, pero ganad! (sic)", fueron algunas de las lindezas que soltó el asturiano.
Vanja nació en Ourense hace 25 años cuando su padre jugaba en el Chaves portugués, pero vivía en Verín, cerca de la raia (frontera) entre España y Portugal. Nikola firmó al año siguiente por el CD Ourense. Tras el periplo en tierras gallegas, regresó a Portugal al fichar por el Alverca. Milinkovic terminó yéndose a Austria, donde finalizó su carrera como futbolista y empezó la de entrenador. Todavía vive allí. Desde la distancia ve ahora cómo sus hijos se han convertido en dos emblemas de Serbia. Curiosamente, Vanja es el único gallego del Mundial al quedarse fuera de la convocatoria del Mundial Iago Aspas o Brais Méndez, entre otros candidatos.
"Los hermanos Milinković-Savić son conocidos en Serbia desde prácticamente adolescentes. Sergej fue protagonista en la victoria de Serbia en el Europeo sub-19 de 2013. Ambos formaron parte de la sub-20 que ganó el Mundial en 2015. Esto le valió a Vanja convertirse en portero del Manchester United a una edad muy temprana", destaca Nebojša Marković, periodista deportivo serbio, sobre un guardameta que inició su carrera de modo meteórico, pero terminó estancándose.
De hecho, tuvo que ganarse la confianza del seleccionador Dragan Stojković. "Su buen desempeño en el Torino en los últimos meses ha demostrado que es la mejor opción, por delante de Predrag Rajković (Mallorca) y Marko Dmitrović (Sevilla). Fue titular en la Nations y ahora nadie se sorprende de que sea el número uno en Qatar", añade Markovic, quien comparte esta opinión con su compañero Aca Stojanović, para quien "Vanja ha estado genial en los últimos partidos, a pesar de que solo lleva nueve encuentros con la absoluta".
JUGADORES CLAVE
Los dos profesionales serbios alaban las actuaciones del meta gigantón (mide 2,02 metros), como la que protagonizó frente a Brasil en la primera jornada de la fase de grupos. "Gracias a él, Serbia encajó una derrota por solo 2-0. Si sigue trabajando así, podría ser el portero titular de nuestra selección durante la próxima década. Lo bueno de los hermanos Milinković-Savić es que ambos son jóvenes y con margen para llegar a su máximo nivel", explica Nebojša Marković.
Tras el empate contra la canarinha, Serbia no pudo pasar del empate frente a Camerún después de desperdiciar un 1-3 frente a Camerún. Uno de los tantos de las águilas blancas fue obra de Sergej. "El de la Lazio es, sin duda, uno de los mejores que actualmente tiene la selección. Si pasamos de ronda, seguramente él tendrá parte de culpa. Hace diez días que ha sido padre y eso seguramente le estará afectando. Pero está llamado a ser uno de los mejores mediocampistas del mundo", analiza Aca Stojanović.
Pero como suele ocurrir cuando se pone el talento en el campo, viene acompañado de un comportamiento díscolo. "Sergej fue objeto de debate antes de la Copa del Mundo. No formaba parte de la selección cuando Slavoljub Muslin estuvo al mando y esto se achacó a problemas de indisciplina. Tras su despido en la clasificación para Rusia 2018, Mladen Krstajic lo trajo de vuelta y desde entonces ha demostrado su importancia; como ocurrió en Noruega en 2020, cuando fue decisivo en la repesca de la Eurocopa saliendo del banquillo y anotando dos tantos", recuerda Nebojša Marković.
Contra Suiza, el nacimiento de los Milinković-Savić será de nuevo un accidente geográfico. Corazón y piernas serbias para evitar la eliminación ante Suiza en un duelo de todo menos formal. Un enfrentamiento de marcado carácter político, "algo que ya nos aburre y que esperamos que no determine lo que debe ser un gran partido de fútbol", según Stojanović. Pero ningún serbio olvida lo sucedido hace cuatro años en el Mundial de Rusia, cuando Xhaka y Shaqiri, ambos de origen albanokosovar, celebraron los goles suizos haciendo el símbolo de la bandera albanesa. Tampoco Sergej y Vanja, serbios hasta la médula, el único modo de formar parte plenamente de este país.