Contaminación

¿De verdad se puede reciclar el plástico? La ciencia dice que no

Hay tantos tipos de este material y tienen tantas sustancias químicas que es prácticamente imposible reutilizarlo adecuadamente, según dos estudios diferentes

¿De verdad se puede reciclar el plástico? La ciencia dice que no / Shutterstock

Cada año se tira al mar, a los ríos y a los lagos el equivalente a 20.000 camiones cargados con plástico. Allí permanecerán durante décadas e incluso siglos contaminando el agua y matando a millares de animales que confunden estos residuos con alimentos. Según las estimaciones más solventes, tan solo el 9% del plástico que se fabrica en el mundo acaba siendo reciclado.

Las instituciones nos animan a depositar los envases plásticos en el contenedor amarillo. Y, sin embargo, ¿realmente puede reciclarse este material? Cada vez más evidencias científicas indican que es muy difícil y que, al final, gran parte del plástico acaba en realidad en el vertedero, se quema en incineradoras o abandonado en los ecosistemas terrestres y marinos.

Dos informes aparecidos en las últimas semanas inciden en la dificultad de reciclar los envases plásticos y otros materiales de esta familia de compuestos. El más contundente de ellos es el publicado por la entidad Center for Climate Integrity (CCI), una organización estadounidense dedicada a divulgar los efectos nocivos de la industria petrolera y sus derivados. En su investigación, no solo afirma que es prácticamente imposible reciclar adecuadamente el plástico, sino que acusa a las empresas fabricantes de este material de «mentir» deliberadamente sobre esta posibilidad, creando falsas expectativas solo para mantener su negocio.

Planta de triaje y reciclado de plástico /

Agencias

«Falsa promesa de reciclaje»

«Las empresas de combustibles fósiles y otras petroquímicas han utilizado la falsa promesa del reciclaje de plástico para aumentar exponencialmente la producción del plástico virgen durante las últimas seis décadas», explica el informe. De este modo, «crean y perpetúan la crisis mundial de residuos plásticos y hacen pagar un elevado coste a la población, que pagan las consecuencias», añade.

Según detalla el informe, hay «miles de diferentes tipos de plástico, cada uno con su propia composición química y sus características». La gran mayoría de estos materiales «no se puede reciclar, lo que significa que no se pueden recolectar y remanufacturar para convertirlos en nuevos productos». De hecho, la tasa de reciclaje de plástico en la UE o en EEUU sigue siendo muy baja (del 5% al 6% en el último caso).

«A pesar de décadas de promesas de la industria, el reciclaje de plástico no ha funcionado», afirma la investigación, «debido a limitaciones técnicas y económicas que son conocidas desde hace mucho tiempo».

«El reciclaje solo proporciona un breve retraso en el viaje del plástico al vertedero, la incineradora o el medio ambiente»

Center for Climate Integrity

En primer lugar, hay ciertos tipos de plástico que carecen de mercados finales que puedan dar salida a los productos reciclados. «Hasta ahora, solo hay mercados viables para plástico de teraftalato de polietileno (PET) y polietileno de alta densidad (HDPE) procedente de botellas».

De hecho, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EEUU concluyó que «actualmente solo se podrían considerar dos tipos (de plástico) para transformarlos en objetos de alta calidad, el PET y el HDPE y, específicamente, aquellos que se obtienen a partir de botellas», relata el informe.

Existe una gran cantidad de tipos de plástico /

Agencias

En segundo lugar, los miles de plásticos de diferentes características que existen limitan aún más su reciclaje. Cuando se procede a reciclar un residuo, una planta debe clasificar y separar miles de piezas diferentes para mantener un elevado grado de pureza en el material reciclado que se obtiene. Por esta razón, algunos tipos de plástico pueden ser técnicamente reciclables, pero en la práctica no se reciclan.

Por ejemplo, cuando un envase está hecho de varios tipos de plástico, así como de otros materiales, como papel, metales o adhesivos, «no es práctico, si no imposible, separar estos diferentes componentes para su reciclaje».

Es el caso de las botellas de PET verdes, que «no se pueden reciclar con botellas de PET transparentes», afirma CCI.

En tercer lugar, añade el informe, «la calidad del plástico se degrada a medida que se recicla, lo que limita tanto el uso de plástico reciclado como su continua reciclabilidad. Los productos químicos derivados de los combustibles fósiles que forman la base del plástico son vulnerables al calor y a otros procesos utilizados en el reciclaje».

Los plásticos contienen infinidad de químicos /

Shutterstock

La realidad es que los plásticos «solo se pueden reciclar, o más exactamente, reutilizar, una vez, y excepcionalmente dos veces. El reciclaje proporciona solo un breve retraso en su inevitable viaje al vertedero, incineradora o al medio ambiente», señalan los autores.

Pero aún hay más, pues la toxicidad del plástico y sus aditivos químicos «limita su reciclabilidad», dado que en muchos casos este material contiene tóxicos como estabilizadores, plastificantes, recubrimientos, catalizadores y retardantes de llama. Por esta razón, la gran mayoría de productos plásticos «no se pueden reciclar en envases para alimentos».

"Se requiere material reciclado de alta calidad"

El segundo informe conocido estos días ha sido elaborado por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) y ahonda precisamente en el aspecto de los tóxicos que contiene el plástico. La obtención de plástico nuevo «requiere material reciclado de alta calidad, y ahí es precisamente donde radica el problema», afirma Helene Wiesinger, investigadora del citado centro y autora del informe.

«Hemos identificado hasta 13.000 sustancias químicas utilizadas en los plásticos. Muchas de ellas son potencialmente nocivas para la salud humana y el medio ambiente», afirma Wiesinger, quien advierte de que, a pesar de ello, «en algunos casos no están adecuadamente reguladas».

«La enorme cantidad de plásticos y aditivos reduce a menudo la calidad del material reciclado y, en la práctica, dificulta o imposibilita el reciclado. En consecuencia, no es muy útil que recojamos cada vez más residuos plásticos si muchos productos no pueden fabricarse con el material reciclado, sino solo con material nuevo», añade.

"Hay hasta 13.000 sustancias químicas en el plástico; muchas son nocivas para la salud humana y el entorno natural"

Escuela Politécnica Federal de Zúrich

Además, y a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con los alimentos, los fabricantes de plástico rara vez tienen que declarar su fórmulas e ingredientes. Eso significa que «no sabemos qué contienen la mayoría de los productos de plástico y si pueden reciclarse con seguridad», señala la investigadora.

Cada año se lanzan ingentes cantidades de plástico al medio ambiente /

Efe

Por tanto, si es casi inviable reciclar ¿cuál es la alternativa? Tanto la Escuela Politécnica de Zurich como muchos otros investigadores y expertos lo tienen claro: reducir la fabricación de plástico en el mundo, empezando por aquellos objetos que fácilmente pueden sustituirse por otros materiales. Solo así se reducirá el insostenible flujo de contaminantes químicos y tóxicos que, aparte del propio plástico, sigue inyectándose masivamente en la naturaleza a diario.

Las solicitudes de información remitidas por la sección de Medio Ambiente de Prensa Ibérica a los fabricantes y recicladores de plástico en España no obtuvieron respuesta.

Estudios de referencia: https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.est.3c04851 y https://climateintegrity.org/news/not-just-climate-big-oil-lied-about-plastic-recycling-too-and-must-be-held-accountable

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Entrevista

MANUEL MAQUEDA, profesor de la Universidad de Harvard (EEUU):

"Una civilización inteligente no pondría su comida y bebida en plásticos"

El profesor de Economía Circular y Regenerativa en Harvard (EEUU) Manuel Maqueda sostiene que "una civilización inteligente no pondría su comida y su bebida enplásticos", un material que puede ser fabricado, bajo secreto industrial, con 10.000 aditivos tóxicos diferentes y que es ya "un problema para la salud humana".

Manuel Maqueda, profesor de Harvard y experto en plásticos /

Efe

"Los plásticos están en nuestros tejidos, en nuestra sangre, en los fetos, en las placentas... no es solo un problema medioambiental, es un problema de salud humana", afirma, en una entrevista con Efe, este experto en plásticos.

Al tomar una taza de té (con bolsas de 'seda' que se fabrican con polietileno), una persona ingiere 14.700 millones de micro y nanoplásticos. Se sumarán a muchos otros que come, bebe y respira y que hacen que, de media, haya ingerido [cada semana] entre 3 y 5 gramos (el peso de una tarjeta bancaria), con rutinas tan habituales como guardar un alimento en una tartera de plástico.

"El plástico en contacto con la comida es un vector de contaminación. La acidez, la grasa y la temperatura incrementan el riesgo", explica mientras pone un ejemplo que demuestra que el plástico de una tartera interactúa con los alimentos: si guardan salsa de tomate o curry, las tarteras quedan tintadas de rojo o amarillo porque hay "interacción química".

Maqueda explica que la toxicidad del plástico viene derivada de que "la mitad de su peso son aditivos", materiales tóxicos que se les añaden para aportarle diversas propiedades. Con lo cual, "si pones tu comida y tu bebida en plásticos estás jugando a la ruleta rusa con tu salud, y eso ocurre en la cocina de cualquier casa y en la de un tres estrellas de Michelin. O quizá en estas más, porque hay muchas técnicas de cocina que usan plástico, como la cocina al vacío", detalla.

"La toxicidad del plástico viene derivada de que la mitad de su peso son aditivos"

El experto asegura que ingerir los aditivos del plástico provoca disrupción endocrina, porque "se comportan en el cuerpo como hormonas que a muy bajas dosis producen alteraciones celulares". "Esto tiene conexión con prácticamente todos los tipos de cánceres. También se asocia a enfermedades como el Parkinson, la diabetes, la demencia, la enfermedad cardiovascular, la obesidad, la pubertad prematura, o el síndrome de falta de atención, básicamente todas las epidemias de nuestra era".

Precisa que "es muy difícil concretar" el impacto en la salud de los aditivos de los plásticos en la disrupción endocrina, considerada ya por la Organización Mundial de la Salud como una amenaza global, porque hay "múltiples vectores de contaminación", sostiene.

"Son un veneno como ningún otro"

Otros de ellos, que se están empezando a descubrir y que son "un veneno como ningún otro", son los micro y nanoplásticos, porque este material "se va fragmentando en partículas tan pequeñas y ligeras que están incluso en el aire o en la lluvia". "Se han descubierto en el 100% de las placentas y que penetran en el cerebro porque son capaces de romper la hematoencefálica, un recinto sacro santo para proteger el cerebro", asegura.

Si tuviera una varita mágica, asegura, con ella tocaría "la mente y el corazón de las personas para que rechazaran el plástico de un solo uso en sus vidas". "Yo no soy de prohibir, soy de que las personas elijan proteger la salud de su familia y mejorar su economía con alimentos a granel, cercanos a ellas y eliminando residuos de su vida. Esto lo podemos hacer todos mañana mismo, no hay que esperar a que legisladores en Bruselas o en la comunidad autónoma tomen decisiones. Es algo paulatino", detalla.

"Nos hemos vuelto locos", dice cuando recuerda, por ejemplo, que el precio del café en cápsulas puede llegar a los 100 euros y el del agua embotellada "mil veces superior a la del grifo". Argumenta, además, que "detrás de los embalajes (sobre todo en monodosis) siempre se esconde un modelo de negocio que roba a los productores y a los clientes finales" y que genera "residuos innecesarios".

"Los cambios son inevitables"

En sus conferencias y clases Maqueda trata también de romper "mitos" de la sostenibilidad, como el reciclaje ―"el residuo es un fallo del diseño, afirma"― y la descarbonización: "La mitad de las emisiones viene de la fabricación de las cosas, da igual que fabriques coches eléctricos o de diésel, paneles solares o molinos de viento, estás enganchado a fabricar de forma lineal y hay que hacerlo de forma circular, que los coches de hoy se hagan con los materiales de los coches de ayer".

Además, Maqueda da espacio al optimismo ambiental: "Los cambios son inevitables. En el largo plazo soy optimista, en el corto y medio, no tanto". Aventura que la "transformación" tendrá que llegar "cuando se pierda la seguridad climática, que ya se está empezando a sufrir porque ya hay 20 millones de refugiados climáticos".

Para él, esa transformación llegó hace décadas cuando visitó en el Atolón de Midway una isla en mitad del Pacífico norte, separada de continentes por una inmensidad de océano. Allí, tan lejos de la civilización, vio como los albatros confundían el plástico con la comida y lo regurgitan a sus polluelos. "Vi el espejo de nuestra civilización, nos estamos alimentando con basura", concluye.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es