Compras compulsivas

¿Por qué el Black Friday y el Cyber Monday destruyen el planeta y debemos evitarlos?

Así impactan estas dos fechas de consumo irreflexivo sobre el clima y los recursos naturales

El Black Friday causa importantes impactos sobre el planeta / Cris Faga

Joan Lluís Ferrer

El sistema de consumo actual que han logrado implantar las grandes marcas se basa en la compra compulsiva, sin que obedezca a menudo a necesidades reales. Las eficaces técnicas de márketing han convertido las compras en un ejercicio irreflexivo, basado muchas veces en el simple capricho, gracias a la implantación de una ‘cultura del consumismo’ que convierte a las personas en simples máquinas de comprar. La culminación a esta espiral de derroche, que causa graves efectos medioambientales, llegó hace años con el Black Friday y su secuela para internet, el Cyber Monday. ¿Por qué son tan perjudiciales para el planeta estas dos fechas?

El exceso de consumo que se desarrolla durante estos días provoca un elevado derroche de materias primas, de recursos no renovables, agua potable y energía. Durante estos días tiene lugar una sobreproducción de artículos de todo tipo, superando el ya de por sí insostenible ritmo habitual de explotación de la naturaleza.

Durante estos dos días tiene lugar un elevado derroche de materias primas, recursos no renovables, agua potable y energía

Los envases de un solo uso, que son los que se trata de evitar a toda costa, tienen en el Black Friday y el Cyber Monday su gran fiesta anual, pues se multiplican exponencialmente la cantidad de envoltorios y embalajes, a menudo de plástico, que se desechan tras un uso fugaz y acaban en vertederos, incineradoras o, simplemente, tirados en la naturaleza.

Pero no es solo eso. Detrás de cada prenda de vestir, aparato electrónico, juguete o frasco de perfume que compramos hay muchas emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, tanto si lo compramos en una tienda de nuestra ciudad o vía internet.

El Black Friday estimula las compras compulsivas / Agencias

Hay que tener en cuenta que durante la llamada ‘última milla’ (la distribución de los paquetes a las viviendas o las tiendas) es cuando se genera la mayor cantidad de emisiones, debido al transporte por carretera. Por si ello no fuera suficiente problema, ahora las empresas de mensajería ofrecen el modo ’24 horas’ para recibir los productos al día siguiente, lo que conlleva un transporte más intenso.

También ha agravado la situación el sistema de las devoluciones gratuitas por internet, puesto que, según diversos estudios, uno de cada tres productos se devuelven, incrementando así las emisiones causadas por el transporte.

Según los datos de 2019, ese año se repartieron 3,5 millones de paquetes en toda España, lo cual multiplica por más de tres el volumen habitual durante el año.

Y, dado que el transporte de las mercancías también se hace por avión, en este caso las emisiones y la huella de carbono de cada compra aumenta todavía más respecto a las que han requerido el transporte por carretera.

"Las marcas se han apoderado de nuestras vidas y hemos pasado de ser humanos a consumidores"

Celia Ojeda

— Greenpeace

“Las impactantes imágenes de las cada vez más frecuentes aglomeraciones multitudinarias en los centros comerciales de todo el mundo durante el Black Friday, son alarmas que deben hacernos ver cómo las marcas se han apoderado de nuestras vidas y hemos pasado de ser humanos a consumidores. Nuestras posesiones materiales no deben definir ni nuestra identidad ni nuestra valía, a pesar de lo que diga el último anuncio de televisión o un post de influencers en Instagram. El consumo excesivo de bienes y servicios nos lleva hacia la extinción porque exacerba la crisis climática y de la naturaleza”, afirma Celia Ojeda, responsable del área de Biodiversidad de Greenpeace.

Pancarta contra las compras compulsivas / Greenpeace

Esta organización recuerda algunos puntos clave del Black Friday el Cyber Monday:

· Los artículos más vendidos durante este evento son: moda, calzado y complementos, electrodomésticos, aparatos electrónicos y teléfonos móviles, aunque estos últimos tienen su pico en Cyber Monday.

· Moda rápida. La moda rápida es un peligro para el planeta. Según datos de la ONU, solo para producir unos vaqueros se necesitan 7.500 litros de agua, el equivalente al agua que una persona bebe durante siete años. El consumo de agua de la moda rápida es de casi 8 millones de metros cúbicos anuales y es responsable del 20 % de la contaminación industrial de agua.

· Desde el año 2000 se ha duplicado la producción de ropa mientras que su uso ha disminuido un 36 %. Se estima que más de la mitad de la moda rápida que se produce, se tira en menos de un año, acabando el 73 % incinerada o en vertederos. El uso cada vez más extendido de fibras sintéticas hace que la ropa libere más de medio millón de toneladas de microfibras en el océano cada año, lo que equivale a más de 50.000 millones de botellas de plástico. La industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones mundiales.

· Residuos electrónicos. Solo en 2019 se generaron 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos a nivel global y solo el 17,4% de estos se recogieron y reciclaron. En España, se generaron, solo en 2019, 888 millones de kilos (kilotones) de residuos electrónicos, 19 kilos por persona.

El transporte de las mercancías se dispara en estas jornadas / El Periódico

· Obsolescencia programada. Según la European Environmental Bureau (EEB), la obsolescencia programada y el consumismo electrónico nos cuesta 48 millones de toneladas de CO2 al año. Si la vida útil de nuestros aparatos electrónicos se extendiese solo un año más, podríamos ahorrar cerca de 4 millones de toneladas de CO2 al año hasta 2030, equivalente a eliminar dos millones de coches de las carreteras europeas cada año.

Excesos innecesarios y dañinos para el planeta

En resumen, estos son los principales impactos que se producen durante estas dos fechas del consumismo:

Consumo excesivo: El atractivo de las ofertas y descuentos lleva a un consumo excesivo y a la compra de productos que a menudo no son necesarios. Esto genera una gran cantidad de desperdicio y un aumento en la demanda de productos que requieren recursos naturales para su producción.

Producción excesiva: Para satisfacer la demanda del Black Friday, las empresas a menudo aumentan la producción de bienes, lo que puede llevar a un mayor agotamiento de recursos naturales y una mayor huella de carbono debido a la fabricación y el transporte de productos.

El Black Friday genera un aumento en la circulación de vehículos, ya sea para ir de compras a tiendas físicas o para entregar productos comprados en línea

Embalaje y residuos: La gran cantidad de productos comprados durante el Black Friday generalmente viene con una cantidad significativa de embalaje, que a menudo es de un solo uso y termina en vertederos o como basura, contribuyendo a la contaminación ambiental.

Consumo de energía: El aumento de las compras en línea durante el Black Friday implica un mayor consumo de energía para operar centros de datos y cumplir con la logística de entrega. Esto puede aumentar las emisiones de carbono y contribuir al cambio climático.

Transporte: El Black Friday genera un aumento en la circulación de vehículos, ya sea para ir de compras a tiendas físicas o para entregar productos comprados en línea. Esto lleva a una mayor congestión del tráfico y a un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Gran parte de los envoltorios y envases acaban en la naturaleza / Efe

¿Qué hacer para combatir el consumismo del Black Friday y el Cyber Monday?

¿Realmente necesito comprar eso?

En todo caso, si hemos de comprar, la mayoría de las ocasiones es viable hacerlo a través del comercio local o en pequeñas empresas, que suelen tener prácticas más sostenibles. Además, hemos de elegir productos de calidad que duren más tiempo en vez de acumular artículos baratos.

En el caso de la ropa, es preciso huir de la espiral ‘comprar-tirar-comprar-tirar’ que imponen las grandes marcas para convertirnos en simples piezas de su negocio. La ropa debe durar y no es justo que nos pongamos unos pantalones solo cuatro o cinco veces antes de abandonarlo en el armario o tirarlo en el contenedor.

Con cada compra estamos poniendo nuestro grano de arena para ayudar o para destruir al planeta. De cada tipo de producto hay una versión más sostenible, solo hace falta buscarla un poco: a menudo están en la tienda de la esquina.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es

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