Mares

El cambio climático está cambiando el color de los océanos

En algunas áreas del planeta el mar será en 2100 más azul y en otras más verde por las modificaciones ecológicas

Playa Navagio, en Grecia.

Azules mucho más azules y verdes mucho más verdes. El color de los océanos será muy diferente a finales de este siglo a causa del cambio climático. El calentamiento global está provocando ya cambios en los tipos y la ubicación del fitoplancton, un alga microscópica, crucial en la red alimentaria marina y en el ciclo del carbono, que cumple la doble función de absorber y reflectar diferentes longitudes de luz solar, que aparecen con colores diferentes. Cuantas más algas, más verdosa será la mancha cromática oceánica; cuantas menos, más azul.

La primera evidencia científica del cambio de color en los océanos fue publicada hace dos años por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en un artículo publicado en ‘Nature Communications’. Aquellas apreciaciones son hoy aceptadas por toda la comunidad científica.

Los investigadores desarrollaron para su estudio un modelo global que simula el crecimiento y la interacción de diferentes especies de fitoplancton o algas, y comprueba cómo la mezcla de especies en varios lugares cambiaría a medida que las temperaturas fueran aumentando en todo el mundo.

También simularon la forma en la que el fitoplancton absorbe y refleja la luz, y cómo cambia el color del océano a medida que el calentamiento global afecta a la composición de las comunidades de estas algas microscópicas. Los científicos ejecutaron el modelo hasta fines del siglo XXI y descubrieron que, para el año 2100, más del 50 por ciento de los océanos del mundo cambiarán de color debido al cambio climático.

Los científicos, una vez más, han alertado del peligro que supone el cambio climático para el ser humano y, en general, para la vida en la Tierra. Y han reclamado un compromiso mundial para la reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los combustibles fósiles.

‘Regiones azules’ y ‘regiones verdes’

El cambio cromático no será uniforme en todo el planeta. El estudio apunta a que las ‘regiones azules’, como las áreas subtropicales, como las Bermudas y las Bahamas, se volverán aún más azules, porque en sus aguas habrá cada vez menos fitoplancton y, en general, menos seres vivos.

Por el contrario, regiones en las que el océano es en la actualidad verde, como las inmediaciones de los polos, el océano austral y parte del Atlántico Norte, se volverán aún más verdes a medida que el calentamiento global provoque grandes floraciones de fitoplancton.

Submarinistas sobre praderas de posidonia / Manu San Félix

Los satélites llevan cuatro decenios midiendo los niveles de clorofila presente en los océanos. Y esos niveles pueden varias tanto por procesos climáticos naturales (los cambios estacionales modifican el color del agua con regularidad) como por el cambio climático.

Para establecer qué cambios tienen su origen al calentamiento global los investigadores estudiaron la luz reflejada. Y comprobaron que elevando la temperatura del agua 3ºC (la ONU estima que la Tierra se calentará entre 3ºC y 5ºC para finales de este siglo) se registrará un notable cambio en el color oceánico.

El estudio alerta sobre un cambio en las aguas del planeta que se está produciendo de manera lenta, pero que resulta evidente. El cambio también sirve de señal –una más– sobre el cambio climático y el calentamiento global que ya está provocando estragos en los océanos.

El color de los océanos está determinado por las interacciones de la luz solar con las moléculas de agua y como las partículas que hay presentes, principalmente el fitoplancton. Cuando la luz del sol incide sobre la superficie del mar, los diferentes colores son absorbidos, transmitidos, dispersados o reflejados en diferentes intensidades.

El fitoplancton, vital para el planeta

La primera radiación en ser absorbida es la infrarroja, en el primer metro de agua. La luz roja desparece a los 10 metros de profundidad, la amarilla a los 30, mientras que la verde puede penetrar hasta los 50 metros, y la azul, hasta los 200 o incluso 300 metros. Así, si el mar no contiene partículas disueltas, se verá de color azul y el azul será más intenso a más profundidad.

Por el contrario, si hay partículas suspendidas en el agua (materia orgánica), estas hacen que aumente la dispersión de la luz azul. El fitoplancton absorbe en gran medida la radiación azul y deja pasar la radiación verde. De ahí el color verdoso que presentan determinadas áreas oceánicas.

Un rincón de la costa de las Bermudas. / pixabay

El fitoplancton está formado por plantas marinas microscópicas que usan la clorofila y otros pigmentos para realizar la fotosíntesis. Es vital para la vida: elimina casi tanto dióxido de carbono del aire como las plantas y ayuda a regular el clima global. La clorofila es un pigmento que se ve de color verde porque refleja ese color y absorbe el rojo y el azul. Los océanos que tienen gran concentración de fitoplancton aparecen con tonos verdosos. Y la intensidad del color dependerá de la densidad del fitoplancton.

Otros efectos del calentamiento global que preocupan también en gran medida a los científicos: a medida que los ecosistemas marinos pierdan nutrientes, la captura mundial de peces podría reducirse. Esto supondría un enorme problema, pues la pesca es una fuente de alimento clave para millones de personas en todo el planeta.

Estudio de referencia: https://www.nature.com/articles/s41467-019-08457-x