Todo tiene un comienzo y un final, por muy lejano que nos parezca este último. Es el caso de la bombonería Santa, ubicada desde 1932 en la madrileña calle Serrano 56. Un negocio familiar que vio crecer al productor de cine Enrique Lavigne y que este está desmantelando desde el fallecimiento de su madre.
"Vendemos todo lo que queda dentro", comentaba Lavigne en un post de la red social X -antes Twitter- cargado de tristeza, tal y como admitía más abajo, en los comentarios; "es morirme un poco por dentro".
Con este, es un comercio tradicional más que cierra en el centro de la capital española, ya cuajado de franquicias, que poco a poco va perdiendo todas sus tiendas de barrio mientras la turistificación avanza.
Se venden, pieza a pieza, los recuerdos de una vida. Hay que hacer hueco a lo que vendrá.