Urbaser, la empresa subcontratada por el Ayuntamiento para la que trabajaba José Antonio González, el barrendero fallecido el pasado viernes en Madrid por un golpe de calor, ha dado esta mañana "libertad" a los trabajadores para distribuir su jornada laboral como consideren en función de las zonas de sol o sombra por las que tengan que pasar, de forma que puedan ir por la sombra en las horas más calurosas del día.
Hasta ahora, y desde que se adjudicaron los lotes del nuevo megacontrato de limpieza viaria, los barrenderos tenían rutas estrictas, con tramos por los que pasar a horarios concretos. "Y si te tocaban dos o tres tramos de sol, pues ajo y agua", cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA un trabajador de la compañía que prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias.
En vista de las altas temperaturas que alcanza Madrid en verano, a principios de junio los sindicatos pidieron al Ayuntamiento que dejara a las empresas flexibilizar las rutas para evitar riesgos, para que los empleados no estuvieran obligados a trabajar bajo el sol en las horas centrales del día.
El área de Medioambiente permitió "alguna pequeña modificación", según los sindicatos, pero las empresas no lo instauraron. El pasado jueves, un día antes del fallecimiento de González, un barrendero se lo recordó al alcalde en persona durante una entrevista en la Cadena Ser. José Luis Martínez Almeida se comprometió a revisarlo, así como los uniformes obligatorios de poliéster.
Apenas 24 horas después tuvo lugar el mortal accidente laboral. Consultada por este periódico, la empresa —que en 2020 tuvo cuatro accidentes laborales mortales— ha rechazado dar explicaciones.
El alcalde, por su parte, no se ha pronunciado en sus redes sociales: ha llamado a la familia para dar el pésame, de acuerdo a una información de El País, y ha descargado la responsabilidad en la subcontrata en una entrevista en La Sexta.
Control y amenazas con sanciones
El control milimétrico sobre el trabajo de los barrenderos es relativamente nuevo en Madrid. El anterior contrato de limpieza permitía a los trabajadores realizar la limpieza de su zona a su manera.
"Estando con el pie en el terreno sabemos cómo se hace mejor o peor, a qué hora se ensucia más una calle u otra, cuándo hay más movimiento, cuándo es más cómoda hacerla...", explicaba otra trabajadora de la limpieza en un hilo de Twitter. "Ahora el Ayuntamiento ha impuesto un orden totalmente aleatorio e ineficaz, una queja que ya se le trasladó".
Los pliegos del nuevo contrato, que no incluyen ningún tipo de protocolo específico frente al calor, establecen "puntos de control" con un "tramo horario de paso". El Ayuntamiento controla, a través de los inspectores municipales, que los barrenderos cumplan sus rutas.
"Los mandos intermedios de la empresa suelen ser más permisivos que los propios inspectores del Ayuntamiento, que amenazan con sanciones disciplinarias", continúa el trabajador consultado. "Como puedes imaginar, el nivel de limpieza ha bajado notablemente porque se va a matacaballo para poder cumplir los horarios".
"Están consiguiendo lo contrario a lo que pretendían", añade. "Y en el Ayuntamiento lo saben, porque los sindicatos se lo han hecho saber al delegado de limpieza. Pero o no le importa o no pueden cambiar mucho lo establecido en los pliegos por miedo a que las empresas reclamen más dinero, como pasó cuando gobernaba Carmena".
Protocolo frente al calor
Los sindicatos y la patronal de empresas de limpieza pública (Aselip) se reunirán mañana a las 12.30 para estudiar medidas frente al calor. "Entendemos que las medidas provisionales que anunció el Ayuntamiento el sábado son insuficientes y hay que ir más allá", explica Sherezade Talavera, responsable de limpieza viaria de UGT Madrid.
Borja Carabante habló de flexibilizar los horarios de los trabajadores "de manera voluntaria". Los sindicatos esperan "reducir el servicio al mínimo imprescindible en las franjas horarias más peligrosas". En el pleno del próximo miércoles en Cibeles, a propuesta del Grupo Mixto, también se tratará el tema.