Los aliados dan capacidad a Ucrania para atacar Rusia con sus misiles más allá de Kursk

Los primeros bombardeos lanzados por Ucrania con misiles de largo alcance proporcionados por los aliados permiten entrever que Kiev gozará de un margen para su uso mucho más amplio de lo que se dijo en un principio, cuando fue anunciada la noticia. El objetivo alcanzado por estas armas no fue ninguna instalación o despliegue de las tropas de Corea del Norte en la región de Kursk, sino un depósito de municiones en el vecino 'oblast' de Briansk, a un centenar de kilómetros de la frontera, bien dentro de territorio ruso. De acuerdo con Josep Borrell, representante de la UE para los Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, EEUU ha concedido a Kiev permiso para golpear en un radio de 300 kilómetros de territorio de Rusia.

El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), una de las fuentes más fiables a la hora de analizar la situación en el campo de batalla, ha modificado su valoración inicial de la medida anunciada el pasado domingo, en la que aseguraba que la autorización norteamericana, limitada a Kursk, permitiría eventualmente a Rusia mantener santuarios de instalaciones militares a salvo.

Nueva capacidad ucraniana

"Estos permisos, si son tan extensos como se ha informado, constituyen una nueva capacidad para Ucrania que puede degradar significativamente el esfuerzo bélico ruso", ha considerado el ISW. El teniente Andriy Kovalenko, al frente de la Unidad para la Lucha contra la Desinformación, ha reportado que el arsenal ruso atacado contenía munición de artillería, incluidos proyectiles norcoreanos, bombas guiadas, misiles de defensa aérea y baterías de lanzamiento múltiple con sus correspondientes proyectiles.

El primer objetivo de los misiles de largo alcance de EEUU no fue ningún objetivo de las tropas norcoreanas en la región ocupada de Kursk

La aparente respuesta de Moscú a la decisión de Washington y los aliados fue considerada por la mayoría de los analistas como "ruido de sables" sin demasiada sustancia. El presidente Vladímir Putin firmó el martes un decreto que introduce cambios en la doctrina militar rusa explicitando que ejercerá la disuasión nuclear contra aquellos estados que proporcionen "recursos de su territorio o de su espacio aéreo para realizar o planificar actos de agresión" contra a Federación Rusa, en una nada velada alusión a los aliados.

El texto, además, explicita la disposición del Kremlin a usar el arma atómica no solo contra los "enemigos", sino contra "potenciales" rivales. Los gobiernos occidentales, con EEUU a la cabeza, han dado a entender que no se dejarían intimidar por lo que califican de "irresponsable" retórica belicista de Moscú, y han informado que ni siquiera veían necesario realizar ajustes en sus respectivas doctrinas militares.

Tentativas similares

La valoración del ISW también ha ido en esta línea, recordando tentativas pasadas similares de Moscú de "desincentivar" el apoyo aliado a Ucrania empleando las amenazas nucleares. "Los continuos esfuerzos del Kremlin por introducir en el espacio mediático" las amenazas atómicas lo que en realidad demuestran es "la preocupación" de Rusia "ante los impactos en el campo de batalla de los ataques ucranianos" en su territorio "con armas enviadas por Occidente", ha concluido el laboratorio de ideas.

La creciente tensión ha motivado que, durante la jornada de este miércoles, algunas embajadas de la coalición de países que apoyan a Ucrania hayan cerrado sus puertas, impelidas por una oleada de mensajes falsos que hablaban de bombardeos masivos contra las ciudades ucranianas como represalia por el uso el martes de los proyectiles MGM-140 ATACMS y posteriormente, durante este miércoles, de misiles Storm Shadow, de fabricación francobritánica.

Los expertos militares descartan que la nueva doctrina militar rusa implique cambios de calado en las condiciones bajo las cuales el Kremlin estaría dispuesto a emplear el arma atómica

En concreto, las legaciones de EEUU, España e Italia han cerrado las puertas durante la mañana, instando a su personal a "protegerse", mientras el Reino Unido informaba que analizaba "la situación". Ante la psicosis creada, el Gobierno de Kiev ha instado a los países aliados a no dejarse intimidar por tácticas de "presión psicológica". "En este día número 1.001 de invasión a gran escala, la amenaza de bombardeos rusos es igual que de relevante que en los mil días previos", han asegurado fuentes gubernamentales ucranianas.

El sabotaje de cables submarinos de comunicación de los aliados bajo el mar Báltico podría constituir otra de las posibles represalias de Moscú ante la nueva realidad bélica creada en Ucrania. El cable de comunicaciones Leon-1 que une a Alemania con Finlandia fue cortado en aguas suecas a la altura de la isla de Oland, mientras que el cable Arelion, que une la isla sueca de Gotland con Lituania, también resultó dañado. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha hablado abiertamente de "sabotaje", pero los gobiernos de Dinamarca y Suecia han sido algo más prudentes y simplemente no lo descartan.