ELECCIONES

Kamala Harris aboga por la "libertad" frente al "caos y la división" y señala a Trump como un "tirano mezquino"

La candidata demócrata ofrece a una semana de las elecciones un discurso en el mismo escenario de Washington donde Trump arengó a las masas que asaltaron el Capitolio

Harris señalará a Trump como un peligro en el lugar donde incitó el asalto al Capitolio

En la Elipse de Washington, un escenario cargado de simbolismo, y a una semana de las elecciones presidenciales en que se mide a Donald Trump, Kamala Harris ofreció este martes por la noche ante decenas de miles de personas el discurso con su argumento final de campaña. En él enmarcó la elección como una que va más allá de dos candidatos y dos partidos y decide entre "un país enraizado en la libertad para cada estadounidense o gobernado por el caos o la división". También señaló a Trump como un "tirano mezquino".

No hubo en la intervención, de media hora, novedades o demasiadas variaciones respecto al discurso que la vicepresidenta está dando día tras día en mítines y actos de campaña, un mensaje que en los últimos días había incluido el calificar a Trump como "fascista". Y esta vez, ante las 75.000 personas congregadas según los cálculos de su campaña, Harris no usaba la palabra, y solo una vez decía "democracia", pero el mensaje quedaba subrayado al hacer la intervención desde el mismo enclave en el Mall desde donde el 6 de enero de 2021 Trump arengó a una masa entregada a sus mentiras sobre el inexistente robo electoral en la victoria de Joe Biden y luego asaltó el Capitolio.

La candidata demócrata no huyó de recordar ese episodio. En un momento del discurso recordó la historia de "luchas y sacrificios en EEUU" para asegurar que no se libraron para acabar "cediendo nuestras libertades fundamentales". "No somos un vehículo para las tramas de aspirantes a dictador", dijo, antes de definir EEUU como "la mayor idea que la humanidad ha imaginado nunca".

Equilibrios con dos mensajes

Con la Casa Blanca iluminada al fondo y rodeada de banderas de barras y estrellas, Harris trataba de equilibrar el mensaje doble que está lanzando: por un lado, esa advertencia sobre su rival y, por otra, una propuesta positiva de un "camino hacia delante" a través de su agenda política, económica y social.

A Trump lo llamó "inestable, obsesionado con la venganza, consumido por los agravios y en busca de poder sin control". Y aunque no mencionó directamente el último gran mitin el domingo del expresidente y candidato republicano el domingo en el Madison Square Garden, donde se elevó el discurso xenófobo, racista e insultante de los oradores, sí denuncio que Trump "ha pasado una década intentando mantener a los estadounidenses divididos y asustados del otro. Eso es quien es, pero estoy aquí para decir 'no es quienes somos'", añadió.

"Durante demasiado tiempo hemos estado consumidos por demasiado caos, división y desconfianza mutua y puede ser fácil olvidar una verdad simple: no tiene que ser así", dijo también Harris, que llamó a "dejar de señalar con el dedo y empezar a enlazar los brazos" y dijo que "es hora de pasar la página del drama y el conflicto, el miedo y la división".

La recta final

El discurso era también el último gran intento de Harris de atraer a los votantes que aún pueden estar indecisos, a quienes dicen no conocerla aún, votantes que serán determinantes en una elección que las encuestas muestran tremendamente igualada en los estados bisagra decisivos. "No soy perfecta, cometo errores, pero prometo que siempre les escucharé, siempre diré la verdad, incluso si es difícil de escuchar", dijo. "Trabajaré cada día para construir consenso y alcanzar compromisos para que las cosas se hagan", prometió.

Harris puso también el foco en la economía, el tema que más importa a los estadounidenses, según confirman los sondeos, y en seguir presentando su historia personal y su propuesta política. Y declaró: "Nuestro mayor reto ahora es rebajar el coste de la vida, que ya estaba subiendo antes de la pandemia y que sigue siendo muy alto, lo sé".

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La demócrata abrazó con fuerza su defensa de los derechos reproductivos y habló también de inmigración. "Los políticos tienen que dejar de tratar la inmigración como un tema para asustar a los votantes en unas elecciones", dijo en clara referencia a la estrategia de Trump, "y tratarlo como el reto serio que es y que tenemos que unirnos para resolver".

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