ELECCIONES EUROPEAS
¿Cuánto paga cada país de la UE por estar en una mesa electoral?
A falta de una ley electoral europea como la que ha reclamado con insistencia la Eurocámara, cada estado tiene sus propias reglas
Votaciones en el colegio electoral de la Universitat de Barcelona. / JORDI OTIX
Lo que a simple vista parecen unas elecciones al Parlamento Europeo unificadas en toda la UE son, en realidad, 27 procesos electorales diferentes, con sus normas, umbrales, circunscripciones y rarezas. A falta de una ley electoral europea como la que ha reclamado con insistencia la Eurocámara, cada estado tiene sus propias reglas. Por ejemplo, a la hora de decidir cómo designa y cuánto paga a los miembros de las mesas electorales.
La casuística es muy dispar. De hecho, solo Grecia y Bélgica sortean las mesas electorales entre todo el censo igual que España. La fórmula más extendida es que los propios partidos políticos o los ayuntamientos designen a estas personas. En Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Suecia, estos cargos se cubren con voluntarios o contratados. Y en un solo caso, Chipre, se echa mano de los funcionarios. Curiosamente, el presidente de una mesa chipriota es el que se lleva más dinero de toda la UE, 357 euros. Sus asistentes perciben 180 euros.
Como saben todos aquellos a quienes les ha tocado alguna vez, en España se eligen por sorteo entre todo el censo, la asistencia es obligatoria (si no consigues librarte) y la remuneración es ahora de 70 euros por una jornada de trabajo que puede alargarse más de 16 horas. Un precio que está en la franja baja de los emolumentos que se perciben en la mayor parte de la UE, como puedes comprobar en el siguiente gráfico y buscador. Un pequeño spoiler: Irlanda y Chipre multiplican por cinco esa cantidad.
Este patrón se repite en buena parte de los estados miembros, que pagan montantes diferentes en función de la responsabilidad que se ejerce en la mesa electoral. Recibe más quien la preside que los vicepresidentes, secretarios y vocales. En cambio, los 70 euros que se pagan en España son lineales, con independencia de la función. Los países menos generosos son Bélgica y Bulgaria, donde un presidente de mesa apenas cobra 40 euros y sus ayudantes, entre 25 y 35.
Los irlandeses, que suelen votar en día laborable, tienen otro criterio de remuneración: 350 euros por la jornada laboral y 250 euros por el escrutinio. Hay países en los que el factor clave son las horas de trabajo. Los austríacos cobran 33 euros si el colegio abre hasta tres horas, 66 euros si abre hasta seis horas y 100 euros si abre más de seis horas. Los daneses pagan 60 euros por una jornada de menos de cuatro horas y de 120 por el doble. El precio en Letonia es de 5 a 6 euros por hora.
También se dan otros criterios, como en Italia, donde se cobran de 120 a 150 euros según la elección o si la jornada se alarga. En Países Bajos cada municipio fija la cuantía, de 100 a 200 euros. Y en Estonia el montante depende del salario mínimo, de las horas y de cada municipio. Entre los que, como España, tienen un precio fijo, Rumanía se apunta también a los 70 euros y en Eslovenia son 74 euros. Por debajo se quedan Portugal (51,93 euros) y Eslovaquia (de 50 a 70 euros). Y por encima, los 200 euros de Luxemburgo y los 240 de Alemania.
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