DERECHOS LGTBI

El tabú de la homosexualidad en el mundo árabe: "El Grindr echa fuego y todos lo mantienen en secreto"

En cuatro de cada diez países del mundo ser homosexual es un delito castigado con la cárcel o incluso con la muerte

La Plaza Firdos, donde estaba la famosa estatua del dictador Saddam Husein, ahora tiene una ’discoteca de ambiente’ cerca / Alejandro Matrán

"¿Os llegáis a los varones, de entre los creados, y descuidáis a vuestras esposas, que vuestro Señor ha creado para vosotros? Sí, sois gente que viola la ley (Corán 26.160-175)".

Este es un fragmento del libro sagrado del Islam. Según las interpretaciones de las escrituras, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, están prohibidas. Pese a esto, cada vez más personas del mundo islámico aceptan su orientación; aunque lo vivan en secreto.

En la mayoría de estados islámicos este tipo de relaciones están penadas con la cárcel, incluso con la muerte. En otros, mediante los crímenes de honor, son los propios padres los que castigan a los que manchan la integridad de la familia.

En este reportaje de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA se entrevista a un residente en Bagdad (Irak) de orientación homosexual, para recoger su testimonio y las situaciones que lleva viviendo desde hace un año en el país. Por motivos de seguridad, el testimonio ha pedido que se mantenga su anonimato y, a continuación, se dirigirá a él con un nombre ficticio.

La problemática de la sexualidad en Irak

En Irak la homosexualidad no está castigado por ley. No hay ningún artículo en el código penal que castigue estos comportamientos, aunque hay alguno que se puede malinterpretar. Lo que sí que sucede es que "el gobierno y las autoridades promueven actitudes homófobas", aunque Michael, una persona del colectivo que reside en Bagdad, recalca que "las familias son las que más castigan la homosexualidad".  

El caso de Irak es un caso aislado en cuanto a derechos LGTBI+ en el mundo árabe, ya que pese a que muchas veces se tape y todo el mundo haga la vista gorda, es un país de los más avanzados respecto a cuestiones de género y orientación.

Y, aunque, en muchas ocasiones, se produzcan situaciones que vulneran los derechos del colectivo, es uno de los estados más abierto de mente y en la capital se pueden encontrar hasta "discotecas de ambiente" en pleno centro.

Michael lleva más de un año residiendo en Irak y recuerda sobre sus comienzos, justo antes de partir: “Cuando se lo dije a mi familia… Te lo puedes imaginar: estás loco, como te vas a ir allí sabiendo como tratan a los homosexuales”, aunque en el transcurso de este tiempo ha podido vivir su vida y ha desarrollado su trabajo como profesor en una escuela con total normalidad.

El testimonio sobre esta problemática comienza con una visión general de la situación en Irak:

"No es una cuestión sobre la homosexualidad solo, si no, de cualquier tipo de sexualidad", responde Michael a este diario cuando se le pregunta por esto y menciona: "Las relaciones heterosexuales también son tabú, todo lo relacionado con la sexualidad está prohibido y es un comportamiento que está vetado en público y en privado. No se puede hablar de ello".

Censurar la sexualidad conlleva a que "no haya educación sexual de ningún tipo" y genera un problema respecto al contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS). "Fui a un centro médico especializado en ETS y el doctor me dijo que los contagios estaban disparados y que había todo tipo de enfermedades en pacientes", explica Mark y define esto como una verdadera crisis en el país.

Como otro de los principales problemas que hay respecto a este tema, el testimonio menciona que "la prostitución masculina está por las nubes" y menciona su propia experiencia: "Tú abres el Grindr (aplicación de citas de personas LGTBI+) aquí y lo primero que hacen es ofrecerte dinero por mantener relaciones sexuales". Aun así, "el Grindr echa fuego y no paran de llegarte mensajes, para tener citas", "choca ver esta situación en una zona donde no esperas que esto suceda".

Esta triple problemática produce en la sociedad, además de por la tradición del honor, una áurea de "percepción de la homosexualidad como algo sucio" y genera rechazo en la mayoría de personas.

Pese a esto, Mark cuenta que hay una gran cantidad de personas gais en el país. Y aunque esta visión negativa de la homosexualidad esté extendida por todo el territorio, "la gran mayoría hace lo que le sale de los cojones, respecto a sus relaciones".

El único problema que surge respecto a esto, es que, en muchas ocasiones, la familia puede percatarse de la orientación sexual de sus hijos: "Hay casos que conozco que su familia lo sabe y no pasa nada, pero en otros, si se enterasen, directamente se los cargan".  

"Tradicionalmente, ser homosexual está mal visto, es un hachazo en el honor", concluye Michael, pero reconoce que gran parte de los residentes llevan de una manera decente su orientación, aunque sea en secreto y termina. "Los iraquíes lo viven con ellos mismos y sus parejas, nadie más lo sabe, ni siquiera sus amigos".

En definitiva, Irak no es un país enemigo de los derechos LGTBI+, aunque tampoco es un país amigo. La tradición y la religión marcan mucho la vida de sus ciudadanos y pese a que hay grupos más extremistas que secundan comportamientos homófobos, la mayoría de personas viven su sexualidad como les place.

Los derechos del colectivo LGTBI+

La situación de exclusión de las personas homosexuales puede desarrollar trastornos y problemas en el desarrollo de la persona, pero hay que tener en cuenta que la tradición islámica no lleva mucho tiempo aceptando las relaciones homosexuales y, aunque sea a escondidas, los iraquíes pueden amar a quién ellos escojan.

En muchos países se encarcela a personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales en aplicación de leyes que penalizan su orientación sexual o su identidad de género y convierten un beso en un delito. Se les tortura para obtener confesiones de "desviación" y se les viola para "curarlos" de ella.

"Hay quienes han apuñalado, propinado patadas, quemado con colillas y amenazado de muerte por su identidad de género o su orientación sexual", recoge Magdalena Mughrabi, investigadora de Amnistía Internacional sobre el norte de África. Como estos testimonios, en muchos países de Oriente próximo y Asia se repiten este tipo de sucesos, que suelen quedar impunes o archivados por la policía local.

Del mismo modo que el sexo y la raza, la identidad de género y la orientación sexual están ligadas a aspectos fundamentales de la identidad humana y afectan al núcleo del derecho a la integridad física y mental de las personas. Por eso, la falta de respeto a los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales –incluido el matrimonio civil entre personas del mismo sexo– entra de lleno en el ámbito de los derechos humanos.

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