Casi el 80% de los jóvenes transgénero tienen riesgo de desarrollar conducta suicida

La salud mental sigue siendo una tarea pendiente a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año se suicidan en el mundo 700.000 personas. Uno de los colectivos más vulnerables es el de las personas LGTBIQ+. El último informe que lo evidencia es el estudio elaborado por el Hospital de Niños Ann & Robert H. Lurie de Chicago publicado en la revista Academic Pediatrics. En él se identificó riesgo de suicidio en el 78% de los jóvenes transexuales que fueron evaluados en el Departamento de Emergencias (ED) entre noviembre de 2019 y agosto de 2022. Uno de cada cuatro tenía pensamientos suicidas activos.

“Nuestro estudio encontró un riesgo elevado de suicidio en jóvenes transgénero y de género diverso, incluso en pacientes que acudieron al servicio de urgencias por motivos distintos a problemas de salud mental”, afirmó la autora principal Amanda Burnside, PhD , psicóloga pediátrica en Lurie Children's y profesora adjunta de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. “Nuestros hallazgos subrayan la importancia de la detección del suicidio en todos los jóvenes que acuden al hospital, para que podamos intervenir y ponerlos en contacto con los servicios adecuados”, afirma. 

Problema de salud pública

El suicidio es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes de 10 a 24 años, y la tasa de suicidios en este grupo de edad aumentó un 62% entre 2007 y 2021, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Una encuesta reciente a nivel nacional de estudiantes de secundaria de EEUU también encontró que en 2021, los estudiantes de secundaria LGBTQ+ tenían casi cuatro veces más probabilidades que sus compañeros heterosexuales de intentar suicidarse durante el año anterior, y más de uno de cada cinco informó haber intentado suicidarse.

“Desde 2019, cuando el Departamento de Emergencias de Lurie Children's comenzó a realizar pruebas de detección de suicidio a todos los pacientes de 10 años o más, identificamos el riesgo de suicidio en una de cada cuatro visitas”, afirmó la autora principal Jennifer Hoffmann, MD, MS , directora médica de salud conductual en el Departamento de Emergencias de Lurie Children's y profesora adjunta de pediatría en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. “La detección universal de suicidios todavía es algo nuevo en los hospitales infantiles, pero es una tendencia en aumento”, apunta.

Para el estudio, los investigadores analizaron los datos de los registros médicos electrónicos de las visitas a urgencias de jóvenes de entre 8 y 25 años que se sometieron a pruebas de detección del riesgo de suicidio. De las 12.112 visitas a urgencias incluidas en el estudio, 565 fueron de jóvenes transgénero e intersexuales. Si bien los jóvenes transgénero e intersexuales representaron el 5 % de la muestra, representaron el 15 % de todas las pruebas de detección del riesgo de suicidio con resultados positivos.

“Las tasas desproporcionadamente altas de riesgo de suicidio que identificamos en jóvenes transgénero y de género diverso podrían deberse a múltiples razones, como el estigma, la discriminación, el acoso y la falta de apoyo familiar”, dijo el coautor Aron Janssen, MD , Vicepresidente de Asuntos Clínicos en el Departamento Pritzker de Psiquiatría y Salud Conductual en Lurie Children's y Profesor Asociado de Psiquiatría y Ciencias Conductuales en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. 

Asignatura pendiente en España

En nuestro país, 4.000 personas acaban con su vida por voluntad propia cada año, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Uno de los colectivos más vulnerables es el LGTBIQ+. Tal y como explica el estudio La situación de la salud mental en España, elaborado por SALUD MENTAL ESPAÑA y la Fundación Mutua Madrileña advierte de que, comparado con la población general, las personas LGTBIQ+ reportan más del doble de intentos o ideas de suicidio (32,1% vs. 14,5%), así como de autolesiones (19,5% vs. 9%). 

El informe evidencia que, en una sociedad heteronormativa, las personas LGTBIQ+ tienen más probabilidad de acudir a un psicólogo o psicóloga (33,9% frente al 20,8% de la población general) y solo el 43,6% de las personas del colectivo percibe su salud mental como buena o muy buena, frente al 62,5% de la población general. Este mayor sufrimiento psíquico se refleja en que un 64,9% de las personas LGTBIQ+ participantes en el estudio afirma haber sufrido ataques de ansiedad, un 55,4%, depresión y el 48,2%, ansiedad prolongada.