GALICIA

El comedor de las Misioneras del Silencio en Vigo, en peligro de cierre antes de final de año

Con apenas cuatro personas integrando su plantilla y la ayuda de voluntarias y voluntarios, cada día en su cocina se elaboran los menús que sirven en dos turnos de lunes a sábado

Un grupo de personas espera el reparto de alimentos en el comedor de las Misioneras del Silencio.  / ALBA VILLAR

La entidad religiosa Misión del Silencio, de más de 50 años y nombrada Viguesa Distinguida en 2021, atiende diariamente en su comedor a una media de 150 personas en la ciudad olívica y el año pasado sirvió más de 33.000 comidas y nunca ha cerrado sus puertas a los más necesitados. Sin embargo, su precaria situación económica podría condenarla a echar el cerrojo definitivamente.

Ni durante la pandemia detuvieron su actividad: aunque el comedor permaneció cerrado debido a las restricciones sanitarias, siguieron ofreciendo comidas preparadas para llevar. “Fue un momento crítico en el que tuvimos claro que no podíamos dejar de prestar nuestra ayuda y en el que aumentó la demanda porque el COVID zarandeó económicamente a muchas familias”.

Con apenas cuatro personas integrando su plantilla y la ayuda de voluntarias y voluntarios, cada día en su cocina se elaboran los menús que sirven en dos turnos de lunes a sábado. Al frente se encuentra la hermana Guadalupe Egido Pérez: "Nuestra filosofía sigue intacta desde el origen de la Misión del Silencio: ayudar a las personas, tratándolas como tales incluso en los momentos más vulnerables de su existencia”, afirma.

Falta de ayuda económica

La responsable de la Misión del Silencio asegura que a lo largo de los años la solidaridad de empresas y de la ciudadanía a la hora de aportar comida “ha sido y es fantástica” pero añade que las necesidades cada vez son mayores y los ingresos menores.

“Debemos atender gastos como la luz, el teléfono, la seguridad social, pagar las nóminas … y la situación comienza a ser insostenible -señala con tristeza- porque de seguir así, si no recibimos ayuda económica, en cuatro meses nos veríamos obligadas a cerrar nuestras puertas tras más de 45 años de vida y servicio en Vigo.”

Para hacer frente a la crítica situación, apela a la solidaridad de la ciudadanía y anuncia la puesta en marcha de una captación de donativos a nombre de la entidad que dirige. “Cualquier cantidad, grande o pequeña, será bienvenida y solo espero que se siga demostrando la solidaridad y generosidad que siempre ha caracterizado a los vigueses”.

Quienes estén interesados en convertirse en “socios solidarios” de las Misioneras del Silencio podrán ingresar su aportación económica en la cuenta bancaria de Abanca: ES24 2080 5100 1330 0003 0632. También están estudiando otras opciones para recaudar los fondos que garanticen la supervivencia del comedor, "como puede ser la organización de algún evento o carrera solidaria, o solicitar mayor colaboración por parte de las administraciones".

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