LA NUEVA ESPAÑA

El 'boom' turístico del oso en Asturias: más de 5.000 turistas en un mes para verlos en libertad

Los guías piden una regulación propia de los avistamientos y lamentan que "cada vez hay más visitantes que vienen, sacan una foto y se van"

El boom turístico del oso en Asturias: más de 5.000 turistas en un mes para verlos en libertad. / LNE

Demelsa Álvarez

Cara y cruz de un símbolo de Asturias, el oso, que ya es una palanca económica por su capacidad para atraer a visitantes en temporada alta. Por un lado, vistas las últimas cifras y la percepción de los expertos, queda claro que los plantígrados cada vez están más consolidados como tirón del turismo rural, sobre todo en los concejos oseros por excelencia, como Somiedo, desbordado durante el verano por turistas deseosos de ver a estos animales de libertad. Por otro lado, la proliferación de visitantes está provocando que el turismo natural más tradicional pierda presencia a favor de otro más comercial, que no busca tanto el contacto con el territorio. "Hay muchos visitantes que quieren ver el oso nada más llegar, sacar una foto y marchar", aseguran los guías turísticos, que además piden una regulación específica para los avistamientos.

En números redondos, se calcula que pasaron por Somiedo, municipio osero con más tirón, más de 12.000 personas a lo largo del verano. En julio fueron 5.800 y agosto superó esos números. Según la estimación de los profesionales, solo en agosto, el 90 por ciento de los turistas (serían más de 5.000), acudieron a Somiedo para ver osos.

"Sigue siendo el rey (el oso) y últimamente la gente viene solo pidiendo ver osos: es la actividad más demandada con diferencia", apunta Roberto Galán, guía de naturaleza y educador ambiental de Natura Somiedo. Agosto es el mes clave para poder ver a una distancia prudencial a un oso en libertad, ya que es un momento fundamental para la alimentación del plantígrado y se le puede ver buscando bayas y frutas en zonas más expuestas.

No obstante, para este experto, los datos que demuestran el tirón de los plantígrados como reclamo turístico tienen una parte que invita a la reflexión ya que, según asegura, para disfrutar de los osos ya no se ve tanto a un turista de naturaleza: lo que más prolifera es el público generalista. "En verano cada vez más nos encontramos con gente que viene con la idea de sacar una foto al oso, hacer una grabación e irse, sin mostrar mucho más interés por la especie o por la naturaleza. Muchos piensan que ver el oso en estado salvaje es como hacerlo en el zoo y pretenden verlo a los 10 minutos de salir y no entienden que a veces no se ve", critica este guía, que considera que Somiedo vivió un verano con "demasiado turismo para un espacio protegido, no dábamos abasto, estábamos todos con los grupos llenos y seguía llamando gente".

Rosalía Garrido, presidenta de la Asociación de Hostelería y Servicios Turísticos de Somiedo, certifica el boom del oso, pero destaca también que la temporada alta en Somiedo se extiende a su vez hacia la primavera y el otoño con otras actividades. "Intentamos que Somiedo no se masifique en verano, aunque agosto se llena siempre", explica.

Garrido quiere poner el foco en que no solo de los osos vive Somiedo y destaca que, paralelamente, están surgiendo otras actividades que están ganando auge en el concejo, como son las rutas ciclistas: "Está despuntando y este septiembre yo lo estoy notando en mi alojamiento con la llegada de aficionados a realizar las rutas en bicicleta", destaca.

Belarmino Fernández, alcalde de Somiedo, echa la vista atrás, a los inicios de la puesta en marcha del oso como reclamo, con la declaración de Parque Natural, en 1988. "Trajo el desarrollo turístico a Somiedo y el oso fue su imagen", rememora el regidor.

El reclamo entonces era que el visitante pudiera pasear por donde lo hacía el plantígrado, pero sin plantearse la posibilidad de poder verlo. La recuperación paulatina de la especie en los últimos años ha hecho posible que se llegue a la situación actual, con altas posibilidades de disfrutar de un avistamiento. "Con el plan de sostenibilidad hemos creado las infraestructuras adecuadas, pequeños aparcamientos y miradores, con el objetivo de ordenar el avistamiento de osos para que no interfiera en su conservación. Hay un 40% del parque que no se puede visitar, pero queremos que desde los pueblos la gente pueda ver osos con prismáticos, a distancia y sin influir en su conservación. Queremos ser un modelo de avistamiento de fauna sostenible, sin interferir en su conservación", expone el regidor.

Unas infraestructuras que, para que logren su función de evitar malas prácticas a la hora de realizar el avistamiento de fauna sin guía, deben ir acompañadas de control y vigilancia, tal y como reclaman los profesionales del sector. "Son servicios que están bien para que la gente que visita por libre el concejo no cause molestias al oso ni a los vecinos, pero hace falta más regulación y, sobre todo, control, porque el turismo es una gran oportunidad para que surjan nuevas empresas y tenemos que trabajar para que se desarrolle de forma sostenible", señala Sofía González, guía y socia de la empresa Somiedo Experience. El guía Roberto Galán coincide en la necesidad de más control, porque asegura que a pesar del incremento de miradores "seguimos viendo cómo la gente sigue estando en medio de la carretera y puede ser peligroso".

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Sofía González, además, también recalca que Somiedo vivió "un agosto apoteósico" y analiza que el interés que despierta ver un oso se debe a que es "el carnívoro más grande que tenemos en Europa y que aquí vivamos tan cerca de él llama mucho la atención: se puede realizar una observación a 400 metros sin molestar al animal y eso es un privilegio", destaca González sobre un símbolo de Asturias, el oso, cada vez más buscado.

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