EUROLIGA | PARTIZAN 78 - 85 REAL MADRID

El Real Madrid derrota a Partizan y se jugará el pase a la 'final four' ante su afición

Los de Chus Mateo fuerzan el quinto partido de la serie y recuperan el factor cancha tras el segundo triunfo en Belgrado (78-85) | La serie vuelve a territorio blanco gracias a otra enorme actuación de Tavares, con 15+7 y 30 de valoración

Dante Exum, jugador del Partizan, ante Walter Tavares, del Real Madrid. / ANDREJ CUKIC / EFE

El Real Madrid es un equipo incapaz de padecer miedo escénico. Su dominio de las situaciones límite, sin importar el deporte, le permite convertir las llamas del infierno en viento a favor. El conjunto blanco lo volvió a hacer en Belgrado, que enmudeció al principio por el luto por el asesinato escolar y volvió a hacerlo al final, con el segundo triunfo consecutivo de los de Chus Mateo para dejar igualada la serie (2-2). El quinto y definitivo partido, que decidirá el rival del FC Barcelona en la 'final four' será en el WiZink.

La serie vuelve a territorio blanco gracias a otra enorme actuación de Tavares, con 15+7 y 30 de valoración, 14 puntos de Deck, quien se retiró lesionado además de la contribución fundamental de Musa y el Chacho cuando se les necesitó. Son los protagonistas de un cuarto capítulo para seguir guardando en la hemeroteca. En el quinto, lo mejor para los de Obradovic es que recuperan a Punter, quien prendió la mecha del WiZink que será otro escenario de alta tensión. Si se sale con la suya, será el primero capaz de levantar un 0-2 con este formato.

En cada partido, un argumento. Desde la bronca del segundo asalto a la reconciliación de los dos equipos bajo el minuto de silencio por las víctimas del tiroteo que se produjo en el centro de Belgrado. Una tragedia que empapó el rostro de un abarrotado Stark Arena que empezó lleno de rosas blancas. En las caras de los jugadores se palpaba la emoción de un momento que ha cambiado el temperamento de todo un país, donde las balas son ecos del pasado que nadie quiere volver a escuchar.

Aficionados de Partizan brindan un homenaje a las víctimas del tiroteo de Belgrado antes del partido.

/ ZORANA JEVTIC / REUTERS

Duelo de anotadores: Hanga contra Leday

Tras el salto inicial, el Partizan - Real Madrid volvió a ser eso: un grandísimo partido de baloncesto donde los de Chus Mateo arrancaron mejor a pesar del retorno de Lessort al quinteto inicial tras cumplir la sanción por la batalla campal del WiZink. Entró bien al partido Dzanan Musa, un jugador al que la serie se le estaba haciendo cuesta arriba y que se quitó todas las espinas clavadas. Pero todo en la pista pasaba por la salud de Tavares. El martilleo blanco obligó a Obradovic a pedir tiempo muerto con el 7-14.

Sin embargo, el Partizan estaba agarrotado y en defensa se descosía para permitir triples directos de Hanga, que se hizo con un 3/3 como si nada. En el bando rival, solo Leday (25 puntos) se inspiraba contra un Real Madrid que mutaba a la defensa en zona mientras en ataque sacaba el cuchillo en el exterior. Al final del primer cuarto, 15-27 que eran más que un resultado. Posiblemente, los mejores minutos en la eliminatoria hasta ese momento.

Belgrado celebra las personales de Tavares

El partido estaba enrarecido en todos los aspectos, sin un ritmo claro. De lo que no había dudas era de la importancia de Tavares, cuyo físico es cuestión de estado. Belgrado celebraba las faltas personales en contra del caboverdiano, pero su antagonista, Lessort, no era capaz de aprovechar las oportunidades desde la línea de tiros libres. Ahí empezó a perder Partizan el encuentro, con un 10/19 final, maquillado, frente al 17/19 del Real Madrid. Las infracciones condicionaron a los de Chus Mateo, que veía como Randolph, la alternativa del africano, se cargaba con tres con el 32-34 en el marcador.

Esto complicaba los planes del técnico español, que en una de las pausas le decía a su mejor arma: "Te quito antes de que termine el cuarto". Cuando Partizan podía ponerse por fin delante en el marcador, se activaba Gaby Deck, de regreso tras sanción, para frenar el ansia de un equipo al que espoleaba la grada. Iba a ser más importante que nunca la psicología y en este campo el argentino se mueve como nadie.

James Nunnally, jugador de Partizan de Belgrado, ante Adam Hanga, del Real Madrid.

/ ANDREJ ISAKOVIC / AFP

El 'sorpasso' serbio y vuelven los cánticos

Un mate de Leday ponía el 39-40 y obligaba al Real Madrid a pedir tiempo muerto. Como el primer cuarto, el segundo terminó con una canasta al límite. La de Papapetrou entró, pero la de Andjusic llegó a buen puerto fuera de tiempo. Los madridistas conservaban la hegemonía en el marcador (42-45) al descanso. Más allá de los números y los condicionantes, el conjunto español estaba más que vivo. Hanga, que se fue al intermedio 15 puntos y 17 de valoración, apuntaba los márgenes de mejora: "Hay que volver a ganar duelos en los rebotes: sobre todo en defensa hay que mejorar".

Con la reanudación, volvían los cánticos al Stark Arena, y con ellos, la congestión del juego blanco. Comenzaba la particular batalla de Obradovic, que pidió un 'challenge' para revisar una salida de balón festejada en el cielo de Belgrado. Sin embargo, la historia interminable de Partizan. Exum falló en el intento por poner la primera ventaja y de las protestas por una falta reclamada surgió la técnica que volvía a poner la frontera.

El responsable Tavares y la lesión de Deck

Al final lo consiguió Andjusic para poner el 51-49, una ventaja efímera por culpa de un Tavares que cargó de faltas a la defensa rival (a 3:46 entraron en bonus), robó y anotó para sofocar la rebelión. Llegó la tercera del caboverdiano. El fantasma de su ausencia en pista lo disolvía Deck para poner el 55-61 con el que se llegó al último cuarto. Las muñecas de Partizan, sin el francotirador Punter, temblaban a excepción de Leday.

El partido iba a requerir de un esfuerzo grupal y rotaciones exitosas. Con el 'Chacho' Rodríguez en la cancha, el balón empezó a correr hasta subir a las siete asistencias que mantenían por delante al Real Madrid, donde emergían coordinados los individualismos. El más trascendental era el de Deck, un jugador único cuando se trata de ganar la línea de fondo. Hasta que una falta de Leday le dejó fuera de juego con el 74-78. Era tal el dolor que hasta retorcía el rostro de un argentino normalmente inquebrantable.

Walter Tavares volvió a mostrarse imperial en los momentos decisivos del partido.

/ ANDREJ ISAKOVIC / AFP

El infierno vuelve a ser Madrid

Cómo son de lesivas estas series, donde los equipos metamorfosean. El rostro desencajado, el miedo y la precipitación manifestadas por el Real Madrid en el segundo partido pasaron a ser patrimonio de Partizan. Tiradores como Nunnally y Exum huían de su responsabilidad mientras los porcentajes de tiro se iban derrumbando.

Pero una jugada de brujería de Madar, taponando a Goss para anotar, estrechaba las diferencias de modo imprevisto hasta el 78-80. Y una vez más, cuando el Partizan ponía en el ojo en la mirilla, una bofetada de Tavares les devolvía a la cruda realidad del 78-85 final, certificado por Musa y que apaga toda la revolución serbia. El infierno vuelve a ser Madrid.

Ficha técnica Partizan 78 - 85 Real Madrid (42-45 al descanso)

PARTIZAN: Madar (6), Nunnally (2), Trifunovic (3), Leday (25) y Lessort (11) --quinteto inicial--; Andjusic (7), Smailagic (-), Exum (6), Papapetrou (18).

REAL MADRID: Williams-Goss (6), Hanga (15), Musa (14), Deck (14) y Tavares (15) --quinteto inicial--; Hezonja (5), Sergio Rodríguez (8), Rudy Fernández (-), Randolph (3), Cornelie (-), Llull (5).

 PARCIALES: 15-27, 27-18, 13-16, 23-24.

 ÁRBITROS: Vilius, Lottermoser y Paternico. Sin eliminados.

 PABELLÓN: Stark Arena. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del tiroteo de Belgrado.