FÚTBOL

Estalla la guerra entre Santi Mina y el Celta

El club reincorpora al delantero a los entrenamientos después de que éste lo solicitase mediante un burofax, pero le amenaza con llevarle a los tribunales por el daño económico y de imagen que ha generado

Santi Mina, en una foto de archivo. / EP

Juan Carlos Álvarez

El 'caso Santi Mina' empeora por momentos. Tras semanas de calma tensa –con el jugador suspendido de empleo y sueldo y el club esperando a que aceptase una de las propuestas que ha recibido en las últimas semanas para cerrar la relación laboral entre ambos–, la guerra ha terminado por estallar entre el Celta de Vigo

y el futbolista.

El club vigués, en contra de su idea, se ha visto obligado a reincorporar al delantero a los entrenamientos junto a sus compañeros después de que Santi Mina les hiciese llegar un burofax en el que reclamaba su regreso al trabajo “dentro de los horarios estipulados con sus compañeros”. Santi Mina llevaba apartado de la disciplina del club desde que se hizo pública la sentencia que le condenaba a cuatro años de cárcel por un caso de abuso sexual sucedido en Almería en verano de 2017. Mientras duró el proceso judicial el Celta se agarró a la “presunción de inocencia” mientras arreciaban las voces que le reclamaban más contundencia con Santi Mina.

El club, que confiaba en su exculpación, le mantuvo en el equipo durante este tiempo e incluso Eduardo Coudet le alineó la semana que el delantero pasó en Almería asistiendo a las diferentes sesiones de su juicio. Pero en cuando llegó la sentencia inculpatoria le suspendió de empleo y sueldo y le hizo ver que no podía seguir en el equipo.

Durante los últimos dos meses Santi Mina ha vivido al margen del Celta y su única aparición pública se ha producido en la boda de Denis Suárez. Mientras tanto el club vigués, que había descartado la posibilidad de pagarle los dos años que le restan de contrato para cerrar su etapa en Vigo, ha tratado de encontrarle un destino pese a las evidentes complicaciones que ello implicaba dada la situación del futbolista. 

Primero surgió la posibilidad del mercado de Oriente Medio y hace pocas semanas el Aris de Salónica, que esta temporada jugará la Conference League, llegó a un acuerdo con el Celta para que Mina jugase allí en calidad de cedido. Pero el delantero rechazó ambas propuestas, la de los griegos por una cuestión económica.

Santi Mina tenía otro plan alternativa que se ha destapado en las últimas horas justo cuando se cumplían las dos semanas extra de vacaciones que el club le concedió con la esperanza de alcanzar un acuerdo. Convencido de que el recurso que ha presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía –la segunda instancia– puede darle la razón en un plazo de tiempo relativamente corto ha pedido un reingreso que el Celta no puede negarle para proteger sus derechos laborales y por miedo a que, dentro de un tiempo, tuviese que hacer frente a una indemnización al jugador aún mayor en caso de que acabe ganando el proceso (además de pagarle todo el contrato). 

El movimiento de Mina también puede ser una forma de incitar al Celta a que le pague los dos años de contrato que le restan porque ésa es la fórmula que sí podría el punto final a la relación entre ambos. Pero tendría un coste muy importante para el Celta que vería limitados sus recursos de cara a la próxima temporada y le obligaría a hacer un importante desembolso para pagar el contrato de uno de los jugadores que tienen una ficha más alta dentro de la plantilla. Por eso se niegan a elegir ese camino aunque no tienen mucha más alternativa porque Mina también puede exigir al Celta su inclusión en la plantilla deportiva de esta temporada y ser inscrito en la Liga pese a que no hay posibilidad de que juegue un solo minuto con la camiseta del equipo vigués. Pero la presión para la entidad es máxima en estos momentos.

En el comunicado de ayer el Celta avisa a Santi Mina de que el club “se reserva su derecho de reclamar, si la sentencia deviene firme, todos los daños y perjuicios ocasionados por el comportamiento del jugador a la entidad tanto económicos como de imagen del club, respetando a día de hoy su derecho a recurso”.

Insiste el club en su nota que “el futbolista, dada la situación judicial que ha generado y que daña la imagen de este club, ha rechazado una oferta para jugar en un equipo de otra liga” y de paso lanzan un aviso: “El club quiere por último expresar que nunca se dejará presionar por ningún trabajador que busque sus intereses particulares y, además, muestra su sorpresa por este movimiento del jugador encaminado a dañar al RC Celta, que desde la sentencia judicial obró conforme a los valores de este club y de su afición y a los que no renunciará bajo ningún concepto”.

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La esperanza que le queda al Celta en este asunto es que Santi Mina recapacite y acepte su salida a otro club o que en Vigo se traguen otro sapo y paguen la parte del sueldo que no cubriría el Aris de Salónica. No era era la intención del club hace pocos días. Pero la patata caliente resulta que ya quema en exceso y está derritiendo el nombre del Celta.

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