Una exposición sobre la Alemania de entreguerras y sus hitos culturales abrirá en octubre la nueva temporada de CaixaForum

Fue una época de crisis profunda y de enorme inestabilidad política y social, con ambiente de derrota bélica y violencias frecuentes de distinto signo. Pero fue también una era en la que la música, el arte, la arquitectura o el cine (y también la fiesta) florecieron, entre revoluciones y golpes de estado, como en pocas, dejando un enorme reguero de nombres propios y movimientos colectivos que hoy en día son pilares fundamentales en la historia de la cultura occidental. La república de Weimar es uno de los periodos más apasionantes de una historia europea del siglo XX plagada de episodios apasionantes y a menudo trágicos. Aquel interludio breve, tan solo 14 años entre el final de la Primera Guerra Mundial y la llegada de los nazis al poder, tendrá su propia exposición a partir del 16 de octubre en Madrid, en lo que supone la apertura de la nueva temporada de CaixaForum en la capital. La han titulado Tiempos inciertos. Alemania entreguerras, y podrá visitarse hasta el 23 de febrero de 2025. Es la primera de las tres nuevas muestras que marcarán la temporada 2024/2025, y que se han presentado este miércoles en el centro del Paseo del Prado, donde sigue en marcha hasta el próximo 6 de abril otra exposición, Dinosaurios de la Patagonia, que arrancaba hace solo unas semanas, en pleno periodo vacacional.  

El expresionismo en el cine y en las artes plásticas, la atonalidad musical, el dadaísmo, la nueva objetividad, la revolución que para la arquitectura y el diseño supuso la Bauhaus, el peso literario de figuras como Thomas Mann o Alfred Döblin, los avances en la ciencia que llegaron de la mano de Albert Einstein... Todos ellos fueron fruto o vieron sus carreras sacudidas por los aires de libertad y la explosión creativa que trajo la proclamación de una república democrática tras el oscuro episodio que había sido la Gran Guerra y que había dejado a la Alemania del Reich hundida y deprimida. Unos locos años 20, sobre todo, que marcaron en cierta manera la transición entre la vieja Europa y la nueva que surgiría, años más tarde, de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial.

El recorrido de la exposición se compondrá de elementos como fotografías, pintura, escultura, música, juegos interactivos o proyecciones y, dicen sus responsables, buscará un equilibrio entre la escenografía, el acompañamiento sensorial y los objetos que se exhiben. Será una exposición que hable de transformaciones, de colapso, de tensiones y oportunidades, y que busque un diálogo entre aquella era y nuestro presente. Al final del recorrido habrá un "espacio de reflexión y participativo en el que se explicarán las diferentes incertidumbres de Weimar para que el propio espectador analice si siguen o no presentes en las manifestaciones políticas, sociales o culturales contemporáneas", ha explicado Isabel Salgado, directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación LaCaixa.

Aunque también se incluyen piezas procedentes de museos berlineses y de otros lugares de Alemania, para organizar esta muestra se ha acudido sobre todo a colecciones españolas, muy ricas en este tipo de fondos según los organizadores. Los vecinos Museo Thyssen y Reina Sofía, o el IVAM valenciano, son los principales contribuyentes. Todavía por determinar, se espera que haya alguna actividad musical que conmemore una época riquísima en esta disciplina, en la que músicos alemanes como Kurt Weill pero también austríacos como Arnold Schönberg o Alban Berg tuvieron en parte su centro de operaciones en Berlín. Preguntados por un posible ciclo de cine expresionista con títulos de directores imprescindibles de aquel período como F. W. Murnau o Fritz Lang, tampoco hay nada decidido por ahora.

De la realidad a la fantasía

Con la exposición Los mundos de Alicia. Soñar el País de las Maravillas (del 3 de abril al 10 de agosto de 2025), el centro madrileño de la Fundación 'la Caixa' dará un giro desde ese baño de realidad que es el relato de Weimar a la fantasía propia del universo en el que se mueve la niña inventada por Lewis Carroll. Una muestra tan esencialmente victoriana no podía tener otro colaborador que el Victoria & Albert Museum de Londres, principal depositario de la memoria de aquella era, y con ella, recordaba este jueves Salgado durante su presentación, "hemos querido explorar cómo esta heroína curiosa, rebelde y escéptica respecto a la autoridad sigue cautivando a generaciones e inspirando a artistas". Los libros infantiles, destacaba Salgado, siempre habían tenido una función de aprendizaje o una lección moral que llegaba al final del relato, pero "en este caso es todo lo contrario: el libro enseña a una niña, y no a un niño, a ser rebelde y a tener su propia opinión. Esa es una de las claves por las que la novela sigue todavía cautivando a generaciones jóvenes".

Precisamente en esa influencia sobre lo que vino después se centra también parte de la muestra, que recorre un universo creativo que llega hasta nuestros días y en el que tienen especial protagonismo momentos como los años 20 y los años 60 del siglo pasado, porque tanto los referentes del surrealismo de los primeros como la psicodelia de los segundos se pueden rastrear en la novela. La fantasía y los mundos alegremente deformados de Alicia tendrán su correspondencia en una escenografía con un importante componente inmersivo, con continuos cambios de escala y una gran explosión de color, además de "esa idea de que, cuando entremos en la sala, prácticamente nos caigamos por el agujero de la madriguera del conejo que siempre va con prisa". Su recorrido se estructurará en doce capítulos que reafirmarán la vigencia del personaje y bucearán en sus orígenes y contexto desde diferentes disciplinas, del cine a las artes plásticas, de la moda a la ciencia.

La última de las nuevas exposiciones será fundamentalmente viajera. Voces del Pacífico. Innovación y tradición (27 de mayo a 21 de septiembre de 2025) se nutre de los fondos del British Museum y tiene como objetivo explorar las culturas de la parte del mundo situada en torno a ese inmenso océano, para ver "cómo su creatividad y sensibilidad todavía nos sorprende". "Viajaremos de Nueva Guinea a Hawaii, de Rapa Nui a Nueva Zelanda por todo ese complejo entramado de islas y de culturas que están unidas por el Pacífico. Y precisamente ese océano será la parte central de la exposición, dado que no solo es su medio de subsistencia, sino también un enorme motor para su creatividad". Los organizadores de la exposición, que comisaria Julie Adams, responsable de la sección de Oceanía del Departamento de África, Oceanía y las Américas del museo londinense, no pretenden quedarse anclados en una aproximación a sus tradiciones, sino que también quieren mostrar la potencia de este rincón del planeta en términos de innovación.

Dos centenares de piezas de las colecciones del British Museum y procedentes de varias islas del Pacífico aguardan al espectador. Entre ellas, artefactos históricos, desde remos ceremoniales a figuras de ancestros talladas en basalto, hasta obras de artistas actuales. El transporte de unos pueblos en permanente movimiento, los tejidos, la danza o las artes de la guerra serán algunos de los ejes por los que discurrirá la muestra, que también pondrá de relieve la principal amenaza a la que se enfrentan estos territorios isleños, y que no es otra que el cambio climático.